Capítulo 10

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Sábado 21 febrero, casa Natalia, 10:34.

Nat

Estas ocupada? 10:34

                                                                                                                             Alba

                                                                                                                 No, por? 10:36

Nat

Estoy solita en casa, vente un ratito 10:37

                                                                                                                               Alba
                    Me has convencido 10:37.

Sobre las once y cuarto de la mañana Alba llegó a casa de Natalia. Era un chalet no demasiado grande similar a los demás que había en esa zona. Estaba decorado de forma minimalista con mucho gusto.

Natalia la recibió vestida con una sudadera rosa bastante grande y unos pantalones negros de chándal. 

-Hola churri- saludó la más alta antes de acercarse a ella para besarla. 

Al rato las dos estaban en el sofá viendo una peli, a la que poco caso hacía. Natalia tenía su espalda apoyada en el apoya brazos del sofá con las piernas estiradas mientras que Alba estaba encajada entre sus piernas con su cabeza apoyada en el pecho de la morena y sus brazos rodeándola. 

Hacía tanto que no estaba así con nadie que casi no se acordaba de como se sentía estar rodeada por los brazos de alguien, escuchar el latir de su corazón, las suaves caricias en su espalda por debajo de su camiseta...

Estaba completamente enredada a Natalia pero aún así no era suficiente. Alzó su cabeza para observar como la morena miraba la pantalla. No hay persona más guapa en el mundo que esta mujer pensó mientras pasaba un dedo por la línea de su mandíbula, siguió su recorrido acariciando su barbilla acercándose a sus labios, movimiento que la chica aprovechó para morderla el dedo. Lejos de quejarse Alba se incorporó un poco y agarró con cariño la cara de la chica para que la girase hacía ella y así poder besarla. 

Aquel no pretendía ser un beso tierno ni tímido. Por primera vez estaban solas en un espacio donde nadie las podía molestar y Alba quería aprovecharse de ello. Sus bocas encajaron a la perfección, siendo la rubia quien llevaba el ritmo del beso hasta que Natalia mordió su labio inferior para luego acariciarlo con su lengua y volverlo más fogoso. Alba, a quien la gustaba llevar el control, decidió recuperar el dominio del beso sentándose a horcajadas sobre Natalia a quien no la quedo más remedio que sucumbir.

La morena ya cansada de las suaves caricias que había estado dejando en la espalda de Alba y viendo que el beso subía a otro nivel decidió bajar sus manos hasta el culo de la chica el cuál apretó y manoseo sin vergüenza alguna.

El olor de Natalia, su lengua recorriendo su boca, sus manos en su culo apretándolo y generando cierta fricción contra su centro hacían que a Alba se la empezara a nublar la mente. Su mano derecha se coló debajo de su sudadera trazando a placer las líneas de sus abdominales mientras que la izquierda se enredaba en su pelo tirándola ligeramente de este de vez en cuando para mantener su dominio de aquel beso.

La rubia separó un instantes sus bocas para coger aire cuando se fijo en el apetitoso cuello de Natalia totalmente expuesto. Dejó un beso en su mejilla, succiono el lóbulo de su oreja, trazó la línea de su mandíbula esta vez con su lengua y se lanzó a su cuello.

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