Pan

16K 1.3K 710
                                    

La noche se hacía presente en la abandonada mansion Agreste, que literalmente estaba abandonada. ¡No había nadie!

Al ver al insecto, los residentes del hogar no soportaron pasar la noche ahí (solo Gabriel y Adrien), por lo que en esa misma hora, todos tomaron sus cosas y se fueron a otra casa que también era de propiedad Agreste, con el detalle de que era más pequeña. ¡Solo contaba con 7 habitaciones!

Tal vez iba a ser difícil coexistir ahí, pero alguna vez Gabriel escuchó en una serie que Netflix canceló, que la adversidad podía ser una bendición.

Oh, recordar aquello le había dolido más que la muerte del villano principal de su novela favorita. Pero dejándolo pasar, el hombre comenzó a hacer ecuaciones en su cabeza, pensando en cómo designar habitaciones estratégicamente.

Todo estaba excelente. Una habitación sería para Gabriel, otra de Nathalie, la tercera podía ser su oficina, la siguiente sería un taller, una para Gorilla y la última tendrían que compartirla los dos chicos, ignorando que aún había una habitación disponible.

Los jóvenes solo escucharon una disculpa hueca del Agreste, siendo empujados a dormir juntos sin siquiera haberles preguntado.

Al llegar la noche, inevitablemente tuvieron que compartir la cama. Nathalie observó como parecían nerviosos con algo de extrañeza, preguntándose en su interior el por qué si ella solo iba a observarlos mientras dormían.

Cada día los adolescentes eran aún más ridículos.

Entonces los minutos pasaron y no supo en qué momento fue vencida por el sueño. Se había quedado dormida sentada en la silla, fracasando monumentalmente en su tarea de cuidarlos.

Cuando despertó ya habían pasado 2 horas y los menores estaban jugando videojuegos mientras comían pan a reventar. Adrien estaba lloriqueando porque no podía ganarle a Marinette y ella reía escandalosamente.

No pudo mandarlos a dormir, solo fingió seguir dormida observando que realmente parecían ser el uno para el otro.

El tiempo pasó y ella volvió a caer dormida, no entendía la razón ¿Desde cuándo estaba tan cansada?

Eventualmente despertó mirando como ya estaba amaneciendo, observando como la azabache estaba acurrucada en el cuerpo de Adrien, y este la abrazaba.

Con satisfacción tomó una foto y se la envió a su jefe, él la felicitó por la mañana, sabiendo que su plan había triunfado.

.
.
.

Unos ojerosos pero contentos chicos salieron de su habitación y se dirigieron al taller.

-Quiero que hagan el diseño, tómense medidas, escojan las telas y los colores, les doy dos días para terminarlo, hasta entonces nos veremos.

Y se fué dejando a los tres con un mal sabor de boca.

La ojiazul pareció indignada por el comportamiento del señor con su hijo y su nula convivencia con él. Nathalie en cambio ya estaba acostumbrada a ver el rostro de Adrien triste al verlo partir.

De pronto la ojiazul de levantó de su asiento y abrazó al ojiverde, quien correspondió con fuerza. Necesitaba un abrazo y solo ella pudo dárselo.

Después de eso siguieron con su trabajo.
.
.
.

-¡¿Eres talla cero?!

Se sorprendió Adrien al sumar las medidas de la cintura, torso y pecho de la chica, observando esa respuesta. Ella asintió.

-Tus padres son dueños de la mejor  panadería de París ¿Cómo no engordas?

Ella le dedicó una mirada lógica y él pareció entender. La asistente que estaba a sus espaldas no entendía nada pero estaba muy entretenida.

Pero luego encontró una revista y no pudo separar sus ojos de ella. Se perdió por unos momentos, hasta que escuchó como la ojiazul gritaba la talla del Agreste Jr.

-Eres talla dos.

Habló Dupain sin preocupación alguna, mientras la cara del ojiverde reflejaba que estaba por tener un paro cardiaco.

-Revisa bien, seguro la cinta métrica esta mal.

Se escuchó decir de Adrien al borde del llanto, observando como la ojiazul hacía los procedimiento una y otra vez, observando el mismo resultado.

-Me temo que eres talla dos.

Dijo suavemente la diseñadora para no alterarlo más, observando como el ceño de su contrario comenzaba a arrugarse.

-Todo esto es tu culpa. Tú traficaste pan a esta casa.

Le dijo señalandola y arrepintiendose al instante, pues gracias a eso, la ojiazul recordó algo que a él no le convenía que ella recordara.

Ella no comprendió hasta que miró el rostro palido, nervioso y sudoroso del chico.

-Cierto, eso me recuerda que no me has pagado el pan que me pediste traer.

El asintió dudoso, a la vez que miraba como su compañera de curso aceptaba.

-S-si, te prometí pagarte los 40 croissants que te pedí.

-Si, y también los 30 macarons que te comiste el otro día.

El problema no era pagarle, el problema era justificar el gasto tan grande ante su padre, si se suponía que él no debía comer cosas con gran cantidad de calorias.

Nathalie disfrutaba de la cómica discusión hasta que se percató que le debía mas de 90 dolares a Marinette y que el chico engordó.

¡El NO podía engordar! ¡Era modelo! ¿Comó le explicaría los 90 dolares y las 2 tallas extras a su jefe?
.
.
.

-11, 12.... ¡Vamos tu puedes! 12.

Decía Marinette mientras ayudaba a Adrien a hacer abdominales. Ella trataba de animarlo. Nathalie reprimía su risa. Adrien estaba sufriendo.

-Por cierto, para recortar los gastos y pagarle lo que le debes a Marinette sin que tu padre se entere, tendré que recortar el 70% de lo que gastas en quesos a la semana.

Los dos chicos palidecieron, pero Nathalie no entendió el por qué. Prefirió no darle importancia y se fué al fondo para dejarlos trabajar.

Al poco rato se escuchó el grito de sufrimiento de los dos jóvenes, y el grito "Suelta esa aguja rata voladora" de Adrien.

¿Por qué será tan grosero con Marinette?
.
.
.

¿Les gusta la historia?

Es desde la perspectiva de Nathalie, pronto hare una desde la perspectiva de los chicos.

Actualización: 29 de agosto de 2021.

Pues lamento no poder ver los comentarios, pero ya da cringe ver como yo escribía hace tres años, lo siento, tengo que corregir JAJJAJAJA

Buscando A La Nuera PerfectaWhere stories live. Discover now