44: No es una rata

5.1K 603 30
                                    

Él lanzó una risa forzada

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Él lanzó una risa forzada.
—Nunca he conocido una bruja de tu edad tan inteligente, Hermione.
—No soy tan inteligente —susurró Hermione—. ¡Si lo fuera, le habría dicho a todo el mundo lo que es usted!
—Ya lo saben —dijo mi padrino—. Al menos, el personal docente lo sabe.
—¿Dumbledore lo contrató sabiendo que era usted un licántropo? — preguntó Ron con voz ahogada—. ¿Está loco?
—Oye...contrató a Quirrel cuando teníamos once y a Lockhart el año pasado, ¿que esperabas de Dumbledore?—le pregunté a Ron dando un quejido, esto no podía estar pasando, mi padrino o, la única persona en quien confiaba ahora estaba de parte de mi padre asesino ¿que seguía?
Matalo también Laila.
Mátalos.
Hice una mueca al oír ese susurro y quise golpearme la cabeza.
—Hay profesores que opinan que sí —admitió él—. Le costó convencer a ciertos profesores de que yo era de fiar.
—¡Y ESTABA EN UN ERROR! —gritó Harry—. ¡HA ESTADO AYUDÁNDOLO TODO ESTE TIEMPO!
Señalaba a Black, que se había dirigido hacia la cama adoselada y se había echado encima, ocultando el rostro con mano temblorosa. Presidente Besos saltó a su lado y se subió en sus rodillas ronroneando.
Ron se alejó, arrastrando la pierna.
—No he ayudado a Sirius —dijo Lupin—. Si me dejaran, lo explicaré. Miren... —Separó nuestras varitas y las lanzó hacia sus respectivos dueños.  Tome la mía viéndolo desconfiada
— Ya ven —prosiguió, guardándose su propia varita en el cinto—. Ahora ustedes estan armados y nosotros no. ¿Quieren escucharme? Por favor Laila.

Apreté los labios y mire a Harry, que creo que pensaba lo mismo que yo ¿Sería un truco?

