Página 25: Días 1-10 (II)

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AVISO IMPORTANTE
No leer el capítulo sin leer el siguiente párrafo primero, por favor.

Hola chicas y chicos, lo primero es darles las gracias por seguir esta historia, y lo segundo, como ya saben, este fanfic trata de temas para mayores de 18 años, y este capítulo en especial tiene más contenido sexual que los anteriores. Y situaciones un tanto...diferentes en cuanto al sexo... Así que si eres menor de edad o no te gusta el lemon te recomiendo que no lo leas. Ya que no quiero herir la sensibilidad de ningún lector. Y si lo haces es bajo tu propia responsabilidad. Como siempre espero sus comentarios y como ya he dicho antes les agradezco de corazón a toda esa gente que lee esta pequeña historia.
Un saludo a todos.

Los personajes no me pertenecen.

Kakashi-Sensei siempre había sido un hombre misterioso, y no solo por ocultar su rostro bajo esa máscara que tanto le favorecía, si no porque jamás podías saber que era lo que pensaba, nunca hablaba más de lo estrictamente necesario, era muy prudente a la hora de hacer cualquier cosa, un estratega nato, al que jamás le conocí ninguna mujer, aunque...seguramente varias habían pasado por sus brazos. Había sido mi maestro durante años. Y aún así jamás le había llegado a conocer del todo, hasta ese día donde pude comprobar de primera mano, y en la intimidad, sus más oscuros deseos.

***

Como en cada encuentro con Kakashi-sensei, su recuerdo se aunaba más en mi interior, y deseaba su presencia, sus caricias, sus toques, roces y mordiscos. Después de aquella noche juntos, por alguna extraña razón mi corazón se alegraba cada vez que lo veía, se ponía nervioso cuando compartíamos la habitación con alguien más, y se aceleraba cuando me miraba como solo él lo solía hacer.

Dos días habían pasado desde que dormimos por primera vez juntos y, aunque hubiera querido, no había podido volver a hacerlo ya que mis padres habían vuelto sorpresivamente antes de su viaje.

Al tercer día, Tsunade-Sama me mandó a llamar a primera hora a su despacho. Me levanté de mala gana dado que me gustaba mucho más ir al hospital que a la torre Hokage con mi maestra, ya que sabía que la visita a su despacho no siempre traía algo bueno.

Terminé de ducharme y decidí ir a su llamado con brevedad, no dicen que al mal paso darle prisa, me puse la ropa de siempre y entré en la torre Hokage con cierto nerviosismo. Shizune estaba en la puerta esperándome con una pila de papeles que inmediatamente le ayudé a cargar.

Antes de entrar, la asistente de la Quinta, tocó la puerta con cierto nerviosismo, ya que conocía muy bien el temperamento de Tsunade-Sama. Un —Adelante—fue lo único que ambas necesitamos escuchar para que diéramos un paso al frente y entráramos en el mismísimo despacho de la Hokage.

Mi pulso se aceleró y un leve sonrojo tiñó mis mejillas al ver a la persona que tanto deseaba, junto a él se encontraba mi mejor amigo y un tanto más alejado, y con su típica pose de brazos cruzados estaba Sasuke.

Naruto me saludó con su inigualable energía y su típico —Sakura-Chan—, Kakashi hizo su típico gesto con las manos, y Sasuke... bueno él se limitó a gruñir por lo bajo, imagino que seguía enfadado por el no correspondido beso del otro día.

He de admitir que me fue difícil escuchar la misión que nos había asignado Tsunade-Sama al viejo equipo 7, ya que toda mi concentración estaba puesta sobre mi maestro: sus gestos, su cuerpo, simplemente...no podía dejar de mirarlo.

La misión consistía...por lo que escuché...en algún momento que presté atención, llevar un preciado botín que se debía transportar desde Konoha a la aldea de la Arena, concretamente era un encargo del Quinto Kazekage, es decir de Gaara. Me resultó bastante raro que nos pidieran a todo un equipo conformado por los más fuertes de la aldea la tarea de guardianes/recaderos. Sin embargo ante un encargo tan peculiar y encargado ni más ni menos por el Kazekage no nos podíamos negar.

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