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Pov Zac.

dos días han pasado, aún estoy acá, en esta puta pocilga, no he visto a nadie desde que llegué, me encerraron en un cuarto, sin ventanas, con un pequeño inodoro, y lo que se supone es una cama, tampoco he vuelto a ver aquel policía que me sacaría de acá, todo va de mal en peor.

gracias a una pequeña rendija puedo saber al menos si es de día o de noche, y bueno ahora estaba oscureciendo ya, hoy me encuentro muy cansada, no he pegado el ojo desde que estoy encerrada.

—¡Mierda Zac!

trataría de descansar.

(...)

—shhhh—decía aquella persona con la máscara.

estaba encima mío, tiene un cuchillo.

—hey tranquilo, ¡no hagas nada de lo que después te arrepentirás!—dije.

—¿arrepentirme yo?—rie.

se va acercando más a mi, hasta que su cuchillo se entierra en mi

—AAAAAAAA—desperté.—tranquila Zac, solo fue un sueño.

me dije a mi misma, y bueno esa es la razón por la cual me temía dormir, desde que estoy acá empecé a soñar con aquella puta máscara, aquella que no salía de mis pensamientos, e incluso aparecía en mis sueños.

era de día. La noche había transcurrido tan rápido, me quedé toda la noche despierta después de aquella pesadilla, mis ojos ardían, tenía hambre y olía muy mal, y acá venía otra vez, un puto día más en esta mierda.

—¡Despierta!—entra a mi celda y me grita uno de los guardias.

—Ya lo estoy, no grites más.

mi cabeza dolía, y mucho, con cada palabra que salía de aquella puta bica del guardia sentía que mi cabeza iba a explotar en cualquier momento.

empezó a sonar el timbre que indicaba el "desayuno"

el guardia salió de la celda y tiempo después entra de nuevo pero con una bandeja en las manos.

—traga rápido—ordeno este.

cuando me acerque para agarrar aquella bandeja el guardia hace caer esta al suelo, toda la comida estaba ahí, tirada.

—hijo de puta—susurré.

—¿Que dijiste perra?—me golpea con un palo.

—¡hijo de puta!—grité.

al decir aquellas palabras el hombre se tira encima mío y empieza a dar grandes golpes por todo mis cuerpo con aquel garrote.

escuchaba mi piel abrirse, sangra brotaba de estas, estaba herida y dolía, pero jamás lo demostraría.

—vuelve hablar y te irá peor—dice este enojado.

Reí.

—¿qué te parece tan gracioso hija de puta?

—no imaginas las ganas que tengo de asesinarte, tu cuello está hecho perfectamente para ser cortado.

Él me miró asustado, una sonrisa se formó en mi rostro.

Su garrote cayó al suelo, al volver a su estado normal éste se agacha y recoje lo caído, pero se va rápidamente de la celda.

En el suelo estaba yo, me empecé arrastrar hasta una de las esquinas de la celda, y ahí me puse a llorar, mierda las heridas dolían, ardían, punzaban, sentía que en cualquier momento mi piel se iba a caer poco a poco.

tenía hambre, pero lo que se supone era el desayuno estaba en el suelo y bueno al menos si hubiese estado bueno no me hubiese importado comer desde ahí, pero el pan que había, estaba despedazado y pisado, y bueno el agua estaba regado por todo el piso.

(...)

nuevamente cae la noche, la celda estaba helada, por la conducta de hoy no me dieron almuerzo ni cena, estaba muerta de hambre, no tenía fuerzas, cada día que pasaba me sentía más débil, mis ojos pesan, siento mi pulso bajando.

El ruido de una balacera hace llamar la poca atención que tenía, creo que este será mi fin, mis ojos se van cerrando poco a poco.

una figura borrosa entra a la celda, ésta me toma en brazos, ya no aguanto, mis ojos se están cerrando, me siento mareada, débil.

—dije que te sacaría de acá—fue lo último que escuché.







yeeee otro capítulo, aunque re fome lol.

una pregunta para las pocas y nadas personas que leen esta historia ¿qué les parece? ¿Debería cambiar algo?

¡Recuerda que votar también es importante!

Sin más me despido, y muchas gracias a los que leen la mierda que escribo💗.

—Ms.

ZACWhere stories live. Discover now