𝖽𝖾𝗅𝗂𝖼𝖺𝖽𝗈 𝗈𝗆𝖾𝗀𝖺 -𝗵𝘆𝘂𝗻𝗺𝗶𝗻.

➵ O1

Siempre fue así, Seungmin quería algo y Woojin se lo daba, sonrió nostálgico. Recordaba todas aquellas veces de adolescentes cuando algún alfa baboso se le acercaba y el gruñido de advertencia de su hermano mayor resonaba por todo el establecimiento avisándoles a todos que el Omega era intocable.

—¡Quiero aprender a defenderme!

—Bien - había contestado Woojin con simpleza. —Debes usar tu rapidez y agilidad a tu favor dado a que si te enfrentas a algún alfa eres más pequeño de cuerpo y fuerza pero sé que con una buena técnica serás el mejor.

—iGracias tonto! —el Omega abrazo a su hermano con fuerza.

Mordió su labio inferior reteniendo las lágrimas.

Se recordó a sí mismo con catorce años puchereando y con los ojos llorosos.—Woojin Hyung-tironeo del abrigo del nombrado llamando su atención.—¿Tu crees que los omegas son inservibles y por eso estamos por debajo de todo?.

—Yo creo que los omegas deberían estar en la cima y ser considerados más importantes los ojos de Seungmin adolescente se iluminaron y frunció el ceño. —Mira a los alfas Seungminnie, somos bestias y solemos perder el control, si fuera por los omegas ¿Quién nos calmaría? Claramente nos mataríamos los unos a los otros además son seres tan hermosos y llenos de amor. Son personas como nosotros después de todo pero con cualidades diferentes. yo creo que sin los omegas estaríamos perdidos —explico Woojin de unos dieciocho años.

Había aprendido tanto, y pasado por tanto.

—No debes preocuparte tanto, Minnie después de todo tu mismo eres un arma —el Omega frunció el ceño. —Eres Omega y uno muy hermoso, suelta un poco de feromonas y pestañea repetidas veces y tendrás a cualquier alfa o beta a tus pies -se encogió de hombros. —Se astuto y frío, hermanito.

Se fue a dormir con una enorme sonrisa en su rostro, después de todo podía plantada el solo. No necesitaba a nadie, bueno, tal vez un poco a su hermano.

—Minnie -la voz de Jisung salió a través del aparato junto a él. —Te necesito en la oficina.

El nombrado se levantó de su escritorio y doblo en un pasillo que llevaba a unas enormes puertas las cuales empujó. Pudo ver al rubio tecleando un par de cosas en su portátil. Cerró la puerta detrás de él y se adentro a la enorme oficina. Debía admitir que era hermosa, el enorme ventanal detrás de Jisung era la puta gloria.

—Te llamé porque quiero que vayas a cenar conmigo hoy —anuncio su jefe sin despegar sus ojos de la pantalla.

—Estas jugando cierto ¿No ibas a cenar con tu hermano? —Seungmin estaba incrédulo, no podía creer lo que le pedía su amigo. No estaba de ánimos para salir.

—No aceptaré un No por respuesta, joven Kim —Han lo miro y sonrió. —Hace meses que no salimos.

—No estoy de humor, Jisung. Además mañana trabajo —se excusó.