Pacto

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*Perséfone*

Nada fuera de lo normal ha pasado últimamente, y se vuelve un poco monótono. El jardín ha estado tranquilo, los pájaros y flores van y vienen con el tiempo, como todos los días. Yo camino entre la hierba con mi pelo arrastrándose y recogiendo ramas y flores del suelo. No puedo hacer mucho debido al largo, siempre que lo corto vuelve a crecer con la lluvia y el sol, como una planta. Sé que debería alegrarme un don así, pero no lo hace, no cuando tengo que pasar horas y horas peinandolo.

Hades no ha vuelto por aquí -si, investigué quién era- y creo que eso me está volviendo loca. No entiendo por qué debo estar pendiente de alguien como él, no lo conozco y esa parte misteriosa de él me debería preocupar e inspirar peligro, pero no es el caso. Eso es precisamente lo que me atrae más. No lo entiendo.

Me siento en la hierba fresca y comienzo a recolectar flores para hacer una corona. Quiero distraer mi mente y las ninfas y otros dioses en el jardín no es precisamente mi estilo de diversión. Mi padre no me ha dejado salir del jardín del olimpo, yo debería estar en el mundo de los mortales ayudando a mi madre con las cosechas, pero no es el caso.

Puedo sentir la calma del jardín sin las preocupaciones humanas, pero ¿no estamos aquí para aliviar esas preocupaciones? No entiendo nuestro propósito. No entiendo el mío. Ares es el dios de la guerra, le consagran las batallas y sus respectivas victorias; Apolo es el dios de las artes quien precede las leyes; mi madre, Démeter, es la diosa de la agricultura, nutre la tierra y la hace abundante; Athenea es sabiduría, y tiene el conocimiento de todo en la historia. Y yo sólo soy una doncella. Podría decir que mis poderes son bastante limitados, es difícil hacer algunas cosas como hacer crecer los campos de cosechas, pero puedo hacer cosas pequeñas como florecer un campo de flores pequeño o hacer crecer árboles. Se que suena como la gran maravilla, pero no lo es.

Los campos son ruidosos, las ninfas corren de un lado a otro detrás de sí y me es imposible pensar con ese ruido. De repente, todo queda en completo silencio, una neblina se extiende por el campo, escucho aullidos y golpes acercándose y el terror en mi ser comienza a crecer. Veo las ninfas mirar horrorizadas a lo que sea que viene detrás mío. Me levanto y giro para ver un carruaje tan cerca mío que puedo sentir la respiración de la persona al mando. Las bestias de color negro y ojos azules me rodean con un galope audaz mientras el jinete, al que no logro ver el rostro por el casco, me examina. Siento como sus brazos me toman y me levantan sobre su hombro, estoy asustada y grito por ayuda.

Nadie está a la altura del veloz carro de combate que me lleva, un humo espeso, casi sólido, nos rodea y de repente me encuentro en la oscuridad. Puedo escuchar gritos por todas partes y el frío rodeandome, calando mis huesos. Mi secuestrador me baja sobre el frío suelo y me observa, creo -Perséfone- escucho mi nombre de parte del jinete. Quita el casco de su cabeza dejando ver su rostro, Hades. Sus ojos verdes me observan, es más delgado y su piel es mucho más pálida que la última vez que le vi, pero esos ojos están llenos de una calidez que no puedo describir con palabras. De repente el verde en ellos se va y queda un profundo negro -Por fin estás aquí- su ceño parece aliviarse, pero no sonríe.

Baja del carro de guerra y de inmediato una sombra toma las riendas de sus corceles llevándolos a no sé donde. Me quedo mirando a Hades quien se acerca a mí con su casco en la mano, no puedo hablar, es difícil expresar algo que no puedo.

-Bienvenida al inframundo- murmura acercándose a mi oído. Su voz es profunda y hace estragos en mi mente...

Espera ¿que?

The Queen Of Underworld (PUBLICACIÓN LENTA)Where stories live. Discover now