Y de repente comenzamos a acercarnos
el uno al otro, con lentitud, nervios,
con deseo e intención de sentirnos,
de volver a sentirnos y tenernos.
Nos acercamos cada vez más y sentía
cómo mi corazón latió con desenfreno,
nuestros cuerpos, acortaban la distancia
en cada segundo qué pasaba
y antes de tomar total consciencia,
estábamos a milímetros de cercanía,
nuestras narices lograban rozarse.
Bajé lentamente hacia sus labios,
y ella acercó los suyos hacia los míos,
sentía su respiración, su calor, su aroma...
acercamos nuestros labios y con timidez
llegaron a hacer contacto,
entre roces tibios, nuestros labios
perdieron miedo y el deseo de probarnos
incrementó.
Nuestro deseo nos envolvió
inesperadamente, en caricias,
en suspiros, en contacto corporal
y mental.
Nos encontramos dentro del
deseo mutuo.
Nuestra labia sobraba, aunque
nuestros labios acapararon la
necesidad de tenernos a disposición
del placer, de sentirnos y
probarnos, de entregarnos a la pasión
momentánea de ese momento.
De avivar aquel fuego que se incendió,
de matar nuestras ganas.
De tomarnos y bebernos cómo vino fino,
de probarnos cómo dulce caramelo,
de dejarnos consumir.Ahí estábamos, besándonos,
acariciándonos, tocándonos,
entregándonos.
Ahí estábamos, cuerpo a cuerpo,
labio a labio, roce a roce,
suspiro a suspiro, caricia tras caricia,
entregándonos el uno al otro.
YOU ARE READING
MATICES
PoetryNo es un poemario enteramente. El amor te puede regalar tonalidades distintas cuándo lo conoces. © Autor : Sergio H. Espinola © Portada : Sergio H. Espinola © Derechos de Propiedad y Autoría Intelectual Reservados.