Capítulo 8 ♡

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Ya había pasado mi mayor terror en el instituto pues mi primer día no había estado tan mal como pensé.

Hoy mi segundo día tenía que ser aún mejor pero creo que iba a ser imposible, estoy acostumbrada a llegar tarde al colegio, realmente es un hábito ya común en mí, además me enfocó en las frases célebres de mi madre: "Nunca abandones tus sueños" así que por eso duermo 5 minutos más.

Por más que corría por el pasillo hacia la entrada del aula esté no tenía fin, doblando la esquina ví entrar a la profesora y eso indicaba que yo ya no podía ni siquiera molestarme en tocar.

Me detuve con brusquedad, de que servía seguir luchando cuando ya has perdido el décimo round.

Como no tenía nada que hacer las próximas dos horas de la primera clase, recordé la biblioteca y puse mis pies en dirección al paraíso, agradecía el haber dormido esos 5 minutos más porque mi primera clase era física y pues ese no es mi fuerte.

El silencio envolvía los pasillos del instituto, de hecho no había ninguna mosca que sunbe en estos momentos por ende mi mente se puso en blanco, sin ganas de estudiar hoy.

Así que brincando como niña de 8 años cuando va en camino a la tiendita a gastarse los 5 pesos que tu padre te ha dado por ser domingo iba rumbo a la biblioteca, aunque de hecho nunca me dieron domingo, mis domingos era el poco dinero que ganaba por jugar canicas con los vecinos, era una experta.

Buscaba que leer, entre varios libros es difícil elegir, mi adicción son los libros de acción los cuales se encontraban al final del pasillo.

Buscando cuál agarrar note entre las rendijas de los libreros que se encontraba el chico popular recargado del otro lado, al parecer estaba leyendo un libro de romance.

Me pareció extraño que a un chico le gustarán ese tipo de lecturas por lo regular siempre consultan de ficción, fantasía o terror, pero lo que veían mis ojos no era muy común y tampoco tenía derecho de juzgarlo.

Se percató de que alguien se dirigía hacia él y cerró el libro guardandolo dentro de los demás.

Sin perder cada momento una chica moviendo caderas se acercó a él de manera cursi, colocó su manos en su pecho acortando la distancia, la tomo de la cintura acercándose al oído y fue ahí cuando me di cuenta que él ya la tenía postrada su mirada en mí, sin saber que hacer solo fingi mi sonrisa e hice un ademán de saludo dando media vuelta.

Tenía que salir los más rápido posible pues era la única persona con evidencia de un próximo juicio.

Rápidamente tomé un libro x y salí a paso veloz del pasillo, buscando un asiento para comenzar la lectura.

La chica con la que estaba era Elizabeth, ¿Será su novia? Siempre la he encontrado con él así que era lógico, si era su novia. Miré el libro que había tomado y sabiendo lo estúpida que era al tomar el libro equivocado, no podía regresar a cambiarlo así que según los escritores no debes juzgar un libro por su portada. Me adentre a la lectura que me estaba aburrido en tan solo unos cuantos minutos de haber comenzado.

- Hola Sam, sabías que no es de buena educación espiar a los demás - me miró con una sonrisa pícara. Gire mi mirada para ver quién era.

- No te estaba espiando, solo que buscaba que leer, te ví e iba a saludar pero.. bueno buscaba algo entretenido, ya sabes - dije mirando las páginas del libro. Se sentó en frente con los brazos cruzados.

- Tan solo verme ya es entretenido - dijo sin delicadeza. - Así que saltándose las clases - dijo con un multi sono alto.

- Pues no, se me hizo tarde y ve ahora estoy aquí perdiendo el tiempo con vos - dije sin más preámbulos.

El vicio de mi vidaWhere stories live. Discover now