Patricia lucía muy hermosa aquel día, era su cumpleaños y todos estaban en casa.
Erick abotona la camisa de Joel sin prisas mientras todos en la sala caminan de un lado para otro organizando todo.
-Yo puedo hacer eso mi amor- le dice el rizado suavemente colocando sus manos sobre las de Erick para que deje de abotonarlo.
-Sé que puedes, pero quiero hacerlo yo- responde y besa la puntita de su nariz.
Joel solo suspira porque sabe que no va a convencerlo. Lo ha intentado cada día con cosas diferentes pero el ojiverde insiste en hacer todo por él.
-¿Sabes que me siento como un niño pequeño que depende todo el tiempo de sus padres verdad?
-Pasará Joey- dice arrodillándose frente a él mientras acomoda sus pies para ponerle los calcetines- si seguimos juiciosos con las terapias en un tiempo podrás hacer todo de nuevo.
-Eso espero, porque tengo cosas importantes que hacer cuando eso suceda.
-¿Qué cosas?
-Solo cosas- dice elevando sus hombros.
-¿Buscar empleo?- pregunta terminando de atar sus cordones y se levanta para estar a su lado en la cama.
-Sí.
-Lo harás, ya verás- responde sonriendo y unta sus dedos con crema acomodando perfectamente cada rizo de Joel.
-¿Ya acabaste?
-Sí amor, ya estás listo.
-¿Cómo quedé?
-Hermoso- responde y deja un beso en su mejilla.
Joel lo hala hacia su cuerpo y lo besa profundamente acariciándolo suavemente sobre su ropa. Erick suele estar en la universidad gran parte del día, así que los momentos en que está a solas con él son valiosos.
-Ayúdame a levantarte- le pide al separarse.
Coloca sus manos al rededor de la cintura del mayor y lo pega a su cuerpo mientras éste apoya sus manos en la cama para impulsarse.
Hace su mayor esfuerzo por caminar con Joel colgado de su cuello hasta llegar a la silla, donde lo sienta casi cayendo sobre él.
-Debes mejorar tu técnica- le dice el rizado riéndose.
-Pesas una tonelada, no es mi culpa- apenas alcanza a responder cuando siente un cojín estrellándose en su cara y escucha la carcajada de su novio.
Erick abre la puerta y empuja la silla de Joel para ir a la sala. Desde que salió del hospital lo instalaron en la planta baja para movilizarlo más fácilmente.
Enciende la televisión y lo ubica en frente para luego irse a colaborar con la organización de la cena.
Joel cree que él también puede ayudar así que coloca sus manos sobre las ruedas y las dirige hacia el comedor donde están sus hermanos colocando la mesa.
Toma las servilletas y las coloca junto a los cubiertos pero la voz de Emmanuel lo interrumpe.
-Joel, ¿Qué haces?
-Coloco las servilletas- responde obvio.
-Nosotros lo haremos- dice negando con la cabeza- ve a descansar.
Se retira y ve que en la cocina está Erick con Anita ultimando la ensalada.
Agarra las frutas y las pone en sus piernas para ir hasta el grifo y lavarlas.
-No haga eso joven Joel- escucha la voz de Anita y al percatarse ya ha cerrado el grifo para quitarle las frutas de las manos.
-¿Por qué no?
-No tiene que molestarse, yo lo haré.
-Pero...
-Hazle caso Joey, anda ve a distraerte- le dice Erick.
El rizado resopla frustrado y vuelve frente al televisor cambiando los canales con molestia. Todos hacen todo por él creyendo que lo harán sentir bien cuando en realidad se siente inútil.
El timbre suena y empuja su silla hasta la puerta para abrirla pero Patricia se interpone.
-Yo abriré cariño, no debiste moverte de donde estabas- le dice acariciando su mejilla.
Guarda silencio porque no tiene caso refutar.
Christopher entra de la mano de Zabdiel y Richard los sigue con una botella de vino entre manos.
Lo ubican de primero en la mesa, lo cual le incomoda porque es el único que no está haciendo nada. Espera a que todos ocupen su puesto y siente como toda su molestia va disipándose cuando Erick se sienta junto a él.
Ha llegado a la conclusión de que sin importar que tan mal estén las cosas, todo vuelve a su lugar cuando está junto a Erick.
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Les quiere:
Lía. ❤️
