Una sorpresa con cristales

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P.O.V Draco

Estaba sentado en mi asiento común, preguntándome donde estaría el estúpido de Potter, no lo veía desde el "partido" de quidditch, trataba de que no se notara, pero cada vez que ingería algo de mi cena, levantaba la vista para saber si ya había llegado; creo que nadie se había dado cuenta porque nadie me dijo nada, en uno de mis miles intentos por fin se asomó esa cabellera negra por la puerta del gran comedor, pero cuando entró no tenía esos feos lentes que le cubrían la mitad de la cara, y escondía esos hermosos y expresivos ojos verdes, que... 

Basta Draco, no tienes porque expresarte de esa manera, no son ni serán nada 

- que decías de mis ojos 

- yo no he dicho nada - dije algo inseguro y sin levantar el rostro de mi plato de comida y pensando que probablemente alguien cualquiera me estuviera gastando una broma,  de muy mal gusto por cierto, leyendo mi mente e interrogándome, pero si no era así y estaba pensando en voz alta sería muy vergonzoso, en especial porque los Malfoy no acostumbramos a compartir nuestros sentimientos abiertamente, y si el verdaderamente estaba de pie junto a mi, sin tratarnos mal, me hacía sentir como todos dicen, mariposas en el estómago, pero lo que realmente estaba sintiendo eran muchas nauseas, no tengo otra manera de describirlo

- claro que si, escuche como decías que te encantaban mis ojos 

- técnicamente no dije que me encantaban - levanté por fin la cabeza y me quedé colgado mirando la mesa de Gryffindor, realmente sin mirarla, estaba en una especie de viaje astral, apoyé mi cabeza en mi mano, totalmente ruborizado y pensando en las miles de posibilidades de una vida junto a él 

- pues si te digo algo... a mi me encantan los tuyos 

- mis que...? - aún seguía en ese estado de trance, no me daba cuenta de nada y de lo patético que estaba siendo esto y lo más raro es que nadie decía nada de que un Gryffindor hablara con un Slytherin 

- tus ojos  - en ese momento voltee el rostro para ver quien era la persona que me decía aquello, pensando y rogando que fuera la persona que esperaba, pero mi sorpresa, fue tal que no habia nadie más que la pared

- NO !! - grite frustrado y di un fuerte golpe en la mesa, me alteré bastante, pero logré calmarme, y volví a sentarme.

después de un rato, bueno solo como cinco minutos, salió otra vez, no puedo creer lo que estoy a punto de hacer, estaba decidido a cambiar algo, al menos intentarlo, ya estaba lo suficientemente irritado con esta situación , tenía que reaccionar y pensé, si no trae sus gafas, probablemente las haya dejado en su cuarto, salí casi corriendo del gran comedor, pero tratando de no levantar sospechas, podría meterme en problemas por cualquier chiquillo que quisiera delatarme, estaba totalmente prohibido entrar a las habitaciones o la sala común que no perteneciera a tu casa. 

No tardé demasiado en encontrar el cuarto y la cama de Potter, y ahí estaba, mi objetivo, la razón por la que estaba en ese cuarto, las agarré, me las puse y me escondí, no era el súper escondite de la vida, pero teniendo en cuenta de que Potter está prácticamente invidente, servirá. 


P.O.V Harry 

enserio tenia demasiada pereza, estaba casi seguro de que una vez que entrara al cuarto, me pusiera mis gafas y me tumbara en la cama, no volvería a salir del cuarto, hasta el lunes, ni siquiera saldría a comer, pediría a Ron  que me trajera la comida, aunque lo más probable es que se la acabara antes de llegar, entré con mucho desgano a la sala común y fui hasta mi cuarto, lo primero que hice fue tirarme en la cama y al pasar unos momentos recordé la razón por la que había regresado, me asusté a pensar que tal vez las había dañado con mi peso, me puse de pie rápidamente, tantee en la cama y no las encontré. en el piso y tampoco, comenzaba a desesperarme; me senté en la cama analizando la situación, tal vez las había dejado en el baño, me paré y escuché un ruido alguien había llegado o salido, no le puse atención, y de la nada aparece alguien enfrente de mi, es borroso pero logro ver unas gafas, en la habitación nunca había visto a alguien que usara gafas además de mi, o también podía ser porque estaba cansado y estresado por mis lentes.

Estaba exactamente en la mitad no tenía por donde pasar

- perdón, necesito pasar - no escuche ninguna respuesta y realmente creo que no la necesitaba, solamente se giró para dejarme pasar, pero cuando pasé sentí como una mano me agarró del brazo

- oye, que te pasa, suéltame - estaba muy irritado por lo de mis gafas y ahora esto, genial 

pero nada de eso importó, me jaló del brazo, atrayéndome hacia él, no tenía aspecto de ser una chica, cuando me tuvo en frente , me soltó, quería moverme, pero mi cuerpo no respondía, era como si inconscientemente quisiera que pasara eso, sabía lo que venía a continuación y no lo detuve, yo solamente trataba de enfocar sus ojos, tal vez así podría identificarlo más tarde; agarró mi cara con ambas manos, una a cada lado, su tacto era muy suave, me hacía sentir bien, tanto que creo que apoye mi cabeza en una de sus manos y cerré los ojos, me reconfortaba bastante, hizo pequeños círculos con su pulgar en una de mis mejillas, estaba pensando en millones de cosas, pero al momento en que sentí sus cálidos labios sobre los míos, mi mente quedó automáticamente en blanco, se movía lentamente, era un beso tierno y dulce, muy suave, yo seguía sin reaccionar, solo estaba ahí esperando, no sé qué exactamente, me tensione demasiado, y se notó, porque la otra persona me agarró de la espalda baja para acercarme más a él, tal vez era eso lo que esperaba, con su mano en mi espalda  y la otra en mi mejilla, me sentía en confianza, poco a poco empecé a mover mis labios al ritmo que los suyos, era una sensación bastante agradable. Había besado a varias chicas antes, pero esto era algo realmente diferente y sin duda mejor, separé un poco los labios para darle más acceso, quería más, necesitaba más, pero justo en ese momento en el que me sentía como en casa, se detuvo de repente.

- que pasa?... porque te detienes? - nuevamente no respondió nada solo sonrió y me dio un pequeño, corto y tierno beso para cerrar todo lo que había comenzado, hace varios minutos, luego me percaté de que probablemente los lentes que tenía eran los míos, no perdí el tiempo y le pregunté

- esos son mis lentes? -  él se limitó a asentir y sonreír, salió a correr, pensé en perseguirlo, pero si iba por la escuela y veía a alguien con mis lentes podría saber de quién se trataba 





Notas de cenizasWhere stories live. Discover now