Capitulo 2

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"A veces las criaturas de las noches no son tan terribles cómo el hombre las describe"


Abrió los ojos lentamente, dándose cuenta de que se encontraba en una de las habitaciones de la mansión por la forma en cómo estaba decorada. Ese estilo victoriano no se veía muy a menudo por ningún lado. Se levantó lentamente. La cabeza le dolía y no tenía ni la más pálida idea de cómo había llegado hasta allí.

Se encaminó hacia la puerta, dando con un gran pasillo por el cual no sabía hacia dónde dirigirse. Nunca había estado allí y nadie... absolutamente nadie le había dicho donde se encontraba cada habitación.

–Despertaste –dijo una voz detrás de él sorprendiéndolo.

Se volteó y se encontró con el rostro de Alarick a escasos centímetros de su rostro. Cómo acto reflejo se quiso alejar, pero dio contra el marco de la puerta. ¡Ese hombre no paraba de asustarlo!

–Me gusta cómo late tu corazón cuando te asustas –le dijo y una amplia sonrisa se formó en sus labios.

–¿Qué... Qué eres? –le preguntó tímidamente con la voz hecha un desastre por el miedo que le tenía.

–¿Yo? –le preguntó y se señaló. Sonrió nuevamente y se alejó un poco de Jake dejándole su espacio personal. Jake asintió con la cabeza, asustado por hablar –¿Qué crees que soy? –le preguntó y se apoyó contra la pared opuesta con los brazos cruzados sobre su pecho.

–Tu... Tu dijiste que era... una criatura de la... noche –comentó entrecortadamente por el terror.

Alarick se percató en seguida que aquel muchacho frente a él era un flojito cómo todos los que lo habían conocido por primera vez, pero... ¿Qué era eso que tanto le llamaba de él? Fijó su vista en el cuello de Jake, de donde sacó una radiografía completa sobre las venas que circulaban por allí. Se las sabía de memoria claro está, pero las de él... las de él parecían tan frágiles y tan sobresalientes sobre esa piel algo tostada y completamente lisa.

Sonrió y volvió su vista hacia los ojos de Jake.

–Así es cómo nos llaman ustedes –le contestó sin quitar su sonrisa ni por un minuto.

–¿Nosotros?

–Los humanos. Mundanos... como quieras llamarlos –le contestó con una ademan de manos, para luego volverlos a su posición anterior.

–Pero... ¿Qué eres? –cuestionó tragando grueso, pues el miedo no se había salido de su cuerpo y menos teniendo a aquel depredador frente a sus ojos, o eso era lo que le gritaba todo su cuerpo.

–Un vampiro –le contestó seriamente sin moverse de su lugar.

A Jake, el corazón, le comenzó a ir a mil por horas. ¿Cómo era posible que él fuera un vampiro? ¿Existían? ¿No eran fantasías inventadas por las personas?

–¿Qué... qué vas a hacerme?

–Pues... si estás pensando en que te mataré ahórratelo... si hubiese querido hacerlo, lo hubiese hecho cuando te desmayaste por el susto que te pegaste cuando te dije que era una criatura de la noche –le contestó mientras se admiraba las uñas bajo la tenue luz que irradiaba una lámpara a su lado –Ahora –dijo dejando sus uñas y clavando sus ojos nuevamente en los ojos del otro chico –Tendrás que acompañarme a un lugar porque no puedo dejarte aquí solo –comenzó a irse.

–¡Es... Espera! –lo llamó y este se volteó –¿A dónde iremos?

–A mi trabajo –le contestó sonriéndole nuevamente y desapareció de la vista de Jake antes de que pudiera abrir la boca para decir algo.

Deseos de sangreWhere stories live. Discover now