—Si no lo ha estado ayudando —dijo Harry mirando furiosamente a Black—, ¿cómo sabía que se encontraba aquí?
—Por el mapa —explicó Lupin—. Por el mapa del merodeador. Estaba en mi despacho examinándolo...
—¿Sabes utilizarlo? —le pregunté frunciendo el ceño.
—Por supuesto —contestó, haciendo con la mano un ademán de impaciencia—. Yo colaboré en su elaboración. Yo soy Lunático... Es el apodo que me pusieron mis amigos en el colegio.
—¿Usted hizo...?
—Lo importante es que esta tarde lo estaba examinando porque tenía la idea de que tú, Ron, Hermione y Laila intentarían salir furtivamente del castillo para visitar a Hagrid antes de que su hipogrifo fuera ejecutado. Y estaba en lo cierto, ¿a que sí? Laila no se lo perdería —Comenzó a pasear sin dejar de mirarnos, levantando el polvo con los pies—. Supuse que se cubrirían con la vieja capa de tu padre, Harry.
—¿Cómo sabe lo de la capa?
—¡La de veces que vi a James desaparecer bajo ella! —dijo Lupin, repitiendo el ademán de impaciencia—. Que lleven una capa invisible no les impide aparecer en el mapa del merodeador. Los vi cruzar los terrenos del colegio y entrar en la cabaña de Hagrid. Veinte minutos más tarde dejaron a Hagrid y volvieron hacia el castillo. Pero en aquella ocasión los acompañaba alguien.
—¿Qué dice? —interrumpió Harry—. Nada de eso. No nos acompañaba nadie.
—No podía creer lo que veía —prosiguió, todavía paseando, sin escuchar a Harry—. Creía que el mapa estaría estropeado. ¿Cómo podía estar con ustedes?
—¡No había nadie con nosotros!—grite frustrada—. ¡Para con las adivinanzas!
—Y entonces vi otro punto que se se les acercaba rápidamente, con la inscripción «Sirius Black». Vi que chocaba con ustedes, vi que arrastraba a dos de ustedes hasta el interior del sauce boxeador.
—¡A uno de nosotros! —dijo Ron enfadado.
—No, Ron —dijo Lupin—. A dos.
Dejó de pasearse y miró a Ron.
—¿Me dejas echarle un vistazo a la rata? —dijo con amabilidad.
—¿Qué? —preguntó Ron—. ¿Qué tiene que ver Scabbers en todo esto?
—Todo —respondió—. ¿Podría echarle un vistazo, por favor?
Ron dudó. Metió la mano en la túnica. Scabbers salió agitándose como loca. Ron tuvo que agarrarla por la larga cola sin pelo para impedirle escapar. Presidente Besos, todavía en las rodillas de Black, se levantó y dio un suave bufido.
Lupin se acercó más a Ron. Contuvo el aliento mientras examinaba detenidamente a Scabbers.
—¿Qué? —volvió a preguntar Ron, con cara de asustado y manteniendo a Scabbers junto a él—. ¿Qué tiene que ver la rata en todo esto?
—No es una rata —graznó de repente Sirius Black.
—¿Qué quiere decir? ¡Claro que es una rata!
—No lo es —dijo Lupin en voz baja—. Es un mago.
—Un animago —aclaró Black— llamado Peter Pettigrew.
Era tan absurdo que me costó un rato comprender lo que había dicho, abrí la boca queriendo decir algo y luego la cerre, vi a mi padrino y luego vi a Black, agarre la varita con fuerza
—Están dementes—declare—. Mi familia está llena de dementes.
—¡Absurdo! —dijo Hermione con voz débil.
—¡Peter Pettigrew está muerto! ¡Lo mató hace doce años!—Señaló Harry a Black, cuya cara sufría en ese momento un movimiento espasmódico.
—Tal fue mi intención —explicó, enseñando los dientes amarillos—, pero el pequeño Peter me venció. ¡Pero esta vez me vengaré!
Y dejó en el suelo a Presidente Besos antes de abalanzarse sobre Scabbers; Ron gritó de dolor cuando Black cayó sobre su pierna rota.
—¡Sirius, NO! —gritó Lupin, corriendo hacia ellos y separando a Black de Ron—. ¡ESPERA! ¡No puedes hacerlo así! ¡Tienen que comprender! ¡Tenemos que explicárselo!
—Podemos explicarlo después —gruñó Black, intentando desprenderse de Lupin y dando un zarpazo al aire para atrapar a Scabbers, que gritaba como un cochinillo y arañaba a Ron en la cara y en el cuello, tratando de escapar.
—¡Tienen derecho... a saberlo... todo! —jadeó Lupin sujetando a Black—. ¡Es la mascota de Ron! ¡Hay cosas que ni siquiera yo comprendo! ¡Y Harry y Laila..! ¡Tienes que explicarles la verdad! ¡Es tu hija, Sirius!
Black dejó de forcejear en lo último; aunque mantuvo los hundidos ojos fijos en Scabbers, a la que Ron protegía con sus manos arañadas, mordidas y manchadas de sangre.
—De acuerdo, pues —dijo Black, sin apartar la mirada de la rata—. Explícales lo que quieras, pero date prisa, Remus. Quiero cometer el asesinato por el que fui encarcelado...
—Están locos los dos —dijo Ron con voz trémula, mirándonos, en busca de apoyo—. Ya he tenido bastante. Me marcho.
Intentó incorporarse sobre su pierna sana, pero Lupin volvió a levantar la
varita apuntando a Scabbers.
—Me vas a escuchar hasta el final, Ron —dijo en voz baja—. Pero sujeta
bien a Peter mientras escuchas.
