✐001.

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Seuphitia.

—¡Jeon vuelve aquí!

—¡No quiero!

El pequeño de sólo 7 años escapaba de los brazos de su madre, al igual que algunos de sus guardias quienes juntos lo venían persiguiendo.

Se escondió silenciosamente debajo de la enorme mesa que reposaba en medio del gran comedor. Con el corazón algo agitado de haber llegado lo más rápido que pudo a su escondite, y por los nervios de haber sido visto.

Suspiró, creyendo haberse liberado de todos cuando escucho sus voces hacerse más pequeñas.

—¡Lo tengo Reina Suyeon!

Fue jalado con fuerza de sus brazos hasta que lo sacaron siendo retenido por uno de los guardias.

Gruñó. A veces creía que ellos eran hombres malos, porque siempre lo estaban jaloneando y lo miraban mal, todo el tiempo firmes sin mostrar nunca una mínima sonrisa.

Pensaba si ellos realmente podían tener sentimientos.

Como cuando él se sentía triste por tener que ir a dormir, sin que lo dejaran seguir jugando en su cuarto, siendo que no tenía ni una pizca de sueño asomándose por sus ojitos.

Siquiera creía que si él los pellizcara sentirían dolor alguno.

Él no podría soportar el dolor sin hacer ninguna mueca y mostrarse inexpresivo, como la cara que aquellos guardias siempre tenían.

Pues hay plantas que tienen algunos pinchos que te hacen dar comezón y dolor, pero su mami siempre lo solucionaba aplicándole algo.

O cuando quiso tomar entre sus manos aquel pez globo, el pequeño cuando no está hinchado era muy veloz.

Eso para aquel travieso Jungkook fue un reto, además era la primera vez que veía uno.

normalmente son de aguas más cálidas, pero estos suelen ir casi a las orillas de los océanos con sus hembras para que dejen sus huevos.

Pero claro, él no sabía que a la mínima amenaza se hinchaban dejando salir sus espinas venenosas.

Apenas había rozado su dedito, pero eso bastó para que aquel color rojo que hacía formas en el agua hasta desvanecerse saliera de él.

Tuvo que permanecer unos días en cama, y grande fue su castigo otorgado por su enfadada y preocupada madre.

Enojado trató de sacudirse con sus fuerzas para librarse de aquel molesto agarre que le hacía doler los brazos.

—¡Basta jeon!

Ante la voz femenina vio cómo llegaron los otros dos guardias que lo perseguían para ponerse en línea esperando órdenes de su reina.

—Pero mamá...

Alargó con su adorable voz queriendo protestar.

—Nada de peros hijo. ¿Qué te he dicho sobre faltar a tus clases? Deja los berrinches de una vez.

Habló firme y estricta, parando todo movimiento brusco haciendo que permanezca completamente quieto.

—¡Me aburro ahí dentro!. ¿No puedo hacer otra cosa? Además esos niños no me agradan.

Arrugó sus cejitas y abultó sus adorables labios en un puchero que ni la respetada Reina podía evitar que le afecte. Pero tenía que mostrarse firme ante su hijo si quería ponerlo en su lugar de una vez.

—Basta he dicho.

Tomó a su pequeño de los brazos del guardia y lo alzó.
Él ya no se veía enojado pero su labio abultado aún permanecía.

Quirky Prince || J. Jungkook. Where stories live. Discover now