LISTA DE ALFAS PERFECTOS PARA MÍ; YoonMin/윤민

17. Personaje secundario

El calor del café caliente que recorre mi garganta me hace sentir sólo un poco menos irritado. Sin duda mi semana ha sido de lo peor y es que luego de casi cuatro días con un resfriado del infierno ya no sé qué hacer en el silencioso dormitorio de la universidad.

Rayos, debí hacerle caso a Jin hyung cuando dijo que no saliera sin abrigo, pero es que vamos, el día no tenía cara de que caería un torrencial aguacero que terminaría empapandome por completo y por ende dejándome con un jodido resfriado.

— JiMin hemos llegado.—Alzó mi vista y a sólo unos metros de mi, están Jin y Tae, cada uno con su mirada tan típica de una madre preocupada.

— E-estoy bien.—Mi voz ronca apenas y se escucha, me temo que pronto quedaré afónico por completo y es realmente odioso.

— Aún creo que deberías ir a tu casa.—Comenta jin algo que me ha recordado todos éstos días— Ahí estarías mejor cuidado que aquí.

— T-tengo.. —Suspiro odiando el dolor que acribilla mi garganta— tengo que e-entregar mis tareas. N-no puedo atrasarme.

Taehyung rueda los ojos y cambia el paño húmedo sobre mi frente.—Estás justificado, sabes que ellos recibirán tus tareas luego.

Resopló al aire y asiento hacia mis amigos. No hay duda de que en casa me pondría mejor más rápido, pero aún así tengo miedo a quedarme retrasado en mis clases.

He tenido la suerte de que Tae me ayude en prestar los apuntes de mis clases, pero sé que se hará más difícil cuando debe presentar mis exámenes.

— Vamos.

A paso lento, camino agarrado de los brazos de Tae y Jin, mis manos están cubiertas por guantes, mi cuello por una bufanda y sin olvidar el gorro en mi cabeza. Juro que nunca me había sentido tan fatal como para ceder a los regaños de mis amigos, pero realmente ahora mismo siento que podría desmayarme.

— Gracias por traerlo.—Habla mamá hacia los chicos. Ellos asienten y cuando están apunto de irse recuerdo algo importante. — D-díganle a y-yoonGi que no ll-llegaré a las clases.

— Lo haremos.—Taehyng deja un beso en mi mejilla y agita su mano en despedida.

[···]

— No puedo creer que te quedarás en la universidad sabiendo que cada vez te ponías peor.—Suspira mamá mientras termina de preperar un té para ek dolor en mi garganta—Sabes que el frío es más dañino para ti que para cualquier otro lobo, ¿Por qué nunca te preocupas?.

— L-lo siento.

Realmente odio cuando mamá o papá me recuerdan cuan defectuoso soy, siempre creí que era especial por tener padres omegas, pero luego de ser burlado casi toda mi secundaria me di cuenta que sólo soy alguien defectuoso.

Debo decir que mi sistema inmunológico es el peor, siempre frágil ante cualquier enfermedad, mi aroma es demasiado atrayente, mi piel es demasiado frágil ante cualquier tipo de polen. Y sin mencionar que mi Omega es más propenso a sufrir por un alfa.

Por alguna razón mi primer celo fue más tardío de lo que normalmente debe ser, además de que mi Omega casi nunca aparecía, a veces llegaba a pensar que era un beta, pero claro mi aroma descartaba toda posibilidad.

No tengo ni la menor idea de la noción del tiempo, sin duda mi cama es mucho mejor que esas literas de la universidad.

He dormido por horas y siquiera sé si ya es otro día. Lo único que me hace mantenerme entre la realidad y el mundo de Morfeo, es ese tan conocido aroma.

Rodeo mis brazos en su cuello y él aferra sus musculosos brazos a mi cintura, su esquicito aroma cala en todo mi sistema dejando a su paso una reconfortante tranquilidad.