Mi adorado tormento

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Había llegado a ese estudio y tras entrar veía a un Kakashi Hatake muy irritado debido a la actitud de Ino, mientras que Naruto intentaba que ella entrara en razón, siempre tenía que hacer lo mismo y enserio odiaba eso.

A los minutos de haber llegado la pasarela por fin empezaba he Ino actuaba como si nada hubiera pasado nada ¡Era una caprichosa!

Mientras los demás espectadores y yo la observábamos modelar, yo imaginaba cómo se vería Hinata en traje de baño. Demonios tenía que dejar eso de lado o mi trabajo se vería afectado y mientras debatía en mi mente si mi perversión era buena o no..

Veía como Ino se agarraba como loca gritándole a la Hyuga y mierda no lo aguante más y le gritaba que se calmara y ante su mirada sorprendida..

—¿Quién te crees eres Ino? Ella está aquí por qué yo la he mandado llamar— «además Ino no era dueña del lugar, para ponerse así»

—Pero Sasuke-kun, ella..

—No voy a repetir las palabras dichas Ino, ahora más te vale que le bajes dos rayitas a tu histeria— y al ver a

Una Hyuga muy sorprendida, supongo que, por mi actitud, vaya que yo también lo estaba, además sabía que esto me ocasionaría un gran lio con Ino, quién salía muy furiosa del estudio y al ver a un Hatake golpearse la frente..

—Vamos Hyuga..

—¡Eh! — Y tras parpadear, solo veía como mi adorado tormento me pedía seguirlo, solo esperaba no me fuera a regañar.

[...]

Esa estúpida, la odio, además no la soporto más, definitivamente tenía que deshacerme de esa tipa tan simple a como diera lugar. ¿Cómo es posible que Sasuke se pusiera de su lado? ¿Desde cuando era su defensor?

Salía del estudio y al carajo si Kakashi me armaba un lío por interrumpir la sesión de fotos. Las Idiotas de las secretarías y alguno que otro personal me veía como cubría mi cuerpo con la bata, estaba furiosa, juro por dios que si alguien se interpondría en mi camino la pagaría muy caro.

Tras aventar una que otra cosa a mí paso y maldecir mil veces a esa estúpida, llegaba a mi oficina y..

***

Odiaba que Ino me pusiera a hacer su trabajo, con lo que yo tenía era más que suficiente, por lo pronto me relajaría un momento mientras ella se las daba de diva posando frente a las cámaras y al estar por acomodarme mejor en el sillón, el fuerte sonido de la puerta abrirse de golpe me interrumpía y..

—Pero ¿Qué...?