XL

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Jungkook

-No hay nada por aquí- muevo los dedos por la tripita de Hae Soo-...ni por aquí- ríe un poco-...¡pero aquí sí!.

Le hago cosquillas en el ombligo y estalla en carcajadas mostrándome su encía sin dientes.

Esa risa me colma de alegría, al punto de hacerme llorar. Es tan tierna. Para de reír y me mira jugando con la saliva.

-Eres muy hermosa, Hae Soo- le susurro y me mira con sus grandes ojos color café.

Ríe sin motivo como si entendiese un chiste. Mueve los pies sin parar y se toca el pelo.

-¡Jungkook!.

Miro hacia mi derecha y la ajhumma corre hacia mí sorprendida.

-¿Por qué pones a la niña sobre el césped?- me reprende y la carga en brazos.

Me quedo cruzado de piernas sobre el suelo y enarco una ceja.

-¿Y por qué no puedo hacerlo?.

-Puede entrarle cualquier bicho en los oídos.

Hae Soo se muerde la mano llenándosela de baba y mira a la ajhumma.

-Señora, ningún bicho se atrevería a acercarse a mi hija.

-Tú en serio tienes la madurez de un niño de cinco años- ella rueda los ojos y camina hacia la cabaña.

La sigo haciéndole muecas que provocan la risa de mi hija.

Nos sentamos a la mesa y la ajhumma me lanza el biberón. Lo atrapo en el aire y tomo a mi pequeña.

-La abuela es muy pesada- le susurro y pongo el teto en sus labios.

Comienza a chupar arrugando la manito en mi pecho.

Levanto la vista hacia la ajhumma y nos mira en blanco.

-¿Qué pasa?- frunzo el ceño y ella desvía la mirada.

-Nada...es solo que...me has llamado abuela.

-Tiene edad para serlo- bromeo pero la ajhumma no reacciona y frunce los labios haciéndolos parecer una fina línea.

-Supongo. ¿Soy la abuela?- me mira nerviosa.

-Pues claro. Usted nos ha ayudado arriesgando su propia vida. Mi Hae Soo le estará agradecida, incluso la salvó desde la barriga de ma...

No termino la frase y aprieto la mandíbula.

Mamá...Lalisa.

Cierro los ojos con fuerza apartando las lágrimas que amenazan con salir. Respiro profundo.

-Jungkook...

-Estoy bien- susurro y abro los ojos concentrándome en mi hija.

Ya se ha terminado el biberón con rapidez. Limpio la comisura de sus labios y sonrío cuando sus párpados se cierran repetidas veces.

-No luches contra el sueño- murmuro y beso su frente.

Toma mi dedo índice entre su pequeña manito y entreabre los labios.

-Estoy enamorado de esta pequeña. No puedo vivir sin ella- susurro perdido en esas largas pestañas que tiene.

La ajhumma toca mi hombro.

-Somos así con nuestros hijos. Nos enamoramos de ellos cada día con cualquier pequeño detalle- dice dando leves caricias en mi hombro.

-Gracias, ajhumma. Usted ha sido una madre para nosotros.

My heart is on fire for you (Terminada)Where stories live. Discover now