12| Siempre hay otras maneras.

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-Buenos días-

-Déjame dormir- gruñe Lander.

-Eres demasiado malagradecido, Reynolds- reclamé con el ceño fruncido.

-Tengo sueño, Lane- dijo arropandose más con las sábanas.

-Bueno, entonces me voy- digo poniendo la bandeja con comida en la mesa alado de la cama y haciendo un ademán de irme, pero Lander toma mi mano y caigo como un balde en la cama, sobre él.

-Solo... quédate- me dice con la voz ronca.

-Me e quedado toda la semana, Lander- digo rodando los ojos y el me aprieta más a el, como si yo fuera su peluche favorito.

-Hablo de hoy- dice y abre un ojo.

-No me iré a ningún lado- digo divertida.

-Solo quiero que te quedes- dice como un niño.

-No me voy a-

-Hablo de que quiero que te quedes en mi vida, Lane, para siempre, quiero que siempre estés a mi lado, no importa de que modo, de que forma, pero quiero que estés a mi lado, porque si tu no estás, yo no sería nada, solo... quédate siempre ¿Okay?

Sonreí y tomé una respiración, mi corazón latiendo al máximo, Lander no siempre decía cosas así, y cada vez que lo hacia, daba ganas de grabarlo y escucharlos siempre.

-Okay- digo y tomo su mano.

-Todos tenemos una persona que nos conduce al cielo, y tú Lane, eres la mía- dice y yo sonrío.

-Y tu la mía-

-Deja que los demás opinen todo lo que quieran, al final, en este cuento solo somos nosotros dos, después de eso, cuando sepan nuestra historia entenderán todo- dice y luego besa mi mano.

-¿Sabes? Mi amor por ti es como las estrellas, todos lo ven, pero no saben cuantas son, ni de donde vienen- dice y entonces el me abraza nuevamente, dejandome ahí, otra vez sin poder decirle nada, pero con un pensamiento más claro que nunca.

Yo necesitaba a Lander Reynolds en mi vida.

Mi Lander.

Al día siguiente de la confesión de Lander a el le habían dado de alta para salir del hospital, eso sucedió hace una semana, y luego de eso cada día me e quedado aquí en casa de Lander.

Mamá accedió con una sonrisa cuando le conté lo que había pasado, le conté todo acerca de Lander, Yang Ming y yo, ella solo me dijo que la que sea que fuera mi decisión ella la iba a aceptar, y luego me me podía quedar en casa del Lander el tiempo que el lo necesitara.

Desde ese día todos los días despierto a Lander, y paso todo el día con él, aún no vamos al imstituto, ya que tenemos un permiso por la condición que sufrió Lander, aparte de eso salimos y regresamos a la mansión.

Y todo era perfecto hasta ese día.

El reloj de la sala marcaba las 17:55 horas del sábado el clima estaba nublado, pero no había señales de caer nieve, estabamos en pleno cambio de estación, así que nos estabamos preparando para recibir una nevada en cualquier momento.

Lander estaba frente al televisor de la sala, viendo un partido de fútbol.

Y yo estaba en la cocina, preparando la cena, abrí la despensa y ví que no habían espagguetis, bufé y me dirigí a Lander.

-¿No hay pasta?- pregunté desde la cocina y Lander llegó hacia donde yo estaba rápidamente.

-Creo que...- el se agachó para revisar en las estanterías de abajo y luego se levanto negando con la cabeza -No, se acabaron- dijo y tomó las llaves del auto que estaban en la repisa.

Escalera al Cielo. [Terminada]Where stories live. Discover now