El verdadero amor de un Malfoy.

Capitulo 11: Entre serpientes.

Gracias a las personas que leen esta historia, espero les guste.

Esa mañana la castaña se despertó muy temprano o eso creyo pues cuando se puso de pie el joven rubio, estaba levantado, como siempre con su taza de te, solo que por extraño que pareciera ese dia no estaba vestido como habitualmente, se veía mas relajado, con un camisa que enmarcaba sus musculos, ella se puso de pie y sintió como su bata se le había subido hasta los muslos, el rubio la observo y quería acercarse para tenerla entre sus brazos, pero eso no seria posible. Mientras tanto la castaña iba al baño a darse un corto baño, cuando salió llevaba un vestido sencillo, el rubio admiro la belleza de su esposa, y se percato de cuanto la extrañaba, mientras tanto la castaña trataba de ignorar al joven rubio.

La joven esposa Malfoy salió de la habitación para llegar a la cocina, y pedir el desayuno, cuando entro a la cocina los elfos la recibieron con una reverencia, a ellos ya no se les hacia extraño ver a la Sra. Malfoy dentro de la cocina. La castaña dijo que quería desayunar y los elfos prepararon con gusto los alimentos. Momentos despues la castaña fue al comedor, mientras observaba al rubio en la mesa, de inmediato cuando la vio la ayudo a sentarse, eso siempre había tenido el rubio una caballerosidad innegable, comenzaron a desayunar, en un silencio inminente, ella no hablaría y el rubio no quería molestarla.

Una semana paso de esa misma manera, ellos se ignoraban, cuando estaban en la misma habitación la castaña la abandonaba y el rubio le dolia cada momento mas el rechazo de su esposa, pero sabia que se lo merecía por cobarde, solo esperaba que sus planes salieran como quería, ahora como era fin de semana haría algo que creyo nunca hacer. Fue a las cocinas y le pidió a Pinky esa elfina que lo había criado, siempre cuidándolo, que le preparara una canasta con comida, llevaría a su mujer a un almuerzo en el jardín porque sabia que no querria ir con el a ningún lado. Fue al ventanal que estaba ubicado en la sala, para observar el jardín, en ese instante vio a su mujer sentada leyendo un libro le sorprendía que a pesar del tiempo, ella no cambiara, seguía siendo la misma sabelotodo de siempre, se escucho un plop y el subió giro su cabeza para ver a la elfina extendiendo una canasta, el la tomo y salió al jardín, cuando la castaña giro su cuerpo observo a su esposo que se veía relajado, no solo en su forma de vestir, también en su sonrisa despreocupada, por un momento volvió a ver al joven que la conquisto hace un par de años. El rubio se sento a lado de su esposa y puso la canasta entre ellos.

-     Si no quieres ir a comer conmigo, entonces vengo hasta donde estas,- dijo con una sonrisa, recordando la discusión que tuvieron hace un par de dias, cuando el rubio invito a cenar a Hermione y ella se negó diciendo que no exhibiría a su lado.

-     Y que pretendes con esto,- pregunto seriamente sin observarlo seguía su mirada en su libro.

-     Porque crees que quiero algo a cambio,- interrogo el rubio.

-     Porque eres un Malfoy y jamás haras algo despreocupadamente y menos aun para ayudar a otros,- le respondió segura de si misma. El rubio entendió el porque lo decía.

-     Pues esta vez te equivocas no deseo nada a cambio solo pasar una tarde a tu lado, por eso traje algo para que comiéramos pero si lo deseas me ire,- le respondió pero rogando porque le permitiera quedarse a su lado, la castaña pensando en lo que pronto vendría creyo que lo mas conveniente era tratar de estar lo as neutra posible, tal vez si estaba tranquilo seria mas fácil que le diera el divorcio, asi que decidió pasar esa tarde con el.

-     Quedate de verdad que no me molesta el que estes conmigo, es solo que las cosas están muy tensas entre nosotros,- argumento la castaña.

-     Entiendo y se que mayormente es mi culpa, de verdad quiero que tratemos de llevarnos lo mejor posible,- seguía diciendo el rubio, mientras la castaña no le creía una sola palabra.