familia incondicional

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Costó evadir a los policías una vez más, pero por suerte no tenían idea de dónde encontrarme. Para cuando llegaron a Mc Donald's probablemente yo ya me hallaba muy lejos.

Paré en una farmacia a comprar tinte para el cabello rubio, pero temporal, ya que jamás en mi vida habría aceptado teñirme de no ser que la situación así lo requiera. Roth había querido convencerme de usar lentes de contacto, pero difícilmente me veo aplicándome una lámina de plástico en el ojo.

La chica de la farmacia no fue muy amable tampoco, me inspeccionó de arriba a abajo, y justo cuando pensé que me había reconocido de las noticias exclamó - no entiendo cómo es que quieres teñirte ese cabello de rubio. Tu color no es bello, pero el rubio te quedaría aún peor-

Si la próxima vez que entro me dan uno de esos test al cliente, ya se que debo tachar la buena atención.

Me crucé de brazos - lo que hago con mi pelo no es asunto tuyo, como agregarle capas de grasa a tu cuerpo no es asunto mío- .

La chica empalideció y se tocó instintivamente su estomago plano, estaba garantizado que no cenaria aquel dia. Era ridiculo como afectaba a las mujeres el tema de su peso, y era algo que encantaba usar en su contra.

Al salir de la farmacia me dirigi a la estacion de servicio mas cercana, la cual tenia la parada de autobus en frente que me llevaria directo a mi destino. Pero antes me di una ducha en el baño de la estacion, aunque asquerosa yo ya me habia acostumbrado a ducharme en esos baños. Solo tenias que procurar no pisar el suelo de las duchas antes de que el agua halla limpiado la mugre y ahuyentado a las cucarachas. Que acojedor.

Mientras me duchaba me teñi yo misma el cabello, intentando cubrir hasta la ultima brizna de cabellonegro azabache.el rubio no me quedaba tan mal en realidad, pero ya extrañaba mi cabello natural, perfecto para esconderse en las sombras. En cambio, ese farol reluciente de cabello solo gritaba -chica facil. Ven y tomame-. Luego corri a sentarme en la parada de autobus, con mi cajota feliz y mi bolsa de papas. La parada estaba vacia excepto por mi, lo cual me hizo preguntar,e a donde rayos me dirigia. Tome mi documento falso de la blsa de papas y observe mi nueva direccion domiciliaria. Calle 92, numero 457, catherine hill.

