Pomegranate

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*Hades*

¿Por que es que su declaración me hace sentir tan... desanimado? Suelto un largo suspiro y me recuesto contra uno de los muros. El silencio es demasiado para soportarlo en este momento, me hace pensar de más y no quiero pensar en el pasado, hacerlo me hace mal.

Mi pasos me conducen a mi habitación donde veo a Perséfone contra mi almohada pateando la colcha de la cama, me saca una suave sonrisa, es como la niña que conocí y extraño. Me acerco a ella lentamente intentando no asustarla y me siento en el borde de la cama, ella me mira; parece preocupada y asustada al mismo tiempo. Acaricio su rostro con la punta de los dedos de mi mano derecha, cuanto quisiera conservar su calidez.

-Lo siento- susurro. Sus ojos se abren de más- No quería gritarte- se sienta en la cama mirándome con la almohada aún entre sus brazos- Lo siento- repito. Ella ríe suavemente- ¿Que es gracioso?- pregunto con el ceño fruncido, ¿Acaso se está burlando del dios del inframundo?

-Bueno, pensé que me ibas a sacar de aquí- su sonrisa me debilita. La tomo y me lanzo con ella entre brazos- ¿H-Hades?- tartamudea. No debí hacer eso, pero sentí por un momento que quería hacerlo y solo lo hice. No creo poder arrepentirme de este calor tan intenso a mi alrededor. Sus manos quedan suspendidas, esperando supongo a mi siguiente acción.

-¿Como podría sacarte?- susurro contra su cuello. Era la primera vez que la calidez de alguien más me transmitía paz. Era como si después de vivir en la completa oscuridad... ella trajera ese poco de luz que necesitaba.

-Hades- susurra. Sus manos caen por fin en mi espalda y yo cierro mis ojos disfrutando de su cálido contacto- Eres un poco raro, ¿lo sabías?- acaricia mi pelo. ¿De donde sacaba tanto amor?¿Tanta comprensión? Amaba esa parte de ella.

Pero, ¿quien no? De todas las diosas ella era una de las más puras y hermosas que había conocido y, si no fuera por mi hermano, ella sería mía hace tantos años. -Perséfone, ¿puedo quedarme así?- la pregunta sale de mi boca sin pensarlo mucho y quiero arrepentirme, pero algo muy dentro de mi me dice que no. Suspiro esperando su respuesta.

-Puedes- susurra acariciando mi espalda como a un niño. Maldita sea, me había enamorada de esta calidez y cuanto la extrañaba.

The Queen Of Underworld (PUBLICACIÓN LENTA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora