22:Una Verdad Oculta.

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*OLIVER *

Mi turno en el taller no ha sido muy duro. Solo estoy arreglando una Ducati Panigale que a mas tardar estará lista mañana.
Sonrio al recordar a Allisson. Me da ternura y emoción todo lo que hemos vivido desde hace pocos días. Todo ha cambiado y espero que sea para bien. De verdad Allisson merece ser querida, cuidada, amada pero sobre todo protegida. Se que algo le pasa y le preocupa. He podido ver muchas veces la tristeza en sus ojos y me muero por preguntar que es lo que la vida le ha hecho, pero mejor esperaré a que ella me tenga la suficiente confianza como para decir todo lo que le ha pasado. Yo ya le abrí mi corazón, pero no la voy a presionar para que ella me abra el suyo.
Tomo mi teléfono con la esperanza de que me haya mandado un mensaje, pero no tengo nada registrado. Bueno, espero verla en la noche. Ya me dio una copia de su llave y eso facilita poder verla cuando se me haga tarde. No importa si está dormida y solo hago eso con ella. El solo hecho de su presencia me pone bien a su lado y no necesito nada más.
Sigo trabajando en la moto. Solo hay que agregar barras de suspensión invertida y solucionar um problema con el sensor de velocidades. No es mucho, pero esta moto es tan compleja que debo tener cuidado.
Al final los chicos y yo tomamos un descanso. Ya es media mañana y me urge un bocadillo. Voy a la máquina dispensadora y saco una barra de cereales. Mi celular suena y lo saco pensando que es Allisson, pero es una llamada de mi padre. No se que quiere, no me interesa, así que ignoro el sonido.

Me como la barra de cereales mientras ojeo un ejemplar de la revista de mi padre que no se por qué pero cada quincena la compro.. Me gustan los artículos de chismes y ver el nombre de Allisson como editora principal me da un orgullo que no puedo explicar. Si es verdad que no soporto a mi padre y menos ir a su trabajo, pero desde que ella está ahí todo se me hace mas interesante.
Estoy leyendo un artículo sobre remodelacion de casas, cuando mi teléfono vuelve a sonar insistentemente. Veo de nuevo que es mi padre y como prefiero ahorrarme una discusión con él para que deje de estar molestando, mejor pongo mi celular en vibrador y lo dejo en la mochila de mi locker.

Sigo trabajando en lo que me falta de la Ducati y ya por terminar siento algo raro en el pecho como si algo no me dejara respirar. No se si por instinto o que es pero decido revisar mi teléfono de nuevo y si mi padre vuelve a llamar, no me queda de otra mas que contestar.
Lo saco de la mochila y tengo veinte llamadas perdidas de mi padre y diez del teléfono de Allisson.
Entonces me preocupo y remarco el mum
número de mi novia.

-Allisson...., amor, ¿que pasa?. - le digo en cuanto escucho que ha contestado.

-¿¡POR QUE DEMONIOS NO CONTESTAS EL PUTO CELULAR.!? - la voz de un hombre me llega del otro lado y no puedo negarlo. La primer punzada de celos aparece.

-¿Quien habla.? ¿Por que tienes el teléfono de Allisson.? ¿Donde esta mi novia?. - contesto en un tono tal vez demasiado brusco.

-Ey...., ey.... Troglodita....., tranquilo..... Tengo rato llamandote y no contestas. Allisson se puso mal. - sus palabras caen como balde de agua fría.

-! Qué!.... ¿Y donde está? ¿Que le pasó? ¿Ella esta bien?. - escucho que la persona del otro lado de la línea resopla..

-Oye...., son demasiadas preguntas. La trajimos al Hospital Central y date prisa aún no nos han dicho nada pero estaba muy mal. Aquí te espero. Estamos en la sala de urgencias. - y cuelga sin decir mas.
Me obligo a reaccionar yo mismo y tomo mi mochila con todas las cosas dentro.

Voy a la oficina de Roger mi jefe. Tengo que pedirle permiso para irme y le daré las verdaderas razones del porque quiero hacerlo.
Afortunadamente ese viejo es buena onda y siempre me ha estimado. Asi que no hace muchas preguntas y me deja salir sin ningún problema.
Corro hasta mi Yamaha y me monto en ella. La enciendo y meto primera para después arrancar y meterme entre los coches del inmenso tráfico.
No me importan los bocinazos que me dan mentandome la madre. En otros tiempos solo eso hubiera bastado para que armara un lío a golpes. Pero ahora me preocupa esa niña de ojos miel que no quiero que le pase nada. Es increíble que ahora esté en el hospital cuando apenas en la mañana salió bien de la casa. Bien dicen que para enfermarse uno, no hay ni dia ni hora.

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