19. Hábitos

2.9K 139 14
                                    

-Entonces, ¿esto se va a convertir en una costumbre?- preguntó Julia con una gran sonrisa al ver el avión. 

-Julia...

-Hablaba del avión, no de vosotras, chica creída- bromeó Julia. 

Natalia le dio un pequeño golpe en el brazo y la ignoró. Llevaba horas aguantando a Julia bromear sobre Alba y la nueva relación que mantenían. La cantante se había quedado unas cuantas horas más con ellas en el apartamento antes de volver a su casa para ducharse y coger algo de ropa para el viaje. Por suerte, los paparazzis se habían cansado de estar por la zona ya que pensarían que Alba se había marchado en algún momento de la noche y no seguía allí, por lo que pudo marcharse tranquilamente. 

Julia tan sólo aguantó un minuto después de que Alba se fuera sin interrogarla y gastarle bromas, que Natalia intentaba esquivar sin muchas explicaciones. Le contó que podían irse con Alba en el avión y, aunque había pasado la mejor noche de su vida, no se lo reconoció a Julia, aunque si admitió que esta vez no se iba a ir a ninguna parte. 

Unas horas más tarde, Alba pasó a recogerlas con Carlos al volante, quien las llevó al aeropuerto. Natalia tenía ganas de darle un beso al volver a verla, pero se contuvo por la presencia de Julia y el conductor. Aún no estaba preparada para hacer gestos tan cariñosos y normales en público. 

-Podéis viajar conmigo en el avión o en los trenes cuando queráis, sin presiones– dijo Alba que había escuchado la broma de Julia y quería quitarle hierro al asunto. 

–¡Genial! Entonces esto se va a convertir en costumbre– volvió a repetir entre risas Julia, pero vio sus caras de confusión– Ahora sí que estoy hablando de vosotras eh... 

–¡Julia!– protestó de nuevo Natalia. 

–¿Qué? Es sólo que nuestros compis seguro que preguntan porque no hemos viajado con ellos y quería saber qué puedo y qué no puedo decir– aclaró Julia. 

–Por mi parte puedes decir la verdad, pero lo que te haga sentir más cómoda a ti Natalia– dijo Alba que aprovechó para colocar bien el transportín de Queen. 

–Yo... A ver... supongo que se van a enterar tarde o temprano o que se van a dar cuenta de que tenemos algo, pero no sé aún...– dijo Natalia algo dudosa. 

–No te preocupes, no tenemos que oficilizar nada ahora Nat, tenemos tiempo– aceptó Alba. 

Natalia le sonrió y se acomodó en su asiento. Estaba realmente cansada y aún tenían que llegar a la ciudad y actuar en el concierto de esa misma noche. Encima, al ser parte de un festival no salían al escenario hasta casi medianoche. Alba no tardó en notar que no paraba de bostezar, por lo que se acercó a ella para darle la mano y que se acomodara en su hombro para dormir un poco. Julia, que estaba sentada frente a ella, se enterneció ante la imagen. Tenían los dedos de las manos entre lazados y Alba intentaba no moverse para no despertar a Natalia, quien estaba acurrucada contra ella. Julia sonrió al ver la paz que le traía la situación y al notar la tranquilidad de Natalia después de los meses que llevaban. Casi por instinto, sacó su móvil y les sacó una foto a ambas en esa situación. Miró la imagen y sonrió. 

–¿Qué te hace tanta gracia?– susurró Alba cuando vio a Julia sonriendo. 

–Nada... es sólo que hacéis buena pareja– dijo Julia quitándole importancia. 

–¿Gracias?– rió Alba antes de ponerse más seria– y gracias por todo lo que le dijiste ayer, le abriste los ojos y creo que de alguna manera eras la única que podía hacerle ver que no era tan malo seguir a tu corazón. 

–Puede ser muy cabezota a veces– suspiró Julia– pero sí, te dije hace algún tiempo ya que no le hicieras daño y pasó todo lo contrario. Sé que sólo huyó porque tenía miedo de lo que sentía y creí que ayudarte un poco era lo justo. 

Hasta que llegaste tú (Albalia)Where stories live. Discover now