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Ahí estaba él, sentado en un restaurante cinco estrellas con una copa de vino en la mano. Observó a Jisung que hablaba acaloradamente por teléfono y bebía de su copa. Se encontraba recostado en su silla con elegancia de piernas cruzadas.

Seungmin sabía perfectamente que los dos llamaban la atención, los ojos de todos se posaban en ambos y ni siquiera se molestaban en disimular. Tal vez el tenía un poco de culpa, se había duchado pero olvidó ponerse neutralizador. Su olor cítrico era captado por cualquier alfa y se darían cuenta de su condición más rápido.

—¡Hyunjinnie! —exclamo Jisung y Seungmin dejo de mirar su copa para levantar la vista. Alfa. —¡Al fin llegas, idiota! A la próxima Minnie te pateará el culo —las mejillas del nombrado se tiñeron de un leve carmesí. Los ojos del hermano de Jisung estaban sobre él y toda su anatomía, observándolo como un lobo a su presa. —Los presentó —siguió el ahora castaño. —Hyunjinnie, él es mi asistente y mejor amigo Kim Seungmin.

—Es un placer —el alfa dio un paso hacia él y se mantuvo quieto en su lugar, era como si su cuerpo se manejara por si solo. Olor a pino y algo de tierra húmeda invadió su sistema. Alfa, nuestro. Olía a libertar, el maldito alfa olía a su más grande deseo. Un calor abrasador se extendió desde la punta de sus dedos hasta el resto de su cuerpo cuando Hyunjin tomo su mano y beso sus nudillos. Seungmin sonrió y rodó los ojos. —Eres verdaderamente encantador, absolutamente hermoso.

—¡Déjalo! —Jisung cortó de un manotazo el contacto y empujó a su hermano al asiento frente a ellos. —Y como ya sabrás, Seungmin. Este es el bobo de mi hermanito.

—Gracias —comento él pelirrojo mirando a Hyunjin.

Tenía tantas ganas de salir huyendo por primera vez en su maldita vida, pero ahora no había vuelta atrás. Le había dicho a Jisung que lo ayudaría con todo y eso implicaba convivir con los Han por un tiempo. Implicaba convivir con Hyunjin. El alfa era atractivo, demasiado para su bien pero ¿Tenía que oler tan bien? Esa era la peor parte, su Omega se sentía en paz y cómodo serca del alfa. Lobo tonto.

Se sentía tan extraño, no sentía ese rechazo que surgía desde el fondo de su ser como le ocurría con la mayoría.

—Es obvio que Seungmin va a estar conmigo todo el tiempo, es mi asistente después de todo —al escuchar su nombre volvió a poner atención en la conversación que mantenían los Han. —¿Por qué?.

—Por nada —contesto el menor. —¿Qué piensas, Seungmin? —su nombre había sonado tan bien pronunciado por su boca.

—¿Sobre qué? —inquirió avergonzado.

—¿Ves? Te lo dije, no nos estaba prestando atención —el tono del alfa era burlesco, eso lo molesto un poco. Sus facciones se endurecieron al igual que su mirada, Hyunjin lo notó. —Estas perdido en tu cabeza y aún así te ves encantador.

—Patético —bebió un sorbo de su vino. —Mejor ahorrate esos cumplidos vacíos —ambos se miraban desafiantes. —Y es la verdad, lo siento Jisung, no estaba prestando atención —confesó. —¿Ya ordenaron? Muero de hambre.

—Si, hace rato —se metió Hyunjin.

El alfa se sentía extrañamente nervioso y ansioso, sus manos picaban y tenía que hacer uso de todo su autocontrol para no lanzarse sobre el Omega y devorar sus labios. Era extraño en demasía, nadie le había contestado y hablado de tal manera, los omegas simplemente le hacían ojitos y le coqueteaba descaradamente pero este... Era tan precioso, delicado y seguro el más hermoso que sus ojos hayan visto pero su apariencia no coincidía con el aura de autoridad que desprendía, la rudeza y desafío en sus ojos lo llamaban. Curiosidad. Sentía la enorme necesidad de conocerlo, saber lo que pasa por su cabeza cuando sus ojos se pierden en algún punto.

𝖽𝖾𝗅𝗂𝖼𝖺𝖽𝗈 𝗈𝗆𝖾𝗀𝖺 -𝗵𝘆𝘂𝗻𝗺𝗶𝗻.Onde histórias criam vida. Descubra agora