Capítulo 22

982 55 14
                                    

Me he dado cuenta que muchos se preguntan cuando aparecerá Simba o si aparecerá siquiera, la respuesta es que si, porque así pasa en la película, en algún momento se tiene que encontrar con el de nuevo, esperen y sigan leyendo para verlo.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Nala despertó en la mañana, observó a todo su alrededor, su madre estaba a su lado, milagrosamente no había ruido de Scar o de las hienas. Se levantó y se estiró. Todas las leonas estaban durmiendo. Se quedó sentada al lado de su madre, ya no tenía sueño. Poco después Sarafina despertó.
—Hola Nala—dijo Sarafina
—Hola Mamá—respondió Nala y siguió observando hacia afuera
— ¿Hace cuánto te despertaste?—Preguntó Sarafina
—Hace poco, talvez 20 minutos—dijo Nala
Sarafina se sentó al lado de Nala. Cada vez que la miraba casi siempre pensaba que era más grande que ella, pero es mucho menor, solo que creció bastante.
—Creo que me desperté demasiado temprano—dijo Nala
—Si, así es—dijo Sarafina
Al medio día Nala y su madre salieron a cazar con las demás leonas. Tama iba a empezar a cazar en unos días.
Se encontraron con una manada de antílopes. Las leonas cazaron a bastantes antílopes. Cuando los llevaron a la roca del rey, solo las dejaron con dos antílopes, como hacían siempre.
Después de comer, Nala estaba afuera de la cueva con las demás leonas, Scar salió junto con un grupo de hienas a perseguir a manadas de animales para que no molesten. Era un milagro la suerte que estaban teniendo al lograr encontrá comida casi todos los días. Nala recordaba lo bonita que era su vida antes de que Scar llegara al trono. Le enojaba demasiado, aparte de que les quitan la mayor parte de la comida, las obligan a cazar todos los días.
Nala estaba observando a las hienas que rondaban en la roca del rey, observó a unas hienas que le parecieron familiares, a pesar de que casi todas son iguales. Esas eran un grupo de 4 hienas que siempre de mantenían juntas. Estaban afilando sus garras, Nala observó casa una de sus garras, eran tan grandes que casi llegaban ser como un cuchillo, podrían apuñalar a alguien. No dejaban  de afilar sus garras. A Nala le preocupó eso, se dió cuenta de que esas eran las hienas que ella creía que querian matarla cuando era pequeña.
Esas hienas se fueron pero no sin quitarle la mirada de encima a Nala.
Nala se acercó a Tama.
—Oye Tama—dijo Nala
— ¿Qué sucede?—Preguntó Tama
— Tengo que pedirte un favor—dijo Nala
— ¿Qué es?—Preguntó Tama
— ¿Podrías ayudarme a vigilar a 4 hienas?—Preguntó Nala
— ¿Y para que—Preguntó Tama
Nala suspiró.
—Pareceré una niña de nuevo—dijo Nala—otra vez, después de 6 años tengo el presentimiento de que esas hienas quieren hacer algo malo.
—No puede ser Nala—dijo Tama—en serio pareces una niña, no puede ser que todavía creas que esas hienas quieran matarte.
—Tu misma me dijiste hace 4 años que no volviste a saber de ellas—dijo Tama
—Lo se pero esta vez sí estoy segura—dijo Nala
—Nala ya eres una leona adulta, no tienes de que preocuparte—dijo Tama
— ¿Tú crees—Preguntó Nala
—Claro que sí—dijo Tama
—Esta bien—dijo Nala
Nala confío en Tama, pero esas hienas no la dejan tranquila, incluso cuando estaba con las demás leonas se mantiene preocupada.
Nala estaba demasiado distraída. Hasta que Sarafina la hizo reaccionar.
—Nala, Nala ¿Estas bien?—Preguntó Sarafina
Nala sacudió su cabeza.
—Ehh...si, si estoy bien—dijo Nala
— ¿Querés contarme algo?—Preguntó Sarafina
—No mamá, estoy bien—dijo Nala
Sarafina estaba caminando hacia adentro de la cueva. Nala pensó que lo mejor sería hablar con ella.
—Mamá—dijo Nala
Sarafina se volteó.
— ¿Si?—Preguntó Sarafina
—Si quiero decirte algo—dijo Nala
—Esta bien cuéntame—dijo Sarafina
—Desde que soy pequeña he tenido miedo de que 4 hienas me puedan hacer algo malo—dijo Nala
—Creo que ellas quieren matarme—dijo Nala
— ¿Qué quieren matarte?—Preguntó Sarafina—no tienen razones lógicas para querer matarte, tu les das comida.
—Si mamá pero no puedo dejar de pensar en eso, hace 6 años, las escuché hablar sobre ese tema y fue relacionado conmigo—dijo Nala
—Hija tú sabes que Scar puso la regla de que las hienas no deben tocarnos en ningún momento—dijo Sarafina—no tienes nada de que preocuparte.
Sarafina entró a la cueva.
Nala confío en su madre al igual que con Tama, las dos le dieron razones para que no se preocupara. Nala entró a la cueva.
En la noche, Nala estaba durmiendo con Sarafina. Afuera de la roca del rey, estaban las 4 hienas.
—Hemos esperado este día durante años—dijo una hiena.
—Si, mañana es el dia—respondió otra hiena
—Mañana, mataremos a Nala—dijo Edd
—¡Siiiiii!—Gritaron las 4 hienas

El Rey León: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora