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—hijo de puta—dije apenas.

—hey tranquila, ¿en serio te lo creíste?—se empieza a reír.

no puede ser.

me abalancé a él.

—hijo de mil putas—empece a golpear fuertes embestidas en su máscara.

él me agarra con ambas manos y me empuja, alejándome de él.

—no te acerques a mí—dijo serio.

—ahora si que disfrutaré cuando te asesine.

—no es a mi a quien deberías asesinar, de hecho...te he salvado del verdadero infierno.

—¿salvarme significa tenerme cautiva en una puta casa?

—hey, cautiva es estar encerrada, yo que sepa puedes salir, de hecho te habías ido pero volviste.

—oh no, estás muy equivocado, yo...yo me cai inconsciente y alguien me trajo hasta acá, otra vez.

—¿quién más te traería si no fuera yo? deberías agradecerme, tampoco te iba dejar ahí a esperar a que te murieras.

solo me quedé en silencio.

Dos días después.

3:30 am.

—que empiece la diversión de una puta vez.

flashback.

3:30 am.

Estaba apunto de huir de esta puta casa, iba abrir la puerta de la habitación pero nada, estaba con llave.

(...)

ya era de día, abrieron la puerta, me dirigí a la cocina, mire por todos lados para ver que no hubiera nadie, abrí un cajón y de este tomé dos cuchillas, las escondí bajo el largo vestido que llevaba puesto, ahora tenía que buscar algo para abrir aquella puerta, obvio tenía que ser sigilosa.

tenía todas las cosas, pronto escaparía de este puto lugar.

Fin del flashback.

estaba abriendo la puerta sigilosamente, ya había hecho esto la noche anterior para serciorarme de que todo saliera bien hoy, sin ningún error.

ya estaba afuera, cuidadosamente cerré la puerta y saqué las dos cuchillas, una en cada mano.

ayer me di cuenta que en la noche hay dos hombres vigilando en lugar, así que ellos eran parte de mi diversión.

Tenía uno a la mira, guardé una cuchilla ya que para acabar con este no era necesario las dos, me acerque lo más posible y sigilosamente que podía, estaba detrás de él, antes de que se diera vuelta la cuchilla ya había atravesado su tráquea, sangre y más sangre brotaba, ese olor familiar, ese maravilloso olor metálico, podía sentirlo otra vez, sentí las pupilas de mis ojos dilatarse, adrenalina, eso era lo que se apoderaba ahora en mi cuerpo.

el hombre yacía ahí en el suelo, Inmóvil, sin respirar, estaba simplemente muerto. no quería hacer mucho show matando a estos porque mientras más me demorara era más probable a que alguien se despertara y arruinara mis planes de huida, y lo peor ahora es que el puto hombre antes de apuñalarlo soltó un quejido que no creo que el otro tipo lo haya pasado desapercibido, tenía que ser astuta, ágil y los más sigilosa que pueda ser.

escondidas, el primero que sea encontrado moriría.

y yo no me dejaría encontrar.

corrí por los pasillos con cautela, miré por todos lados antes de esconderme debajo de una mesa con un gran mantel, cada cierto tiempo miraba por debajo para ver si el tipo venía pero nada.

Estuve mucho tiempo esperando pero nada, decidí salir.

con cuidado salí del escondite, me agaché para arreglarme los zapatos cuando veo unos zapatos al frente de los míos.

Mierda.

un balazo con silenciador impactó en uno de mis brazos.

reaccioné de forma rápida y saqué uno de los cuchillos, alcancé a cortar su cara, pero eso no era nada, él llevaba ventaja ya que yo no podía ocupar un brazo.

él empezó a disparar más veces, pero algunas de las balas solo me rozaban, ya me estaba cansando.

corrí como pude y me abalancé a él, enterré como pude el cuchillo en su rostro, sacaba y volvía a enterrar el cuchillo en su cara, él ya estaba frío.

me levanté, inspeccioné su cuerpo, tenía llaves en su pantalón así que las saqué, el me dejó sin ocupar un brazo y su cuerpo estaba intacto, eso no lo permitiría, con el cuchillo rompí su camisa y enterré éste en su estómago, abriéndolo y sacando todos sus órganos, con mi mano buena saqué uno de sus intestinos y se lo coloque alrededor de su cuello como una bufanda, empecé a cortar todo su cuerpo, sangre chorreaba de este, todo el piso estaba mojado, moje mis manos con la sustancia roja y las pase por las blancas paredes de aquella casa, hasta llegar a la salida.

abrí la puerta con las llaves que le saque al tipo, al salir habían unos cuántos autos estacionados, el hombre tenía un control, de lo que suponía yo era un auto, apreté el botón para saber cuál de todos los autos era.

Bingo.

un auto gris, lo abrí y rápido me monté en este, mi brazo dolía, la bala estaba dentro de mí y tenía que sacarlo lo antes posible.

Empecé a conducir ¿a dónde? ni yo sabía, ahí estaba yo, conduciendo sin idea de que hacer y de dónde ir, solo sabía que muchas personas me estaban buscando, y ni siquiera sabía porqué, además no olvidaba de que la policía también estaba detrás mío.

ZACWhere stories live. Discover now