Deméter

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Deméter

─¡¿Hades que?!─ es mi pregunta en cuando me son informadas las noticias de que mi hija, Perséfone, ha sido secuestrada, embaucada y quién sabe qué más por el mismísimo rey del inframundo y mi hermano. Oh, claro, y Zeus prometió que no le iba a hacer nada.

Mis pasos son rápidos y furiosos mientras camino por el jardín después de convertir a todas las que no pudieron evitarlo en ninfas por ni siquiera intentar rescatar a mi pobre hija. Donde Hades le coloque una sola mano encima va a pagarla muy caro conmigo ─¡Zeus!─ grito a todo pulmón cuando diviso a mi esposo coqueteando con una de las muchas otras diosas que hay en el olimpo. No es que precisamente me importe con quien cupula mi ignorante hermano, pero por el momento me debe una explicación y, por consiguiente, ayuda con esto─ Hades, tiene a Perséfone

Parece como si los ojos se le salieran de las cuencas por mi afirmación, y ciertamente tiene la reacción que espero pues es de mi hija que hablamos. Y no solo eso, él debió asegurarse de que no le pasara nada, lo juró. Zeus despide a la otra diosa a la que conozco por Hera, la esposa legítima de Zeus y mi hermana menor. Mis ojos se desvían cuando ella pasa a mi lado, pero yo me quedo firme en mi puesto esperando a Zeus quien me mira con el ceño fruncido ─¿Podrías repetir eso?─ insiste con un tono mandón.

Doy un paso al frente sin importarme los formalismos que debo llevar a cabo para hablarle a mi hermano ─Perséfone. Hades. Inframundo. Ata cabos, señor del olimpo─ indico con furia en mis ojos haciendo que él suelte un suspiro profundo de arrepentimiento. Lo tenía en mis manos, lo sabía─ Si tu no haces nada yo voy a buscarla por mi cuenta, ¿entiendes?

─Bien, bien─ hace un ademán con su mano y Hermes aparece a su lado con una reverencia. Sus ojos dorados me observan al igual que a Zeus, parece intrigado con la situación y no lo culpo, no suelo subir al Olimpo si no es por problemas o asuntos urgentes ─Buscala, dile a mi hermano que la regrese─ ordena con el ceño fruncido.

Hermes asiente y sale de la sala en un abrir y cerrar de ojos. El rey del olimpo me mira con tranquilidad mientras yo le mato con la mirada ─Si no llega conmigo pronto Zeus, te juro que no va a ser agradable─ y con eso me retiro del lugar dejando a todos callados. Supongo que no es fácil hablarle así al "Rey del Olimpo". Si, claro. 

The Queen Of Underworld (PUBLICACIÓN LENTA)Where stories live. Discover now