Capítulo 14: "¿Quién ha dicho que se haya acabado ya?"

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-¿Te parece bien si vamos andando?- pregunta.

-No sé- me muerdo un labio mirando mis tacones, no sé si seré capaz de andar mucho con ellos.

-Está aquí al lado tranquila- asiento. Me ofrece su mano, y estoy unos segundos pensando en si debería cogérsela o no, acabo cediendo, tengo que acostumbrarme si prometí hacerme pasar por su novia. Él entrelaza sus dedos con dedos con los míos y me acaricia los nudillos con sus dedos haciendo que un escalofrío me recorra todo el cuerpo.


-¿Entonces te vas a estudiar a Madrid?- pregunta Pablo bebiendo de su copa de vino. Asiento. El restaurante es muy bonito, con un toque vintage, las mesas son redondas y Pablo y yo estamos sentados en una alejada del resto, una al lado de un ventanal enorme que da a la calle. En nuestra mesa solo están las copas llenas de vino tinto y pan ya que aún no nos han traído lo que hemos pedido.-¿Y has encontrado piso?- vuelve a preguntar.

-Sí, de momento he alquilado uno y cuando me vaya a vivir pues empezaré a trabajar y ya si eso me compro un piso- él tan solo asiente.

-¿Y por qué te vas?- pregunta, y la verdad es que no me esperaba que me lo preguntara juego con mi copa, mirando como el vino se mueve entre las paredes de cristal.

-Estas haciendo demasiadas preguntas, ¿no crees? -sonrío casi riéndome.

-Me encanta- sonríe.

-¿El que?

-Verte reír, ver que no solo tienes ese mal humor.

Le miro mal haciendo que se ría y le acompaño.

Después de tomarme 3 vasos de vino y el postre, estoy bastante ebria pero lo suficientemente sobria como para acordarme  de todo esto mañana. Salimos del restaurante recibiendo una agradable brisa veraniega.

-Gracias por la cena, ha estado bastante bien.- digo.

-¿Quién te ha dicho que se haya acabado ya? - el sonríe y yo me encojo de hombros.

-¿A dónde vamos?

-¿Quieres ir a ese bar? -pregunta señalándome uno. Yo tan solo asiento, otra vez.

*Narra Pablo*

No sé cuando se me fue tanto de las manos la situación. Ahora tengo a una Valeria completamente borracha bailando en la pista y yo estoy mirando la situación de la forma más tranquila que puedo, intentando no meterle una hostia a cada uno de los tipos que la miran con deseo.

Me acerco más a Valeria y le cojo la mano para salir de ahí y ya de paso para que los tipos vean que es mía. Bueno no es del todo mía, ojalá lo fuera. Pero eso no lo saben y no tienen por que saberlo. Saco a Valeria fuera del bar y me quedo respirando unos segundos el aire frío que dentro no había para relajarme.

-¿Estás bien? -pregunto a Valeria ahora poniendo mi mano en su cintura. Ella asiente, aunque está claro que no es consciente de lo que le acabo de preguntar, no me había dado cuenta de que había bebido tanto. -¿Puedes andar? - ella asiente y empieza a andar y al segundo veo que sus pies se chocan y que va a caer al suelo, la sujeto antes de que pueda caer haciendo que ella empiece a reír. La cojo en brazos de modo que ella esta con las piernas a un lado y con sus brazos en mi cuello, le quito los tacones y dejo que los sujete en sus manos mientras la llevo de vuelta a casa.

En la calle no hay nadie, deben de ser más de las dos de la madrugada, lo que me hace el camino de vuelta mas fácil.

Nada mas llegar a casa, subo silenciosamente a nuestra habitación ya que no quiero despertar a nadie. La verdad es que no tenía ni idea de que Salva nos iba a poner a Valeria y a mi en una habitación con una cama solo, es algo que no planeé.

-Creo que voy a vomitar- dice Valeria entre susurros.

Entro en el baño que hay en la habitación, dejo a Valeria en el suelo cerca del retrete y levanto la tapa acercando su cabeza al retrete, nada mas hacerlo empieza a vomitar, la sujeto del pelo, de ese pelo rubio que tanto me gusta mientras le acaricio la espalda. Ella sigue vomitando mientras lágrimas caen de sus ojos, sé que lo tiene que estar pasando mal ya que estar borracho no tiene que ser bonito, y vomitar es algo desagradable, agradezco el no beber alcohol. No puedo beber si quiero tener la voz bien. Me siento culpable por ello, no debería haberla dejado beber tanto. Cuando deja de vomitar, cierro la tapa y tiro de la cadena y ella se apoya en la pared. Voy a por toallas húmedas y cuando vuelvo ella simplemente se ha quedado dormida, le paso la toalla por la boca y por la frente. Como no me da la gana de que duerma en las baldosas del baño la cojo en brazos suavemente la dejo en la cama.

Le quito el vestido que lleva que tanto me gusta, sé que me matara cuando se entere de que la cambié de ropa, pero no creo que vaya a dormir cómoda así, y le pongo una camiseta mía de manga corta, intento ser un caballero y no me fijo mucho mientras la cambio. Me cambio yo de ropa también y me salto la norma de dormir en el suelo acostándome a su lado. Le doy un beso en la cabeza y acto seguido me quedo dormido con mis brazos rodeando su cintura y con su cabeza sobre mi pecho.


En Brazos de Él (Pablo Alborán)Where stories live. Discover now