XVIII. (M.YG~1/2)

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Min Yoongi, desde que tenía memoria, no tenía padres, ni hogar. De hecho, sólo sabía que servía a una bruja.

No era tan malo en realidad, la señora era muy buena con él, hasta que un día por razones desconocidas, murió. La servidumbre quedó a manos de su hija, que si bien no era tan buena como la anterior señora, tampoco era tan mala. Hasta que Yoongi le mencionó la promesa que le había hecho la anterior señora de que lo dejaría libre en cuanto él cumpliera sus 15 años, cosa que había sucedido hace un par de días.

"¿Crees que un ser inferior e insignificante como tú tiene el derecho de venir a pedir semejante idea descabellada? No me importa lo que te haya dicho mi madre, ahora mando yo, y tú no te irás de aquí" fue la respuesta que recibió, y desde entonces su vida fue un infierno.

La mujer tenía a su pareja, un mercenario temido y respetado. Le dejó que violentara al chico para que "conociera su lugar", alegando que sólo tratándolo como a un animal aprendería y se le borrarían esas locas ideas.

Los siguientes dos años fueron de pura tortura para el chico: los demás le veían con lástima pero Yoongi siempre los alejaba temiendo que al estar en contacto con él los convirtiera también en objetivos del hombre o de la bruja. Así que soportó todo, nunca se quejó, porque mientras era golpeado, cortado, acuchillado, estudiaba todos los movimientos del contrario, aprendiendo silenciosamente, hasta que se sintió listo para enfrentarlo y tratar de escapar.

Bueno, no fue una gran idea, porque estaba lejos de poder igualar al hombre.

Cuando se sintió arrinconado y se percató de su inminente fracaso, la bruja irrumpió de repente en el lugar. Yoongi no vaciló y lanzó una daga a la cabeza de la contraria.

Realmente no hubiera pasado nada, porque la mujer... Bueno, era una bruja, tenía una y mil formas de librarse, pero tal vez fue por lo repentino, tal vez fue por el susto, pero el mercenario por un momento olvidó su entrenamiento, por un momento volvió a ser un simple ser humano, porque pudo empujar o jalar a la mujer, pudo desviar la cuchilla, pero la adrenalina lo llevó a ponerse frente su amada para protegerla, muriendo al instante porque la cuchilla, que estaba encantada, se clavó justo en su corazón.

La bruja soltó un alarido desgarrador, agarrándose el pecho. Yoongi sabía lo que estaba pasando, porque la antigua señora le había hablado sobre eso: ella estaba empezando a morir de tristeza, por la muerte de su amado. Las brujas le eran leales a sus parejas, y si éste moría, ellas los seguirían.

La mujer entre llantos y agonía maldijo a Yoongi antes de que él pudiera escapar.

"¡Te maldigo, Min Yoongi! ¡Pagarás por haberme arrebatado al amor de mi vida! ¡Pagarás con lo mismo! ¡Te maldigo a que conserves el cuerpo de un niño para siempre! ¡Nunca serás tomado en serio ni te amarán como hombre! ¡Vivirás siendo el objetivo de lástima de la gente, jamás nadie te querrá! Si por algún milagro llegas a querer a alguien con todo tu corazón, y ésta te corresponde con los sentimientos más puros que puedan existir, la maldición se romperá con su muerte, y su muerte será provocada por tí. ¡No importa cómo, tú sufrirás para siempre! Tú no mereces amar ni ser amado ¡Tú no mereces un final feliz!"

"Vieja loca" había pensado mientras abandonaba el lugar, pero cuando sintió su cuerpo achicandose se dió cuenta de que la bruja no estaba bromeando. Así que ese día se prometió no amar a nadie, a fin de cuentas, él nunca había necesitado un romance, y nunca lo necesitaría.

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