—¡NO ES PETER, ES SCABBERS! —gritó Ron, obligando a la rata a meterse en su bolsillo delantero, aunque se resistía demasiado. Ron perdió el equilibrio. Harry lo tomó y lo tendió en la cama. Sin hacer caso de Black, Harry se volvió hacia Lupin.
—Hubo testigos que vieron morir a Pettigrew —dijo—. Toda una calle llena de testigos.
—¡No vieron, creyeron ver! —respondió Black con furia, vigilando a Scabbers, que se debatía en las manos de Ron.
—Todo el mundo creyó que Sirius mató a Peter —confirmó Lupin—. Yo mismo lo creía hasta que he visto el mapa esta noche. Porque el mapa del merodeador nunca miente... Peter está vivo. Ron lo tiene entre las manos.
Baje la mirada hacia Ron y su inútil y común rata que conocía desde Los once años, luego vi a Harry y negué con la cabeza, nada de lo que decían tenía sentido. ¿Cómo iba Scabbers a ser Peter Pettigrew? Azkaban debía de haber trastornado a Black, después de todo. Pero ¿por qué mi tío le seguía la corriente ? Una tonta y pequeña parte de mí esperaba que todo esto fuera un acto, que solo le seguía la corriente a Black y en el momento más inesperado lo dejara inconsciente o algo.
Entonces habló Hermione, con una voz temblorosa que pretendía parecer calmada, como si quisiera que mi tío Remus recobrara la sensatez.
—Pero profesor Lupin: Scabbers no puede ser Pettigrew... Sencillamente es imposible, usted lo sabe.
—¿Por qué no puede serlo? —preguntó él tranquilamente, como si estuviéramos en clase y Hermione se limitara a plantear un problema en un experimento con grindylows .
—Porque si Peter Pettigrew hubiera sido un animago, la gente lo habría sabido. Estudiamos a los animagos con la profesora McGonagall. Y yo los estudié en la enciclopedia cuando preparaba el trabajo. El Ministerio vigila a los magos que pueden convertirse en animales. Hay un registro que indica en qué animal se convierten y las señales que tienen. Yo busqué «Profesora McGonagall» en el registro, y vi que en este siglo sólo ha habido siete animagos. El nombre de Peter Pettigrew no figuraba en la lista.
Aveces olvidaba cuanto amaba que Hermione fuera la mas lista de todo Hogwarts cuando Lupin se echó a reír.
—¡Bien otra vez, Hermione! —dijo—. Pero el Ministerio ignoraba la existencia de otros cuatro animagos en Hogwarts.
—Si se lo vas a contar; date prisa, Remus —gruñó Black, que seguía vigilando cada uno de los frenéticos movimientos de Scabbers—. He esperado doce años. No voy a esperar más.
—De acuerdo, pero tendrás que ayudarme, Sirius —dijo Lupin—. Yo sólo sé cómo comenzó...
Él se detuvo en seco. Había oído un crujido tras él. La puerta de la habitación acababa de abrirse. Lupin se acercó y observó el rellano.
—No hay nadie.
—¡Este lugar está encantado! —dijo Ron.
—No lo está —dijo Lupin, que seguía mirando a la puerta, intrigado—. La Casa de los Gritos nunca ha estado embrujada. Los gritos y aullidos que oían los del pueblo los producía yo. —Se apartó el ceniciento pelo de los ojos. Meditó un instante y añadió—: Con eso empezó todo... cuando me convertí en hombre lobo. Nada de esto habría sucedido si no me hubieran mordido... y si no hubiera sido yo tan temerario.
Estaba tranquilo pero fatigado.
Iba Ron a interrumpirle cuando le di un leve manotazo en la pierna rota y él se quejó.
—¡Shh! ¡Viene historia triste de la infancia!
—Era muy pequeño cuando me mordieron —prosiguió Lupin—. Mis padres lo intentaron todo, pero en aquellos días no había cura. La poción que me ha estado dando el profesor Snape es un descubrimiento muy reciente. Me vuelve inofensivo, ¿se dan cuenta? Si la tomo la semana anterior a la luna llena, conservo mi personalidad al transformarme... Me encojo en mi despacho, convertido en un lobo inofensivo, y aguardo a que la luna vuelva a menguar. Sin embargo, antes de que se descubriera la poción de matalobos, me convertía una vez al mes en un peligroso lobo adulto. Parecía imposible que pudiera venir a Hogwarts. No era probable que los padres quisieran que sus hijos estuvieran a mi merced. Pero entonces Dumbledore llegó a director y se hizo cargo de mi problema. Dijo que mientras tomáramos ciertas precauciones, no había motivo para que yo no acudiera a clase. —Lupin suspiró y miró a Harry—. Te dije hace meses que el sauce boxeador lo plantaron el año que llegué a Hogwarts. La verdad es que lo plantaron porque vine a Hogwarts. Esta casa —miró a su alrededor melancólicamente—, el túnel que conduce a ella... se construyeron para que los usara yo. Una vez al mes me sacaban del castillo furtivamente y me traían a este lugar para que me transformara. El árbol se puso en la boca del túnel para que nadie se encontrara conmigo mientras yo fuera peligroso.

Mañana trataré de subir de nuevo ya que está parte es continua y tuve que dividirla en capítulos porque la explicación de Sirius es muuuuy larga.

Laila Scamander y El Prisionero De AzkabanWhere stories live. Discover now