Wandering Child - Kookmin

INICIO: DOS MUNDOS.

Capítulo 1

Aún no podía saber si era buena o mala suerte que semejante exponente masculino sea el encargado de impartir mi materia favorita. Lo miraba con desconfianza. Bien, él era un Narciso y todo, pero ¿Y qué tal si era un mal profesor? ¿Qué tal si el tipo era un completo idiota? Debía romper el hechizo que su cara bonita me brindaba y comenzar a verlo con una mirada crítica, tal y como estaba haciendo ahora.

Al sentarme en la primera fila, y gracias a la poca distancia entre su escritorio y el mío era consciente de todos sus movimientos. El salón estaba expectante y, por qué no decirlo, entusiasmado. Era el último año para todos. Que para mí sea insignificante el hecho de graduarme, no quería decir que para ellos lo fuese.

Estaba sentado, con su espalda derecha sacando algunos apuntes de su maletín. De pronto, pero sin perder elegancia, se irguió, carraspeó levemente y su voz -si ya no lo estaban- hipnotizó a todas (sí, también yo) las chicas del lugar.

—Soy Park Jimin, y seré su profesor de Literatura durante el resto del año. — Era grave y profunda, pero tranquila y suave al mismo tiempo.
—Si piensan que porque es su último año la exigencia será menor que en cursos anteriores, están equivocados jóvenes. — Eso que se formaba era... ¿una especie de sonrisa? Sádico...— Como primera actividad, deberán elaborar un escrito como presentación, en él pueden poner sus gustos, expectativas o lo que quieran. Serán evaluados en calidad de redacción y la próxima clase comenzaremos con el programa anual. — Hizo una pausa y nos observó casi burlándose. —Tienen cuarenta y cinco minutos, empezando desde ahora. —

Se sentó nuevamente y sacó de su maletín unos anteojos que se colocó para leer algunas de sus cosas. No parecía un profesor, sino un investigador que perseguía sus propios problemas. No podía decir que Park me fuese simpático, por lo contrario, me parecía frío, orgulloso y demasiado seguro de sí mismo. Sus ojos miraban ya como los de un hombre maduro, con aquella expresión un poco triste, surcada de relámpagos de burla, que no me resultaba grata. Pero fuese o no de mi agrado, atraído hacia él como una polilla hacia el fuego o como una idiota a los problemas, lo miraba sin cesar. Algo que debía ser muy notorio ya que despegó la vista de lo que hacía y me observó. El ser discreto no formaba parte de mis habilidades sociales.

— ¿Algún problema, jovencito?— Dijo alzando una fina ceja.

Me sonroje violentamente sintiendo profunda vergüenza, como si me hubiesen pescado en una cadena de supermercados robando un chocolate y me regañaran frente a viejas chismosas que comentaban indignadas lo que había hecho, bajé la mirada y susurre un ''No'' que no estoy seguro de que haya escuchado.

Pero realmente tenía que concentrarme, seguramente ya habían pasado cinco minutos desde que dio la actividad y ni siquiera había escrito mi nombre en la hoja.

No me agradaba demasiado que los profesores pidieran este tipo de ejercicios, es decir, ¿qué les importaba mi vida a ellos? ¿Y qué si no quería que mi profesor supiera mis gustos o mis proyectos?

De todas formas, y de mal humor, comencé a escribir. Me dije a mi mismo que lo que entregaría sería superficial y poco personal. Irónicamente, cuando comencé a escribir, me dí cuenta de que mi realidad no distaba tanto de lo que plasmaba en el papel, y que mi vida no era mucho más profunda o interesante como pretendía ocultar. ¿Tenía, incluso, algo que ocultar?

Escribí sobre mi tranquila, aburrida y simple vida. Sobre mis padres y cuán buenos eran. Sobre lo feliz que era. No había mucho más que contar sobre mi interesante estadía en el mundo.

Y ya. Al tipo no le importaría mi ''presentación'' con unas treinta más para corregir. ¿Estaba bien redactada? Sí. ¿Cumplía con la consigna pedida? Sí. Eso era lo que importaba.