Capitulo 1

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"Los ocupas son personas que "ocupan" una casa sin el permiso del dueño de la casa. Eso quiere decir que si el dueño permite vivir allí a una persona no conocida; esta no es un ocupa"


El viaje se le hizo tortuoso y agotador.

¿Acaso tan lejos quedaba la bendita casa que su padre nunca había anunciado?

Estaba irritado y molesto, aunque triste también. Lo extrañaba mucho... pero también estaba molesto con él.

¿Por qué lo había enviado a un lugar que no conocía? ¿Por qué lo había enviado a un lugar que de seguro estaría destruido y que él tendría que hacerse cargo? ¿Era venganza? Pero ¿de qué? Que él supiera siempre había sido un buen hijo. No era el hijo perfecto, pero siempre había intentado ser el hijo que sus padres esperaban que fueran. Sin problemas en el colegio, con notas promedio... ¿Por qué le había hecho aquello?

En fin. Cuando llegó con el taxi que se había tomado, porque era lo único que lo llevaba hasta allí, se quedó anonadado o ¿impresionado?

Era una mansión nada que ver a las casas habituales, ni tampoco a lo que se había imaginado. Porque la verdad era que el idiota de abogado se había olvidado de llevar una foto para ver el estado de la misma. Era de estilo inglés victoriano, gigante; para no decir monstruosa. ¿Cómo era posible que una casa así existiera allí? Y más cuestionable aun ¿Cómo era posible que su padre hubiera tenido una casa de aquel tamaño cuando ellos vivían en un departamento que media dos por dos?

Se percató al instante que todo se encontraba prolijamente acomodado, ordenado y limpio.

–Gracias –le dijo al hombre del taxi cuando terminó de bajarse junto con su bolso que había llevado.

El hombre solo asintió con la cabeza y luego se fue con el coche. ¿Se acordaría que debía de pasarlo a buscar el lunes por la mañana?

–Disculpe –lo llamó una voz de hombre mayor.

Jake se volteó y lo miró. Era un hombre de unos sesenta años, con un traje de jardinero.

–Ho... Hola –comenzó a decir Jake y se acercó al hombre –Soy Jake Brandon.

–¡Oh! Usted es el hijo del dueño de la casa ¿no?

–Así es –le dijo asintiendo con la cabeza también.

–¿Y el señor? –preguntó al no verlo junto con él y miró a su alrededor como si por arte de magia aparecería frente a él.

–Él... falleció hace un par de días –dijo tristemente al recordar el día del entierro.

–¡Oh! Como lo lamento –se disculpó –¿Quiere entrar a verlo?

–¿Verlo?

–Al señor Alarick –le contestó y Jake abrió los ojos como platos.

¿Quién era ese tal Alarick? Y ¿Por qué estaba viviendo allí, en la "casa" de su padre?

–Disculpe, pero... ¿quién es él?

–Vive aquí en la mansión desde hace mucho tiempo –le contestó y se encogió de hombros, como forma de que no sabía qué más contestar si le preguntaba.

–Pero... esta casa... digo... mansión ¿no es de mi padre?

–Si... pero supongo que su padre le permite vivir aquí –le contestó encogiéndose de hombros nuevamente porque no sabía la respuesta.

–¡Ah! –fue lo único que logró decir.

Ese tal Alarick o era un ocupa con todo lujo y detalle o su padre había sido muy bondadoso. De seguro ese tal Alarick debía de ser mayor, se dijo en sus adentros.

–¿Quiere entrar? –le preguntó y señaló la puerta de ingreso.

–No se preocupe. Voy solo. Usted puede seguir con lo que estaba haciendo –le contestó acomodándose el bolso en el hombro y dirigiéndose hacia la puerta principal –¿Sabe hace cuánto tiempo estuvo viviendo ese Alarick en la mansión? –le preguntó volteándose para ver al hombre y escuchar mejor la respuesta.

El hombre lo miró y se encogió de hombros, manía que tenía muy seguida.

–Desde que trabajo aquí... él estuvo siempre en la mansión –le contestó.

–¿Y hace cuando que trabaja aquí?

–¿Disculpe? No le entendí la pregunta –le dijo y se acercó un poco más hacia él para poder oírlo.

–Que desde hace cuánto que trabaja aquí.

–Unos treinta años más o menos señor –le contestó y Jake bufó.

Genial, ahora se tendría que arreglar a ver cómo sería capaz de sacar a un hombre de más o menos la edad del hombre que tenía frente a él.

Volvió con su caminata, pero antes de ingresar miró hacia arriba a una de las ventanas que había y se percató de que alguien lo estaba mirando. "De seguro debe de ser ese tal Alarick" se dijo en sus adentros, pensando en una forma de poder echarlo de la casa.

Le costó enormemente el poder abrir la puerta y se quedó impresionado con el ingreso enorme y todas las cosas antiguas que tenía. Hasta parecía encontrarse en aquella época lejana para él. Se sentía cómo en una película de época.

–¿Quién eres tú? –le preguntó una voz a sus espaldas que lo sobresalto.

Se volteó y frente a él se encontró con un joven más o menos de su edad, de cabellos castaños un poco más claros a los de Jake, con una campera de baseball color roja con los detalles en blanco y una sudadera debajo color blanca.

-Tú debes de ser el hijo de Erick Brandon ¿O me equivoco? –le preguntó y comenzó a dirigirse al sillón que había en la recepción.

–¿Tú quién eres? ¿Por qué estás viviendo en la casa de mi padre? ¿Eres un ocupa? –le soltó todas las preguntas, aunque se había quedo impresionado con él. ¿Él era Alarick?

–¿Yo?... Soy Alarick Stars- le contestó y se acostó en el sillón –Vivo aquí desde hace tiempo y no... no soy un ocupa. Tu... bueno tu familia me dejó vivir aquí.

–¿Tu padre se llamaba igual que tú? –le preguntó y se acercó a su lado.

¿Por qué le había preguntado aquello?

–No, ¿Por qué? –le preguntó extrañado y lo miró, clavando sus oscuros ojos sobre los cafés de Jake.

–Porque el jardinero... bueno, el hombre con el traje de jardinero me dijo que desde que trabaja aquí un hombre llamado Alarick vive aquí.

–Soy yo –le contestó con tanta seguridad, que Jake no pudo entender.

–Pero... él trabaja aquí desde hace más de treinta años –se sorprendió. Ese hombre frente a él no podía tener más de veinticinco años.

–Y yo estoy viviendo aquí desde hace cien años más o menos –le contestó y miró la expresión de asombro que Jake había puesto.

Una media sonrisa se formó en la comisura de los labios de Alarick y se llevó las manos detrás de su cabeza.

–Eso... eso es imposible –comentó Jake y comenzó a alejarse en dirección a la puerta.

–No. No es imposible Jake –le dijo y Jake se asustó cuando lo nombró. Él nunca le había dicho su nombre. Se volteó para abrir la puerta, pero una mano se lo impidió. ¿Cómo había llegado tan rápido hasta donde se encontraba? –No es imposible para una criatura de la noche –le dijo al oído y Jake tembló ante tal sensación de escalofrío, miedo y pánico hacia la persona que se encontraba a su lado. Alarick lo notó, como siempre sucedía. Él no era diferente a los humanos corrientes que conocía y sabía que el chico frente a él parecía ser lo más normal que la palabra normal lograba definir.

Deseos de sangreWhere stories live. Discover now