Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"

23. El cumpleaños de Muerte (parte 1)

- ¿Qué mi heredera favorita es la nueva cazadora de Quidditch? - dijo con tono de desentendido - Si es eso... No, no lo sabía.

- Muy chistoso... no es justo que te enteres de todo con Dumbledore - le dije con gracia.

- Ah... querida, la vida no es justa.

- Debo admitir, que ya estoy acostumbrada a tu extraño sentido del humor - le dije - Aparte ya sé que soy tu favorita.

- Qué no se te infle tu ego, niña - ambos reímos - Nunca he jugado, pero me gustaba mucho volar, en verdad me encantaba.

- Entiendo, el sentir como la brisa fresca golpea en la cara y la adrenalina de la velocidad... es algo que agradezco.

- Me gustaría ver tu primer partido, pero sé que quieres que permanezca en el anonimato, porque seguro te avergüenzo y...-

- ¿Me estás haciendo chantaje emocional? - le pregunté.

- ¿Funciona? - me preguntó en cambio.

- Hablaré con papá y él sabrá como hacer - le respondí y lo veo sonreír.

- Maravilloso, ahora continuemos con nuestra lectura.

- Tienen una gran afinidad - comenta Dumbledore.

- Me agrada mi descendencia, pero con Hannah somos más similares, por más que me diera dolores de cabeza - le responde Godric.

- Apoyaste mis ideas...

- Claro que sí, pero me preocupaba de igual manera.

Para la hora del almuerzo, regresé al castillo y me encontré con mis amigos, esperándome para comer. Las lechuzas volvieron a traer el correo, pero tampoco recibí respuesta y eso me inquietaba.

- ¿Sucede algo?- dijo Harry, mientras vamos a la sala común.

- Mis padres no me han respondido aún - le respondí.

- Ya lo harán Hann - dijo Hermione.

- Es cierto, es posible que tu padre esté desmayado todavía - dijo Ron para levantar mi ánimo.

- Es lo más probable, no encuentro otra respuesta - me dice él.

- Más te vale, mi ahijada tuvo una gran entrada al equipo - le dice James.

- Sospecho que tu padrino te consentirá demasiado - me dice la Señora Potter.

- Por supuesto que sí.

- Ya padrino, dejá que sigan leyendo.

Al pasar por el agujero, vemos la sala común, tan llena cómo cuando recibieron a los chicos el primer día. Al vernos entrar, la multitud se abrió y en el centro vi a mis padres. Con papá corremos a nuestro encuentro y me abraza, levantandome del suelo. No me importaba que todos creyeran que soy una nena de papá, porque lo soy.

- Por supuesto que lo soy - les digo a los que se ríen.

- Lo ven... y no quieren que me queje que se va a casar - comenta mi padre.

- En el futuro siguen igual abuelo - le dice Al.

- Y tienes décadas para hacerte la idea.

- Hola bebé - me dijo al separarnos y besa mi frente - Teníamos que venir a felicitarte en persona.

Mamá se acercó y se unió al abrazo.

- Tu padre no durmió en toda la noche - dijo mamá divertida.