Capítulo 2 ; "Eres nuestra, no lo olvides"

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Pasó lo que quedaba de domingo relajada y intentando que las imágenes de la otra noche no aparecieran por su conciencia, pero era una situación que no podía evitar como si no hubiera pasado nada, Eduard claramente intenta buscar a su princesa y él se piensa que era ella o algo parecido, pero ella estaba cansada de decirle que ellos dos no eran nada, solo compañeros de trabajos, pero él al parecer se negaba a la realidad, y la atosigaba a llamadas en su buzón de voz, diciéndole cuantas ganas tenía de verla el lunes y que tenía tantas ganas de besarla como él pensaba que ella las tenía, cada vez que leía cada mensaje que tenía en el buzón de voz, le daba una arcada con ganas de vomitar, esto realmente, era surrealista.

¿Esto se denominaría acoso?

Se había pensado en denunciarle y pedirle una orden de alejamiento pero claramente era imposible, los dos tenían dos puestos de trabajo justo en la misma universidad y claramente adoraba ese trabajo y no quería que la trasladaran a otra universidad ya que había podido conseguir un lugar en esa residencia, junto a sus otros compañeros.

-Buenos días. -Saludó al entrar en la sala de profesores.

Todos respondieron de igual manera y se fijó que Eduard estaba en la otra punta de la habitación, se encogió en su sitio y se tapó la cara disimuladamente caminando hasta su taquilla para coger su carpeta de la universidad. Al coger sus cosas y cerrar la puerta de la taquilla, saltó del susto al ver a un lado de ella a Eduard, con una sonrisa grotesca en la cara.

-Hola Eduard. -Saludó educadamente.

Se dio la vuelta para lograr evitarlo pero claramente su suerte no estaba de su parte.

-Hola, ¿has recibido mis mensajes? -Preguntó, agarrándole del brazo.

-Sí, lo-o hice. -Asintió, con una mueca. -Si me permites tengo una tutoría a primera hora.

-¿Llegaste bien a casa? -Preguntó, nuevamente.

Ella asintió con la cabeza. -¿Me ves aquí, no? Llegué bien, gracias por preocuparte.

-No hay de qué. -Sonrió.

Los segundos pasaron y su mirada empezaba a incomodarla.

-Me tengo que ir, llego tarde. -Anunció para que pudiera soltarla del brazo.

Él parpadeó a lo que dijo, y la soltó. -Oh, claro. Nos vemos luego. -Le guiñó el ojo, antes de desaparecer de su vista.

Ella rechinó los dientes para evitar decirle lo que realmente pensaba de él, y lo de verse luego, solo necesitaba un poco de distancia con él y nada más, ¿tanto pedía al mundo? Pues al parecer sí, porque nadie le hacía el favor de quitárselo del medio. Suspiró, deseando que la tierra la tragara para poder evitar ver la cara de Eduard. Tras recapacitar por lo que estaba viviendo caminó hasta su primera clase del lunes y tenía un serio problema, ¿cómo podía mirar a la cara a los dos alumnos con los que a tenido relaciones sexuales en la misma aula? No podía apartar las imágenes de todo lo que había ocurrido esa tarde.

-Buenos días, alumnos.

Caminó hasta su mesa y dejó sus cosas a un lado, el timbre sonó durante cinco segundos y la clase empezó a llenarse todavía más, hasta que las dos personas que evitaba mirar entraron por la puerta, naturalmente. Todo le daba vueltas y las ganas de vomitar empezaron a estar presentes, suspiró para tranquilizarse y comenzó seriamente la clase.

Durante la hora de la clase evitó entrar en contacto con los ojos de Justin y Ryan, que la miraban intensamente, y empezaban a intimidarla con la mirada, haciendo que algunas palabras erróneas con lo que estaba explicando en la clase de hoy, salieran de su boca con tartamudeos.

El timbre sonó dando la clase por terminada. Suspiró aliviada y haciendo lo mismo que sus alumnos y empezó a recoger, lentamente, esperando que todos y cada uno de ellos salieran de la clase pero claramente como dijo una hora antes, hoy no era su día y estaba empezando a dudar de tomarse el día libre, pero se negaba a hacer tal cosa para evitar este tipo de cosas, tenía que enfrentar el día a día, y aprender de sus errores.

Pero, ¿era un error?

Los dos alumnos se quedaron parados en sus asientos sin pestañear y mirándola de la misma manera que estaban haciendo durante la hora que duró la clase. Ryan se levantó y caminando hacia ella, le agarró las llaves que tenía en las manos para luego dirigirse a la puerta y cerrarla con llave. Su pulso empezó a intensificarse y los nervios la hacían volver loca.

-¿Qué estáis haciendo?

Justin negó con la cabeza, cruzado de brazos en su asiento.

-La pregunta es, ¿qué estás haciendo tú?

-¿De qué estás hablando? -Frunció el ceño.

Justin sonrió arrogante. -¿Qué hacías con el señor White?

-¿Con Eduard? -Preguntó mirándolo a los dos.

-Eduard… sí.

-¿Me estáis espiando? -Preguntó, incómoda.

Justin se encogió de hombros, y se levantó de su sitio caminando lentamente hacia ella, hasta estar delante de ella, y invadiendo algo de su espacio personal.

Justin acercó sus labios a los de ella, rozándolos y pasó su mano por el interior de sus muslos, por debajo de su vestido.

-¿Nos escuchaste cuando dijimos que eras nuestra?

*~*

Aquí tenéis un nuevo capítulo, espero que os guste.

¿Queréis acción? 1313

ereѕ nυeѕтra {נυѕтιɴ&тú} #Book 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora