━ twenty six

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"You can't take my youth away, soul of mine will never break, as long as I wake up today, you can't take my youth away".










En un lugar cerrado y muy apartado de la ciudad, Obake se encontraba vigilando la ciudad, como siempre le encantaba hacer

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En un lugar cerrado y muy apartado de la ciudad, Obake se encontraba vigilando la ciudad, como siempre le encantaba hacer. Con la esperanza de que los grandes héroes tomaran la iniciativa antes de lanzar el arma que acabaría con todo San Fransokio de una ves.

Sabía que eso no iba a pasar, si Alex no hubiera renunciado, si hubiera sido más lista, no hubiera tomado la decisión de matarla antes de que se ejecutase el plan.

No podía dejar a la chica con vida, por que tenía sus razones pero prefirió guardárselas.

Más al fondo de aquella pequeña pero espaciosa guarida (los Mad Jacks solían querer llamarla base) se encontraba una celda forzada con una gran puerta de metal, la cual se podía abrir con una contraseña, se encontraba Alex, sentada en una esquina de la habitación, como un asustado gatito negro (le habían quitado el traje y en su lugar le dieron una chaqueta negra) de ojos verdes asustado.

Al rededor de su cuello tenía un estupido collar que le emitía unos terribles toques si intentaba usar sus poderes mentales y aquellas cosas que salían de sus manos.

Se abrazaba sus rodillas con la mente en blanco y los ojos verdes sin brillo y cansados por las lágrimas.

Ni siquiera hacía el mayor esfuerzo por intentar escapar, sentía que de alguna manera se lo merecía por no haber dicho nada antes.

¿Pero que podía hacer? El miedo la había invadido, pero era culpa suya, su culpa que destruyeran la ciudad.

Había perdido a sus amigos, inclusive le hecho perder a Hiro toda la confianza que él tenía en ella.

Por otra parte, con ayuda de Peter, el grupo de solo cuatro héroes se dirigían al escondite de Obake, se habían decidido que si Hiro no iba a estar dispuesto a ayudar, ellos darían hasta el último segundo de su vida por recuperar a Alex.

-Padre, ¡si la acabamos ahora el plan será más rápido!- insistió Trina que ya se había aburrido con la espera y quería ver San Fransokio en ruinas totales.-Así nos ahorramos de una pelea con esos patéticos héroes.

-Paciencia Trina- murmuró Obake sin despegar la vista de las pantallas que le indicaban cada movimiento de la ciudad. -aún nos falta tiempo para lanzar el arma, y luego le quitaré los poderes a Jansen para que muera debilitada como es debido- había crueldad y satisfacción en su voz pero eso conformó a Trina.

Todo iba bien en aquella silenciosa y fría guarida. Hasta que un temblor repentino que sacudió todo los hizo ponerse en defensiva.

Alex que también había sentido la sacudida de la guarida, dejó de abrazarse sus piernas y se mantuvo alerta con el corazón latiéndole a mil por hora. Los héroes entraron por sorpresa desde una de las paredes gracias que Wasabi hizo un corte redondo rápido y perfecto con las cuchillas de plasma en la pared.

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