Flames •Taekook•

4.

"Ajá...Me quedó en tu cuarto, contigo, a solas, ¿No crees que se mal pensaría?"

" ¿Por que?, Querían que fuéramos mejores amigos, los mejores amigos comparten momentos ¿no?, bueno, eso haremos "

" ¿Que momentos quieres compartir conmigo?" Enarco las cejas.

TaeHyung sintió su rostro levemente caliente, pues una tonta imagen de ellos dos recostados en su cama abrazados le había cruzado por la mente.
Inconscientemente posó su mano sobre el torso del pelinegro, este lo miró más que sorprendido.

¿Acaso se cumpliría su deseo más profundo con el príncipe?.

El rubio al notar tal acto lo empujó, haciendo que este cayera a la cama.

"Siéntate, es mi turno de curar tus heridas"

"Espero que puedas curarlas todas..." Dijo más en un susurro, no importaba cuan lastimado se viera por fuera, por dentro estaba mucho peor.

TaeHyung pasó saliva, tenía a Jungkook frente a él con el torso desnudó, agradeció internamente que sus heridas más profundas se encontraran en la espalda de este, ya que al contrario no podría soportar seguir mirando lo perfecto que era su abdomen.
Podía ocultar más sus sentimientos estando detrás de él que tenerle frente.

" Es muy amable todo esto..." El pelinegro se interrumpió así mismo, el dolor lo hizo gruñir.

" Tratare de hacerlo más suave" Las manos de TaeHyung temblaban, no tenía experiencia limpiando heridas tan profundas.

" Pero" continúa hablando el pelinegro" A la mañana siguiente volveré a mis tareas habituales y probablemente sea reprendido por descuidar..."

" ¿Crees que alguien trate de contradecir mis palabras? Ya te dije, te mantendré a un lado mío hasta que ambos estemos sanados..." El rubio ya no quería recalcar el tema, pues no quería demostrar lo preocupado que se encontraba por Jungkook.

Había pasado más de una hora, Así que TaeHyung permitió que su nuevo "amigo" se recostara boca abajo en su cama. Jungkook no tardó en caer dormido.
El rubio al terminar de limpiar las heridas, dejó todas las cosa a un lado.
Se levantó con dirección hacia su puerta y colocó el seguro. No quería que nadie interrumpiera.
Sus pies se dirigieron hacia la cama, había tomado asiento en la orilla de esta. En estos momentos extrañaba al pelinegro extrovertido que entraba por su puerta sin previo aviso.
Prefería eso mil veces a verlo todo desecho frente a él.
Pasó su mano por la cabellera de este, sintiendo el cabello sedoso entre sus dedos, podría acostumbrase a esto...

Como si de fuego se tratase levantó su mano, la miró por un instante y se levantó de la cama.
Comenzó a caminar hacia su baño, recargó sus manos sobre el lavabo y miró hacia un punto fijo.
No podía dejarse llevar, lo que sentía era compasión, no amor. Sentía compasión, ya que el pelinegro lo había salvado de un castigo, Solo era compasión, ¡Compasión!

Se miró al espejo repitiendo esas palabras
¡Es compasión! ¡Compasión! Oh estupido TaeHyung incrédulo, ¡Contrólate!

Camino nuevamente hacia la cama, si seguía actuando de esa manera se volvería loco, tenía que actuar indiferente y olvidar todos esos pensamientos, ya que con el tiempo esos pensamientos se harían realidad y él aún no estaba listo para afrontarlos.