Sea donde sea catherine hill, jamas habia oido hablar de ella en mi vida, lo cual no es una buena señal ya que huyendo he ido hasta el mas recondito de los lugares en el pais. Y cuando el autobus me recogio de la parada y las horas de viaje fueron de dos a tres y de tres a cuatro, yo empezaba a pensar que no dirigiamos al fin del mundo, y no estaba muy equivocada. El autobus se desvio de la ruta por un calle de tierra e ingreso en un pueblecillo de calles asfaltadas y casas prolijas con pequeños jardines llenos de flores, del estilo de los abuelos. Levante la cabeza, con la intencion de ver que habia mas alla, pero no habia nada mas que campos y vacas mascando heno. Debido a que toda mi vida habia vivido entre edificios y callejones sucios, la simple vista del campo me dio nauceas, me sentia sola y abandonadaen el medio de la nada. Y mas extraño aun era que unos mafiosos tan importantes como joe y anissa segun roth vivan tan lejos de la sociedad. Un nudo de sospecha comenzo a pesar en mi estomago, o quiza eran las cbo, al tiempo que me bajaba del autobus. No me sorprendio descubrir que fui la unica que se bajo en esa parada, y examinando mis alrededores, suspire de frustacion. Era sabado por la noche y aun asi las calles estaban vacias, las luces del interior de las casas teñian el pavimento de dorado y el silencio era tan profundo que me sentia desnuda sin el sonido de autos y bocinas. Mis sentidos se adaptaron al silencio y pude escuchar pasos en el pavimento a lo lejos, al voltearme me encontre con una pareja alrededor de los cincuenta años caminando en direccion a la parada de autobus en la que me encontraba, que de hecho, deberia haber sido la primera que he visto limpia y sin graffiti. Aunque era de noche podria haber distinguido a la pareja desde kilometros, la señora era bastante robusta y llevaba un vestido hasta la rodilla rojo a lunares verdes, y un collar de pompones de lana de todos los colores se arremolinaba desprolijamente en torno a su cuello. Sus tacones blancos repiqueteaban sobre la calle mientras se sujetaba de su marido para no tropezar con ellos, quien a pesar de tener sus kilos, parecia estar sufriendo el peso que su esposa ejercia al apollarse sobre el. El hombre tenia un espeso bigote marron oscuro, vestia un traje amarillo patito y una corbata que hacia juego con el vestido de su esposa, roja brillante cubierta de loros verdes. Requirio de mi mayor esfuerzo no estallar de la risa, y con una sonrisa reprimida me dirigi hacia ellos. Al verme sus miradas se iluminaron con tanta expectacion que casi me hacen retroceder, "disculpen"dije, "conocen a joe y anissa wilson?". Ambos sonrieron como si les acabarn de entregar un regalro y me estrecharon entre brazos para darme un abrazo, o lo intentaron. No es que me guste ser grosera pero generalmente el instinto hablaba por mi, y cuando veia a dos ancianos queriendo abrazarme, mi instinto provoco que pusoera los brazos en forma de escudo haciendo que casi cayeran de espaldas por la fuerza de mis brazos contra sus pechos. Pense que estarian furiosos, pero al levantar las cabezas aun seguian sonriendo. Era irritante lo alegres que parecian ser. "Somos nosotros, cariño", contesto la señora. Por un breve instante se me helo la sangre incredula, pero comprendi que no era posible. Niguno de estos hombres era un delincuente, no solo por su aspecto si no por la ingenuidad en sus expresiones y la torpeza de sus movimientos. Hasta un actor experto tendria problemas captando la torpeza en la pareja que tenia en frente. Sin embargo les segui el juego por si acaso. "Ustedes?" Mire a mi alrededor a pesar de que era evidente que estabamos solos, "y ya saben el trabajo que tienen planeado para mi?" Susurre. Ambos se miraron extrañados y me miraron con una mezcla de lastima y desconcierto, dos sentimientos que podrian costarte la vida en una pelea. Dos sentimientos que odiaba tener que contemplar. El señor wilson, si es que ese era en realidad su nombre, me hablo con suma lentitud como si le estuviera hablando a un niño. "Querida, eres nuestra nueva hijita. No te haremos trabajar, ya no estas en el orfanato, eres parte de la fimilia ahora". La señora wilson sujeto su brazo con una sonrisa caritativa, "si." Convino, "tu hermano fue muy amable en ponerse en contacto con nosotros, estaba desesperado. En cuanto nos conto sobre... Sobre los trabajos forzosos que te obligaban a hacer en el orfanato... Y que pronto ya jamas te adoptarian por tu edad, y joe y yo no pudimos tener hijos antes asi que nos parecio una oportunidad esplendida", sonrio debilmente y su esposo la asio mas fuertemente del brazo, acariciandolo de arriba a abajo. Un escalofrio me recorrio la espalda, de rrepente senti frio . "Mi...mi hermano?", comence a temblar, pero no por el frio esta vez. Estaba encolerizada. El señor wilson asintio, "se llamaba... Como era su nombre annie?" Le pregunto a su esposa, aunque no le dio tiempo a contestar, "empezaba con r si mal no recuerdo. Rick? Roran?" "Roth" susurre, aunque ni siquiera lo estaba mirando. Mi vista estaba fija en el pavimento, recordando la escenita que me habia montado en mc donalds sobre joe y anissa, siendo los delincuentes mas buscados y no se que otra mierda. "Si! Ese es!" Exclamo el señor wilson, tan animadamente que parecia que habia completado su tablero y gritado bingo!. La señora wilson se adelanto y colocando una mano sobre mi espalda, me guio junto a su esposo hacia su auto, un escarabajo viejo de un rojo tan brillante que parecia brillar con luz propia en la oscuridad aparcado una manzana mas adelante. "Vamos cariño, es hora de que conoscas tu nuevo hogar" . Me deje conducir por ella, demasiado sumida en mis propios recuerdos para poder protestar. Roth, advirtiendome sobre joe y anissa. Roth, haciendome prometerle que frente a cualquier inconveniente escaparia. Roth, gritandome que era su hermana antes de abandonar mc donalds. Los puños me comenzaron a temblar, el lo sabia, sabia que jamas aceptaria esconderme en un pueblo de ancianos con una familia desconocida. De rrepente estaba temblando tan fuertemente que ya no tenia control de mis extremidades, la rabia me cegaba. Me detuve en seco frente al patio de una casita azul con flores blancas en la entrada y una casita para aves en el frente, mis puños estaban apretados y los wilson se voltearon para mirarme con expresiones preocupadas. "Estas bien querida?" Pregunto joe, pero yo no di señales de haberlo oido. Cada vez que dejaba que la furia tomara control sobre mi, era mejor permanecer a veinte metros de distancia, ya que solia desquitarme con lo que sea que estuviera cerca. En ese instante, lo que tenia cerca era la casita para aves, que basto con un simple puñetazo mio para que callera sobre el cesped exageradamente verde, su poste de manera a forma de soporte quebrandose con un chasquido. Permaneci por un momento agachada junto al cesped, con el puño palpitante, respirando lentamente hasta recuperar la calma. Cuando me levante, anissa tenia una mano sobre su boca horrorizada, como si hubiera cometido un crimen, y joe estaba mirando de mi hacia el refugio para aves repetidamente. "Oh dios mio! Pero si es del jardin de los hunter!Como vamos a explicarles esto?" Murmuro anissa atraves de sus regordetes dedos. Joe avanzo hacia mi, "por que hiciste eso?" Pregunto, pero sono mas sorprendido que emfadado.anissa fruncio el cejo, apoyando una mano cuidadosamente sobre el hombro de su esposo. " no agobies a la niña, joey. Acaba de conocer su nueva vida de un dia para el otro, es normal que este estresada" . El rostro de joe se lleno de arrepentimiento y comprension, cuando en realidad ninguno de los dos estaba entendiendo nada. Estaba a punto de soltarle a la mujer un comentario no muy agradable sobre lo poco que en realidad conocia sobre mi vida, pero me contuve. Mientras antes estuviera sola, mejor. Necesitaba unas palabras con roth.

Asesina fuera de serie (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora