Erick llega a casa de Joel y lanza su mochila en el sofá para luego dejarse caer en este.
Joel aparece en la sala notando al ojiverde en el sofá con sus ojos cerrados.
-Llegaste temprano.
Erick abre sus ojos y le sonríe.
-Así es amor, ¿adivina quién sacó 9.2 en el parcial?
-¿Acaso fuiste tú bebé?- pregunta emocionado.
-Sííí- grita y se levanta para dejar un beso en los labios de Joel.
-Voy por un vaso de agua, ya vuelvo.
Joel lo ve desaparecer hacia la cocina y todavía no se explica como es que Erick sigue con él. Es decir, sabe que lo ama, pero tiene miedo de que ese amor un día acabe por lo poco que recibe a cambio.
Se ha planteado varias veces darle libertad a Erick de salir con alguien más, pero sabe que él no lo haría. Se siente estúpido a la vez por pensar de esa manera cuando sabe perfectamente que es demasiado egoísta como para dejar ir a Erick, sobre todo después de perderlo por ocho años.
Erick merece tener un novio que pueda darle todo. Son las palabras que se repiten en su mente y una otra vez. No está dispuesto a verlo con alguien más, por eso sin pensarlo más decide que es momento de levantarse de la silla, por él.
Se empuja hasta la mesa y apoya sus manos en el borde, se impulsa para ponerse de pie y lo logra. Quiere esperar que Erick regrese para que le ayude a desplazarse un poco por el lugar, pero cree que puede retirar la silla con una mano para darse más espacio.
Se gira un poco para alcanzar la silla, pero lentamente siente como va perdiendo el equilibrio inclinándose hacia un lado. Extiende su brazo buscando algo de qué agarrarse pero sólo logra tomar el mantel y cae al piso estrepitosamente tirando a su paso todo lo que estaba sobre la mesa.
Erick corre al escuchar el ruido y su corazón late rápido porque presiente que no es nada bueno.
-¡JOEL!- grita con la voz rota al verlo en el piso con los adornos destrozados a su alrededor.
El rizado lo mira entre avergonzado y temeroso porque aunque no le sucedió nada grave sabe que Erick está tan preocupado como furioso.
Gabriel, que ha escuchado el estruendo, llega hasta su lado y ayuda al ojiverde a levantarlo y luego lo llevan a su recámara.
Cuando se quedan solos Erick le revisa todo el cuerpo buscando heridas o golpes sin decir una palabra. El mayor es el primero en hacerlo luego de un momento.
-Er yo...
-¿Qué intentabas probar Joel?, ¿Sabes que pudo haber sido peor no es así?
-Lo sé, bebé pero...
-Es que no lo entiendo Joel, por qué te empeñas en hacer cosas que sabes que no puedes hacer. ¿Acaso no quieres mejorar?.
-¡Quiero, maldición!- responde agitado.
Erick levanta el rostro y ve que los ojos de Joel brillan, pero no de la manera que a él le gusta que brillen.
-Joey...
-¿Crees que no he notado que has bajado de peso?- menciona, y sus lágrimas empiezan a desbordarse -¿crees que no visto tus ojeras? ¿Lo que te cuesta moverme de un lugar a otro?, soy una carga para ti.
El menor niega rápidamente con la cabeza sintiendo su pecho dolerle.
-Sólo mírame Erick- continúa hablando -¿De qué te sirvo así? No soy más que un inválido que no es capaz de hacer nada.
-No digas eso- responde y siente algo húmedo caer sobre su pecho, solo entonces se da cuenta de que está llorando también.
-Erick, no voy a enojarme contigo si te fijas en alguien más- afirma mirando sus ojos fijamente.
-¡Basta Joel! No voy a fijarme en nadie más porque te amo a ti.
-Pero es que...
-Si no volvieras a caminar nunca más, yo sería feliz de empujar tu silla por el resto de mi vida.
-No es justo para ti Er- añade bajando la mirada.
Erick acuna el rostro de Joel entre sus manos.
-Voy a casarme contigo- dice sin poder contener su llanto -vas a comprarme un anillo y vas a proponerme matrimonio tal y como lo prometiste.
-Bebé no...
-Vamos a adoptar un niño, para que empuje tu silla por mí cuando me haga anciano y las fuerzas me falten.
-Perdóname Er- dice mirando el piso mientras más lágrimas descienden por sus mejillas.
-Amor- lo llama suavemente.
-¿Sí?
-Déjame darte un poco de lo que tú me has dado durante toda tu vida. Estuviste para mí siempre y se que lo seguirás estando. No me eches de tu lado, por favor, quiero estar cerca de ti pase lo que pase. ¿Me dejarás hacerlo?
-Sí- responde seguro mientras acaricia su mejilla con los nudillos de sus dedos.
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Les quiere:
Lía. ❤️
