CAPÍTULO 25: ¿ES O NO UNA VILLANA?

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Apenas puse un pie fuera de la casa escuché los gritos. Esta vez Edward no parecía tan blando con su prima.

—Es mi vida y no te metas, al menos Jake no es casado, no he destruido ningún hogar— Tanya me miró de reojo pero no le importó continuar la pelea.

—Bella está divorciada y ella aquí no es el problema— Edward no había advertido mi presencia.

— ¿No? ¿Cuál es el problema entonces? Tu traes a alguien a desayunar y yo también. ¿O no quieres a Jake cerca de tu amada Bella?— le contestó la rubia.

—No me colmes Tanya. He guardado tu secreto por años, para que la familia no se preocupara y tú continúas con este tipo— ambos miraron a Jake.

—A mi no me metan en sus líos  yo vine a componer un auto no a jugar a la comidita. Tanya me voy— dijo mi amigo lobito enfadado. Pero al dar un par de pasos sus ojos se cruzaron con los míos y su sonrisa volvió. – ¡Bella! ¿Otra vez por la ciudad? Si apena te fuiste…— corrió a saludarme. Le sonreí porque en verdad me caía bien y me había sido de gran ayuda cuando no tenía a nadie a quien recurrir.

—Jake, que gusto verte— dije de corazón.

—Naa el gusto es todito mío pero como vez estos dos andan como perro y gato yo me largo— dijo sonriendo nuevamente.

—Jake no se va— gritó Tanya y lo tomó de un brazo. Edward llegó a mi lado, parecía más calmado.

—Tanya, me llamaste por una emergencia mecánica no para ser la manzana de la discordia— se quejó Jake.

— ¡No! Quiero que mi familia te conozca ¿No quieres eso?— le increpó ella cambiando el tono de su voz. Ahora era más suave.

—Es lo más descabellado que he oído. ¿No recuerdas lo que te hizo?— le reclamó Edward.

—Yo no le hice nada…— se defendió Jake. La verdad yo no sabía que hacía metida en esta trifulca. Era obvio que Edward creía que el malo de la historia era Jake porque siempre pensó que en su prima como la víctima. Si él supiera la clase de mujer a la que protegía.

— ¿Edward, no puedes dejar atrás el pasado? Yo ya no quiero recordar, por favor— rogó Tanya. Edward me miró nuevamente y respiró profundo

—Lamento que hayas presenciado esto— se disculpó conmigo.

— ¿Tú si puedes traer a tu amante y yo no puedo presentarles a mi enamorado?— reclamó la rubia. Edward volvió a crisparse

Oí  la puerta de la casa abrirse, rogaba porque no fuera Esme. No quería que viera una escena tan descabellada.

— ¡Bella! ¡Bella!— me giré para recibir  a Rose que corría hacia mí con una gran sonrisa.

El Conserje -Terminado-Where stories live. Discover now