Lovers // ZAYN

Capitulo 8.

–_____ me parte el corazón verte así, de verdad.

–¿Y como quieres que este?!.

–Cálmate, así no conseguirás nada.

–Es que, ni siquiera se porque estoy así.

–Él, ¿Te importo mucho no?.

–Demasiado.

Estuvimos hablando hasta que Alice me dejo hablando sola ya que se quedo totalmente dormida y decidí hacer lo mismo.
Desperté sutilmente, Alice se tiró arriba de mi saltando de felicidad y pegando gritos.

–¿Que demonios sucede contigo?.

Dije con indignación.

–Harry, me mandó un texto que si nos podíamos ver en la tarde.

–Bien por ti.

–Ven, vamos a desayunar.

Caminamos, el teléfono de Alice empezó a sonar fastidiándome, ella subió a contestarlo.

+

–¿Harry?, no esperaba que me llamarás hasta en la tarde.

–Lo siento pero es urgente.

–¿Que pasa? te escucho preocupado.

–Lo estoy, no sabemos nada de Zayn desde anoche.

–Pero eso es normal en él.

–Pero no contesta su teléfono.

–Debe de estar en uno de sus Oasis.

–No entiendes, lo hemos buscado y nada.

–¿Donde estas?.

–En la casa de Liam.

–Ok, voy para aya.

______

Alice salió rápido de mi casa, algo malo paso.
Ahora me encontraba yo sola en mi apartamento, intenté volver a dormir pero no pude.
Quise ir al Palacio De Versalles, ya había escuchando de ese lugar y quise ir, tome mi cámara y me dirigí allí.

–Señorita son 100 euros.

–Tomé, una pregunta ¿Hasta que hora está abierto el Palacio?.

–Hasta las 7 señorita.

–Gracias.

Bajé del taxi, y me encontré con la guía del Palacio, me dio un pequeño folleto de este con un mapa, era muy grande, recorrí cada pasillo e iba tomando fotos.
Estaba anocheciendo y me dirigí a los jardines, me recosté en el césped y me puse a pensar en mi situación sentimental.
Mire la hora eran las 6:39 p.m. estaba muy obscuro, empece a recoger mis cosas, no quería quedarme encerrada aquí, y ahí la estúpida sensación de que alguien me miraba, me quede fija sin moverme mirando hacia la fachada trasera del castillo.

Zayn

Estaba en la tranquilidad del Palacio De Versalles, desde ayer estoy aquí.
Mire que se acercaba la hora en la que cierran, era mi momento íntimo y personal para disfrutar los jardines llenos de tranquilidad. Camine lento, esté lugar es todo lo que necesitaba.
Una figura de una mujer recogiendo sus cosas llamó mi atención, me acerque un poco más a ella, era imposible ya eran casi las 7 supuestamente aquí ya no debe de haber nadie.
Pare en seco al reconocerla, era ella.
Mi cabeza empezó a formar ideas de como llamarla, hablarle, pero ninguna tenía coherencia y ella estaba ahí parada sin hacer nada. Mis piernas temblaban, era el momento perfecto, mi respiración se agitaba, creo que ella pudo notarlo y volteó al instante, su mirada se encontró con la mía, ninguno hablaba, vi sus ojos humedecerse, ella antes del acto de caer sus lágrimas volteó y empezó a correr.
Como las veces que la vi, pero esta vez no la dejaría escapar, no me perdonaría si la dejara irse otra vez.
Corrí tras de ella y la alcance, con mis brazos rodeé su cintura y la volteé hacia mi.