Epilogo (2/2)

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Una hora después, ya dentro del avión, despegaron. Por suerte el rubio no había despertado aún. Espero allí que su esposo dejara de dormitar y darle la sorpresa, pero en el proceso se durmió el también.

Jimin abrió sus ojos, al ser despertado por unos ronquidos a su lado. Frotó sus ojos, aun somnoliento, bostezo y observo a su alrededor, asustado al ver muchos asientos y cabezas de personas, algunas calvas, otros con cabellos, da igual, concluyó que estaba en un avión, al ver por la ventana a su izquierda.

Movió el cuerpo de su esposo, para despertarlo, pero solo le ignoró, zarandeó mas fuerte y nada, se acercó a mirarle, a unos centímetros del rostro del pelinegro, sintiendo la respiración del otro, frutilla, pensó. Bajo su mirada a sus labios finos y rosados, le beso sin resistirse, solo posando sus labios en los del pelinegro, sin mover ningún músculo, sintió unas manos cálidas tomar sus mejillas, y abrió sus ojos para encontrarse con los ojos negros brillantes de Jungkook, los dos volvieron a cerrar sus ojos, para disfrutar del beso, degustando sus sabores dulces, el pelinegro le alzo para sentarlo en sus piernas.

_¡Sorpresa! - le dijo con una sonrisa, logrando al contorno de sus ojos, unas pequeñas arrugas.

_¿Es enserio? - asintió el pelinegro, rozando sus narices tiernamente.

_Quiero pasar el tiempo contigo, y viajar las veces que podamos, disfrutar cada momento de nuestras vidas, juntos.

_Estar juntos, es nuestro destino. Te lo dije! - sonrio ampliamente al mayor, y le abrazo, escondiendo su rostro en el cuello de éste. - ¡Gracias esposito!.

Volvió a su lugar, tímido al ser observado por las personas en los asientos de su lado.

No podía negar que estaba feliz, la sorpresa de Jungkook le quito cualquier sentimiento de molestia que sentía anteriormente, a lo mejor estando en este viaje, el sexo surja, pensó Jimin mirando de reojo a su conejito. Esté al darse cuenta de su mirada, le regalo una sonrisa.

_Y, solo por curiosidad, ¿A donde viajamos? - pregunto observando el avión, y presionando cada botón que veía.

_A Tokyo. Siempre te gusto! - dio saltitos en su asiento, haciendo reír al mayor.

_Iremos de compras, a bailar, a comer en los mejores restaurantes... - enumeró las cosas que harían al llegar - Oh si, también iremos a Disney Jungkookie. - concluyó, mientras bebía un refresco, que la azafata les había traido, junto a unos bocadillos.

Luego de viajar por casi trece horas, llegaron a Tokyo, con sus traseros entumecidos, a la cuidad de Fukuoka.
Salieron del airport del lugar, con sus sonrisas gigantes, tomados de las manos, ignorando a las personas que se les quedaban viendo con desagrado.

_¿Kookie? - llamó su atención, haciendo que el pelinegro le mirará curioso - Y las maletas? - pregunto al ver que, no llevaba nada en sus manos, solo una mochila, y su cámara colgando en su cuello.

_Ha eso, pues me la olvide, pero tranquilo vayamos a comprar ropa, algo para todo el día. - dijo haciendo señas a un taxi, esté se detuvo en el borde de la calle, subieron al vehículo, indicando al chófer, que les llevará a una tienda cercana de ropa.

_Amor me trajiste con el pijama puesto.. - protesto con un puchero, el mayor rio bajo al verlo - ¡No te burles! - le golpeo el hombro, por lo menos le colocó unos calzados y un camperon, mas grande que el pequeño rubio.

Mi Pequeño Esposo *Kookmin* CORRIGIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora