CAPÍTULO 31: ¿PODRÉ VOLVER?

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— ¿No se te perdieron cinco mil dólares últimamente — preguntó Jacob. Edward volteó a verlo muy molesto.

— ¡Tú sabes algo!— le gritó.

—Con ese dinero tu prima le pagó a James— se le enfrentó mi amigo lobo.

— ¡Eso es una mentira! ¿Tienes pruebas?— Edward estaba fuera de sí, tomó a Jacob de las solapas de su camisa y lo empujó contra la pared.

— ¡No! ¡No!— grité tomando la libreta dónde decía lo del dinero. Se lo mostré a Edward agitándolo con mi mano. Él soltó a Jake.

— ¿Qué es eso?— preguntó tomándolo. Sus ojos leyeron rápidamente.

—Eso, es el diario de tu prima. Se lo robé ayer por eso quería ver a Bella, allí dice todo lo que ha hecho a ver si de una vez se te cae esa venda de los ojos. Tanya es un monstruo  yo sabía que no era buena pero ahora me doy cuenta de lo enferma que está— le gritó Jake.

Edward terminó de leer aquella página y pasaba hoja tras hoja. Su semblante fue cambiando, me relajé pero el dolor nuevamante me sorprendió  Quise tranquilizarme, pero me delató el pitillo de la máquina.

— ¿Otra vez?— preguntó Jake. Asentí.

—Debemos encontrar el vudú— dijo Jenks. Lo miré conteniendo el dolor ¿Qué vudú?

—Puede estar e cualquier parte— Jake parecía ofuscado.

— ¿Qué forma podría tener?— preguntó Edward por primera vez sin gritar, o molesto.

—Estoy seguro que es una muñeca— dijo Jenks, miré  a Jake.

—Claro, de esa muñeca escribió Tanya— mi amigo saltó por la libreta. Edward se la entregó. –Mi tía Sue conoce a los ancianos de la tribu, ellos deben saber como desactivar eso— Jake pasaba las páginas.

—Voy a buscar a Tanya ahora mismo— Edward salió como alma que lleva el diablo.

—Lo mas importante ahora es encontrar el vudú, no tenemos mucho tiempo— Jenks parecía otra vez trastornado.

—Pero ¿Dónde?— se pregutnaba Jake. Ya no pude contenerme más y grité. Sentía como si me fueran arrancar la cabeza del dolor.

— ¿Señorita Bella?— murmuró Jenks, Jake tomó una de mis manos antes que yo misma me arranque el tubo que tenía en la garganta.

— ¡Toque el timbre Jenks, rápido!— urgió mi amigo lobo.

Pero ya no soportaba el ardor, parecía que me hubiese comido brasas ardientes. Bajaban por mi garganta a mi estómago. Todo mi pecho estaba en llamas, me quemaba mucho.

Los médicos llegaron, Carlisle echó a Jenks y a Jake de la habitación. Yo rogaba porque hicieran algo para calmar este sufrimiento. En mi cabeza tenía la imagen fija de aquella mujer pelirroja, la misma que James había matado.

El Conserje -Terminado-Where stories live. Discover now