54: Elizabeth Scamander

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Suspiré y vi a Dumbledore que aún seguía allí, vi a Harry que se veía triste y aunque quería decirle que todo estaría bien, no podía mentirle. Y aunque quería estar a su lado tenía que atender algunos asuntos pendientes.

—Disculpe, señor—dije a Dumbledore—. Tengo que ver a alguien.

El director asintió y vi a Harry una última vez antes de irme y cerrar la puerta.

🌙

Toque e iba a abrir la puerta cuando está se abrió bruscamente, mi abuela Angelique salió más que enojada, apretando los dientes y gruñendo, atrás iba mi abuelo Apollo algo cabizbajo, pero mi abuela que ni siquiera me había notado murmuraba entre dientes enrabiada.

Cuando me volví para ver; McGonagall estaba sentada frente a su escritorio viendo con una mueca por donde había salido mi abuela, mientras tenía una pluma en su mano.

—¿Minnie? ¿Que fue eso?—pregunte alzando una ceja.

—Scamander—ella suspiró, pero luego me miró seria—. ¿Cuantas veces te he dicho que no...

—...le diga Minnie? Muchas. Lo siento Profesora Minnie. En realidad, vengo aquí, a pedirle que me ayude—pedí acercándome y sentándome frente a ella.

—¿Como pueda ayudarla señorita Scamander?

—¿Puede empezar con mi madre? ¿Y luego seguir con Morgana?

La profesora McGonagall soltó la pluma con la que estaba escribiendo, y me miró muy seria, se quitó las gafas con cuidado y por primera vez la vi con una expresión con la que jamás la había visto; se veía cansada.

—Yo ame a tu madre como a una hija, Laila—ella me sonrió—. No puedo negar que siempre fue mi alumna favorita, desde que llegó y se sentó en esa silla en la que tu estás ahora mismo, rogándome que la pusiera en Hufflepuff.

—¿En Hufflepuff? Pensé que mi madre estaba orgullosa de ser una Gryffindor.

—Y lo estaba, pero en su primer día estaba aterrada sobre lo que su madre diría en cuanto se enterara de que quedó en Gryffindor—ella sonrió con nostalgia—. Cuando ella se embarazó y ya había salido de Hogwarts vino de nuevo aquí para contarme las noticas emocionada, luego de tres meses me visitó de nuevo; llorando de que le habían dicho que tú no sobrevivirías, la sostuve como a una niña y lloro toda la tarde aquí. Se quedó aquí en la noche, y al día siguiente se había ido con un libro de la sección prohibida.

—Siempre me preguntó porque tienen una sección prohibida cuando saben que hay más de 200 chicos curiosos aquí—dije.

—Llegó a la leyenda de las almas. Morgana había guardado su esencia y alma en un anillo que pasaba de generación a generación Lefay, cuando una bruja fuera capaz de hablar con la difunta Morgana, y acceder a que le confiriera su esencia y poder, tendría los poderes de una bruja extremadamente poderosa y antigua. Pero ningun Lefay logró encontrar el anillo; solo tu madre.

—¿Mi madre es Lefay? ¿Yo también?

—Deben tener una relación de parentesco con los Lefay bastante débil, podrías ser de tercero o incluso quinto grado, pero de alguna forma...Morgana Lefay es una de tus antepasados, o si no tu madre jamás hubiera encontrado ese anilllo; solo alguien lo suficientemente digno podía encontrarlo. Ella y Morgana hicieron el trato; Morgana viviría dentro de ti, y tú nacerías sana.

Laila Scamander y El Prisionero De AzkabanWhere stories live. Discover now