Erick coloca las maletas de Joel en el auto, y suspira al verlo parado en la puerta mirando hacia el interior de la casa.
Patricia no va a despedirse, obviamente.
Se gira para subir por fin al carro y marcharse cuando escucha su nombre.
-¡Joel!- grita Gabriel y corre hasta él para abrazarlo fuerte cuidando de no hacerlo perder el equilibrio.
Ha crecido bastante, pero para Joel sigue siendo un niño.
-No entiendo nada Joey- dice levantando su rostro para verlo a los ojos.
El corazón del rizado vuelve a romperse cuando ve sus ojos brillantes por la humedad.
-Solo hay una cosa que debes tener en cuenta Gabo- dice acunando su rostro entre sus manos -yo soy tu hermano, y cuando entiendas lo que pasó espero que me sigas viendo igual.
Gabriel asiente pegándose otra vez al cuerpo del mayor y este aprovecha para despedirse con un tierno beso en su frente.
El ojiverde mira de reojo a su novio mientras conduce. Ha pasado todo el camino mirando por la ventana sin ver realmente nada, solo perdido en sus pensamientos, y cada cierto tiempo una lágrima se escapa de sus ojos pero se encarga de limpiarla inmediatamente.
-Joel- Daysi pone una mano en su hombro.
-¿Sí?- pregunta girando hacia atrás para verla.
-Sé que no es buen momento pero, ¿qué vas a hacer con Patricia?
-Ella perdió un hijo, a quien no pudo llorar porque ni siquiera se enteró que ya no estaba. Supongo que lo más inteligente ahora es dejarla hacer su duelo.
-Tienes razón- responde Erick acariciando sutilmente su pierna.
No es que la casa de Erick fuera extraña para él, lejos de eso. Simplemente en ese momento sentía que no pertenecía a ningún otro lugar que no fuera su casa. El quería estar ahí, con su madre, abrazarla y decirle que la ama aunque su corazón se quebrara miles de veces por su rechazo.
Aquella noche, no fue fácil para ninguno. Patricia tan enojada y herida como fuera posible, Joel totalmente ausente, y Erick presintiendo las consecuencias que esto podía traer.
Al verlo el día siguiente en su sesión de terapia supo que no estaba equivocado. La poca colaboración de Joel con los ejercicios y el cambio en el semblante de sus terapeutas se lo confirmaron. Sus músculos no estaban respondiendo como lo venían haciendo, y era por una mala condición física del rizado, todo se debía a su deteriorado estado emocional.
Pensando con cabeza fría decidió que necesitaba hacer una llamada.
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Este capítulo se lo quiero dedicar a choerickfeka 🤗 por su apoyo constante con sus votos.
Les quiere:
Lía. ❤️
