Capitulo 4

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"Los seres de la oscuridad también pueden tener descendencia"

El mutante se encontraba frente a Alarick cuando él llegó allí. Patrick se había retrasado porque no podía correr a la velocidad de Alarick.

El monstruo frente a él tenía la apariencia de una mujer joven, aunque de su boca sobresalían unos colmillos y sus labios estaban empapados de sangre, que no era de Jake. Sus cabellos oscuros como la noche, todos alborotados y despeinados volaban con la pequeña brisa que había. Sus manos eran garras y sus uñas tenían una dimensión descomunal, ya que las usaba como arma para poder abrir a sus presas. Sus pies estaban al revés y de detrás de su espalda salían dos alas de murciélago más grandes que el propio cuerpo de la Aswang.

Alarick sonrió al verla frente a él.

–¿Qué eres? –le preguntó la mujer, si era que se le podía decir mujer, con una voz de ultratumba.

–La pregunta no es que soy... sino quien soy –le contestó Alarick divertido.

–Sabes que tengo a tu compañero. Si no me ayudas morirá.

–Pues... mátalo –le contestó encogiéndose de hombros –La verdad que poco me importa su seguridad –se sentó sobre una de las lapidas del cementerio a unos pocos metros de ella, aun con la sonrisa dibujada en su rostro.

–Está enterrado en alguna de estas tres tumbas –le comenzó a decir y señaló tres tumbas profanadas –Si adivinas en cual está lo dejaré ir... sino... se convertirá en mi cena.

–Lamento desilusionarte... pero... sé perfectamente que no está en ninguna de esas tres tumbas que cavaste, sino... que está a unos pocos metros de aquí... detrás de ti –le dijo señalando un poco más lejos de donde ella se encontraba –Al lado de aquel árbol.

–¿Qué... que eres? –preguntó asombrada.

–Te dije que la pregunta no era que era... sino quien –le volvió a corregir y se levantó.

–¿Quién... eres?

–Tu peor pesadilla –le contestó y una nube oscura comenzó a rodearlo.

El Aswang se sorprendió ante aquello. Nunca había visto nada igual y se elevó hacia el cielo para poder salvarse de aquella espesa nube negra y sobrevolar sobre ella para poder encontrar a su atacante.

–¡Alarick! –lo llamó Patrick al verlo y se acercó a él con un poco de dificultad porque no le era para nada fácil caminar con todo oscuro.

–Ve a buscar a Jake –le ordenó.

–¿Dónde está? –le preguntó y chocó contra el cuerpo de Alarick.

–En aquel árbol –le dijo señalando delante de él.

–¿Dónde? ¡Alarick no veo nada! –se quejó Patrick.

alarick bufó y provocó que la niebla se fuera disipando para que su compañero pudiera ver por dónde estaba el árbol que le había señalado. Lo vio, pero aquella ayuda había provocado que el Aswang supiera su ubicación, quien no dudó en caer en picada sobre ellos para asesinarlos, aunque Alarick fue más rápido.

Tomó a Patrick con un brazo y lo llevó hasta donde se encontraba Jake desmayado, provocando que el Aswang chocara contra el suelo.

–Quédate con él –le dijo y comenzó a dirigirse hacia donde se encontraba el monstruo, quien había cambiado de apariencia y se había convertido en una bella mujer.

–No me hagas nada... por favor –le pidió la mujer mientras se iba arrastrando por el suelo.

Una sonrisa apareció en la comisura de los labios de Alarick.

Deseos de sangreWhere stories live. Discover now