Capítulo 8.

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A la mañana siguiente, Joe consiguió evitar a Ben. Había dormido poco
después de aquel beso y no quería repetir la experiencia. En general tenía las cosas claras, pero, desde que se habían conocido, no sabía bien lo que quería y eso lo hacía sentir incómodo. Por un lado estaba el cariño que su hijo sentía por él, su propia reacción ante aquel hombre tan atractivo y la angustia de Linda cuando hablaba del abogado de su ex marido.

¿Sería posible que Ben Hardy tuviera dos personalidades?, se preguntaba. Y,si era así, ¿cuál era el Ben real?

Joe sabía que muchos hombres usaban una fachada encantadora y dulce sólo para conseguir lo que querían y después mostraban su auténtica cara.

Aparentemente, Ben era uno de ellos. Aunque aquel hombre le gustara, no podía arriesgarse a sufrir cuando descubriera quién era en realidad.

-Nunca debí dejar que mi ex marido se saliera con la suya -le había dicho Linda-Aprende de mis errores,Joe.Protégete como puedas.

En eso era en lo que estaba pensando Joe cuando salía de la guardería. En el camino se cruzó con la señora Perrett, madre de Randall.

-Hola -dijo Joe con una sonrisa.

-Hola, señor Mazzello -dijo la mujer-¿Puedo hablar con usted un
momento?

-Tengo que irme a trabajar -contestó Joe, mirando el reloj.

-Sólo quiero hacerle una pregunta -insistió ella-. ¿Jack ha tenido algún
problema con el señor Hardy?

-No. Bueno, creo que no -contestó Joe, sorprendido.

-¿Está seguro?

-¿Por qué me pregunta eso?

-Porque creo que Randall no se acostumbra al señor Hardy. Ahora, ni siquiera quiere venir a la guardería. ¿Verdad, Randall?

La respuesta del niño fue un puchero. Parecía infeliz por algo, pero la verdad era que aquel niño sonreía pocas veces.

-Hemos tenido lloros, ataques de rabia, falta de apetito y todo tipo de
problemas desde que Geraldine se puso enferma -continuó la señora Perrett-Y he llegado a la conclusión de que el problema es el señor Hardy. Todos los días cambia alguna cosa. La hora de la comida, la hora de la siesta, lo que sea. Es demasiado impulsivo y no tiene experiencia con niños.

-Yo no diría eso, señora Perrett. Yo creo que...

-Es un abogado, no un pedagogo -le interrumpió ella-. ¿Entiende lo que le quiero decir?

-Sé que a veces cambia un poco las reglas... -empezó a decir Joe, sin
querer ser demasiado duro con Ben.

-Exactamente. Y lo que los niños necesitan es estabilidad, continuidad. Las madres tenemos que saber que los niños están recibiendo la misma atención que recibirían en casa. Francamente, creo que el señor Hardy no puede ofrecerles eso.

-Geraldine debe de estar casi recuperada.

-Quiero que el señor Hardy deje la guardería cuanto antes -afirmó la mujer,rotunda.

-¿Y cómo piensa hacer eso? -preguntó Joe, sorprendido.

-He empezado una relación de firmas -respondió la señora Perrett, sacando un papel del bolsillo. Randall se sentó en el suelo y se metió una piedra en la boca-No te comas eso, cielo. Es caca. Randall simplemente, la ignoró-Es para pedir que la señora Wagner sea la encargada de los niños hasta que Geraldine vuelva.No quiero que mi hijo tenga que soportar la falta de profesionalidad del señor Hardy ni un día más.Pago mucho dinero en esta guardería y espero que se sigan las reglas según se habían acordado con los padres.

Cuenta Conmigo [Hardzello]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora