Escalera al Cielo. [Terminada]

1| ¿Destino? ¿O casualidad?

-Kay, ¿Hoy irás con nosotras a la playa?- me preguntó por enésimas vez Susan, mi compañera del instituto.

-Susan, te dije que tengo que hacer unas cosas mientras mi mamá trabaja- suspiré cansada.

-Vamos Kay, solo serán unos minutos- dijo poniendo cara de perrito mojado y sonreí.

-No me convencerás con esa cara atrapa chicos- reí y ella igual.

-Por favor Kayce, por favor- ella seguía insistiendo y suspiré.

-Solo 10 minutos- dije y ella chilló de la emoción.

-Ni un minuto mas, pelirroja, vamos- dijo y abrió la puerta de su auto para que yo entrara.

-Joder, siempre tienes que salir ganando- dije y ella río.

-Suele ser un don- Dijo y negué con la cabeza.

[...]

-Vamos, pelirroja- dijo Susan mientras iba delante de mi.

Ibamos cinco chicas: Nathalie, Flor, Samantha, Susan y yo.

Dos rubias, dos pelinegras y obviamente yo, la única pelirroja.

Nos sentamos en un banco frente a la playa, era hermoso a esta hora las 4:00 pm.

Las chicas miraban a los chicos que estaban surfiando y yo siempre rompiendo el ciclo, estaba leyendo un libro.

Pasaron unos chicos al frente de nosotras y Susan me codeó para que mirara.

Uno de los chicos que reconocí como Owen Holffman, uno de los chicos del equipo de fútbol me guiñó el ojo a lo que yo hice una mueca y seguí leyendo.

-¿Viste como te miró Owen? ¡Ese tipo está buenisímo!- chilló Samantha y yo le resté importancia.

De pronto mi teléfono empezó a sonar y mis alarmas de activaron.

Ví que era un número de casa así que ya supe quien era.

-Me tengo que ir- dije lo suficientemente alto para que todas las chicas miraran hacia mi.

-¿Ya? Oh vamos Kayce, quédate- dijo Nathalie con cara triste.

-Lo siento, tengo que... mi mamá me necesita- dije rápidamente y ellas me dijeron que estaba bien.

Salí corriendo rápidamente y mi teléfono volvió a sonar.

Esta vez si lo contesté.

-¿Hola?- dije con la voz agitada mientras corría por la playa hacia la parada de autobuses.

-Kay, ¿Donde estás? Necesito tu ayuda, ¿Podrías venir acá?- preguntó mi madre y yo fruncí el ceño.

-Pero tú dijiste que no podía ir a tu nuevo trabajo y-