Capítulo 5.

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El día iba transcurriendo sin muchas dificultades, pensaba Ben mientras se reclinaba en su silla. Desde aquella posición, podía ver a los niños en la sala de juegos. Las caritas limpias y angelicales miraban a la profesora que marcaba el compás de una canción infantil y ellos seguían el ritmo con los deditos.

La profesora que habían contratado de forma temporal, una mujer de cabello gris y actitud recta y eficiente, había conseguido recuperar un poco de la metodología de la guardería en poco tiempo y aquello permitía a Ben pasar más horas trabajando en el despacho.Como sus vacaciones se habían esfumado, aprovechaba para trabajar en un proyecto que le obligaba a hacer llamadas telefónicas constantes.Como consejero legal de un grupo de padres divorciados, ocupaba parte de su tiempo en aconsejarles sobre sus derechos de custodia, pensiones, etc.Trabajar en la guardería le recordaba lo importante que era aquel trabajo.

-¿Sí? -preguntó cuando la señora Wagner entró en el despacho.

-Hay que hacer algo con los animales -dijo la mujer abruptamente.

-¿Qué animales? -parpadeó Ben, sorprendido-No se referirá a los niños¿verdad?

-¡Claro que no! -respondió ella, perpleja-. ¿Qué clase de profesora cree que soy? -preguntó, antes de echarse a reír-No sabe de qué le estoy hablando,¿verdad?

-Me temo que no, pero supongo que me lo va a explicar.

-Parece que Mary Ellen era la encargada de cuidarlos, pero como está de vacaciones, Lucy se los llevó a casa durante el fin de semana. Ahora los ha traído de vuelta y hay que hacer algo con ellos.

-¿Qué clase de animales son? -preguntó Ben, sin entender nada.

-Conejos, por ejemplo. Esos son Barney y Buffy -dijo la señora Wagner,señalando una caja de madera. También había tres peceras con reptiles y una jaula que contenía un loro de color rojo.

-¿Y esos animales pertenecen a la guardería?

-Parece que alguien nos los regaló hace poco y a los niños les encantan. Aquí les enseñan a cuidar de ellos y a amar a los animales. ¿No es una idea maravillosa?Cada semana les explican algo sobre cada uno de ellos; cual es su hábitat natural, sus costumbres y todo lo demás. Es una experiencia educativa única para los niños.

-Ya veo -murmuró Ben. Lo que en realidad estaba pensando era que quizá aquello era suficiente para internar a su hermana en una clínica para enfermos mentales.

-El problema es que esta semana le toca el turno a Slim.

-Slim es un nombre un poco raro para un conejo.

-Slim no es un conejo. Es una serpiente. Y ése es el problema,parece que la única que se atreve a tocarla es su hermana.

-¿Una serpiente? ¿Está bromeando?
-respondió Ben,atonito-Que lo haga Lucy. Ella ha tenido a los animales durante todo el fin de semana, seguro que no les tiene miedo.

-Lucy le daba de comer, pero no se atreve a tocarla.

-Pues use otro animal. ¿No tienen una tortuga?

-Señor Hardy, los niños están esperando a Slim -dijo la señora Wagner con impaciencia-En el boletín dice que es la «semana de la serpiente». ¿No lo ha visto?

-Son niños, señora Wagner. No se darán cuenta.

-Usted sabe poco sobre este trabajo, ¿verdad, señor Hardy? -preguntó la
señora Wagner taladrándolo con sus ojos-Organización y rigurosidad son muy importantes para ellos. Además, he encontrado una solución perfecta para nuestros problemas -añadió-Lo hará usted.

Cuenta Conmigo [Hardzello]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora