Cena (JyuDo/RiouFumi)

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―¿Estás seguro que era buena idea venir, Iruma-san?

―No, de hecho estoy luchando internamente para no salir corriendo de aquí y poner alguna excusa por mi ausencia. Pero ambos sonaban muy entusiasmados por esto, así que tarde o temprano tendríamos que hacerlo, Doppo-kun.

―Agh... ese tonto e idiota de Hifumi, siempre provocando problemas a los demás, en cuanto lleguemos me aseguraré de que se disculpe apropiadamente con usted Iruma-san.

―Nah, no es necesario que lo hagas, Riou también está inmiscuido en todo esto, y créeme que con Samatoki hemos tratado de huir de sus comidas y... ―un escalofrío recorrió la espalda de Jyuto― Es mejor no hablar de eso. Además ya estamos llegando.

―¿Eh? ¿es eso cierto? Menos mal, de haber sabido que era en un lugar tan dentro del bosque hubiese venido con zapatillas de deporte.

―Traté de advertirte de venir con ropa casual y cómoda, pero no me hiciste caso, insististe en tener que estar presentable para la cena de tus amigos. Lo oficinista no se te quita, ¿no?

―Oh cállate policía corrupto ―Doppo empujó sutilmente a su novio fingiendo enfado, hacía mucho tiempo que sus bromas habían dejado de afectarle e incluso le causaba gracia poder molestarlo de igual forma.

Siguieron caminando tomados de la mano por entremedio de los árboles y antes de que a Iruma se le ocurriera acorralar a su novio contra un tronco y besarlo hasta que sus piernas temblasen, encontraron el prado en donde solía montar su campamento el ex soldado. Doppo disimuladamente soltó su mano y caminó a paso rápido en donde su rubio amigo se encontraba hincado dándole la espalda. Aprovechando la ocasión, le asestó un golpe en la cabeza.

―¡Doppo~~! ¿Por qué has hecho eso? ―Hifumi de inmediato se enderezó y reconoció el golpe que tantas veces había sufrido con anterioridad.

―Por hacernos venir aquí a un lugar tan alejado de la civilización, sobre todo en mi día libre ―le reclamó el de cabellos rojizos.

―Pero Doppo~~~ por eso quería que vinieras, para que disfrutaras de la naturaleza, ¿no te gusta acaso?

Kannonzaka miró alrededor e inspiró el aire puro, debía reconocer que si lo explicaba de esa forma, podía ser una buena idea, pero estaba demasiado molesto porque sus zapatos relativamente nuevos se habían ensuciado con barro, así que no le reconocería nada a Hifumi por simple orgullo.

―Vamos, vamos, es muy temprano para pelear y mucho más para los golpes, si van a hacerlo al menos asegúrense de estar ebrios ―Jyuto movió la botella de sake que habían llevado de regalo frente a ellos―. ¿Dónde está Riou?

―¿Me buscaba Jyuto-san? ―el policía se sobresaltó al escuchar la profunda voz justo detrás de él.

―Umm, sí. Ten ―le tendió la botella―, trajimos esto para después de comer ―aunque Jyuto se había imaginado más de cien veces el beber toda la botella él solo antes de tener lo que Riou les tendría preparado, y cien veces tuvo que resistirse a la idea.

―¿Es champagne? ―preguntó el rubio saltando para tomar la botella de manos de CrazyM.

―No lo es ―respondió Busujima, quien al ver el puchero de Hifumi no pudo resistirse a la tentación y le dio un suave beso para calmarlo, lo cual obviamente hizo que le subiera el ánimo.

Doppo quien no estaba acostumbrado a las demostraciones públicas de afecto, ni siquiera con su propio novio, miró avergonzado hacia otro lado tratando de darles cierta intimidad. Además era la primera vez que veía a su mejor amigo en una situación tan romántica con alguien y no sabía cómo actuar ante aquella relación.

―¿Oh? ¿mi inocente ya no tan inocente novio se siente avergonzado? ―preguntó Jyuto pasando un brazos por sobre los hombros de Doppo, quien lo miró notoriamente molesto. ―Deberías acostumbrarte, ellos están saliendo al igual que nosotros, y como sus amigos y compañeros de división debemos apoyarlos en esto, ¿no crees?

―Claro que sí, solo que... es un poco raro.

―Estoy seguro de que para Hifumi también fue un gran golpe el saber que empezabas a salir conmigo, y aun así te apoyó.

―Es cierto...

―¡Doppochin~~! ¡Jyutochin~~! ―se escuchó una animada voz llamándolos y devolviéndolos a la realidad.

―¿Jyutochin? ―a Iruma casi se le cayeron los lentes de la impresión.

―Será mejor que te acostumbres, Iruma-san ―Doppo palmeó su espalda y caminó hasta donde su amigo se encontraba.

―Doppochin~, Jyutochin~ la comida ya está lista. Vamos, siéntense alrededor del fuego. Riou buscó troncos especialmente para la ocasión de hoy.

―M... Muchas gracias Riou-san ―se inclinó Doppo.

―No hay de qué Kannonzaka, ahora por favor tomen asiento.

Jyuto le siguió al asalariado y tomó asiento rezando para que su plato de comida cayera al suelo y no se pudiera recuperar, pero no tuvo tanta suerte cuando se le entregó un cuenco con sopa espesa en él. Doppo fue el primero en probarlo y no tuvo problemas en terminarlo, incluso llegó a saborearlo; algo imposible para el policía, quien no sabía si admirar o lamentarse por la incapacidad de su novio de desmayarse ante los platos del ex soldado.

Jyuto fue el último en terminar y de inmediato se le sirvió otro plato totalmente reconocible para él, tragó saliva y probó.

―Riou, las tarántulas de hoy tienen un gusto distinto, ¿no es así? ―Para Iruma el sabor era diferente de la última ocasión en que lo había probado en compañía de Samatoki.

―Es pollo, a Hifumi-san se le ocurrió el cambio ―45 rabbit sintió que podría ser capaz de llorar de emoción y felicidad al saber que por fin Riou estaba cocinando algo común y corriente para el común de la gente. Incluso quiso abrazar al rubio como agradecimiento por el cambio logrado―. Ah, pero la sopa sigue siendo de hormigas.

―No pude convencerlo de que las hormigas no son un buen ingrediente, por el contrario, él me demostró su buen valor nutricional y que es la sazón perfecta en reemplazo del picante ―contestó Hifumi quien parecía ya acostumbrado a las raras costumbres gastronómicas de Riou.

―¿Tu estás bien con esto, Doppo?

Kannonzaka se encogió de hombros.

―Me gusta todo lo que cocina Hifumi, y si él dice que está bien porque es nutritivo, entonces no le veo el problema.

―Ok, creo que abriré esa botella de sake antes de lo previsto ―se quejó Jyuto.

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