Puerto Rojo

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Al abrir los ojos me encontraba aún en el coche. ¿Cuánto tiempo llevábamos viajando? ¿A dónde me llevaban?

-    -   Por favor, decirme a donde me lleváis- el sueño me había calmado un poco los nervios.

-    -  No es seguro que te lo digamos aquí y ahora , te lo repito. – me explicó Kevin sorprendido porque hubiese hablado ya que creía que estaba dormida.

-      - Ya me has dicho eso antes , pero ¿ por qué no es seguro aqui ? No lo entiendo, - Intenté averiguar ahora que lo encontré más por la labor de revelarme secretos.

-      - En la playa, el coche que viste eran de las personas que iban a por ti. No sabemos si nos han visto. Han podido poner micros en el coche o te los han podido poner a ti en la ropa. – Esta vez fue el conductor quién habló.-

-     -  Así que o te quitas la ropa o te esperas a que lleguemos para explicártelo todo –ya ni si quiera tenía que reconocer su voz para saber que había sido Kevin. Lo mejor que podía hacer es evitar sus estupidos comentarios y bromas.

-      -  ¿Si nos han podido poner micros, pueden habernos puesto localizadores no?-  Por un momento me dejé llevar apostando por ellos y creyendo que lo que querían eran salvarme. También tenía que tantear la posibilidad de que otros estuviesen buscándome. No podía esperar a saber qué estaba pasando. ¿Quién querría ir a por mí? ¿y por que ellos me salvaban? Tendría que esperar para saberlo todo. Si es que antes no me mataban.

-  Un localizador necesita mucho más tiempo para instalarse. Este coche  tiene un sistema anti-localizadores, lo bloquearía. Si te lo hubiesen puesto a ti, tendrías que haberte dado cuenta. No hubiese sido precisamente como si te hubiesen pegado una pegatina o un micro.

Instantáneamente me inspeccioné todo el cuerpo y la ropa para ver si encontraba algo. No vi nada que no fuera mi piel o mi ropa. A kevin le resultó gracioso. Decidí empezar a creer que realmente eran los buenos , que querían ayudarme. O al menos lo fingí para tener un porcentaje de escape más alto cuando el coche parase.

-      -  De todas formas- habló Kevin – no puedes saber a dónde te llevamos. Es peligroso para ti que lo sepas.

¿Qué había querido decir con aquello? ¿Cómo que era peligroso para mí saberlo? No podría aguantar mucho más tiempo sin saber qué estaba pasando realmente.

-       ¿Por qué me has dormido con cloroformo? – le espeté a Kevin cuando caí en la cuenta de lo que hizo .

 - ¡Vaya! Te veo muy puesta en la ciencia o ¿debería decir en el cine?

 Le mostré una mueca de indignación que le hizo sonreír. Después contestó mi pregunta.

-     -   Para que durmieses al menos unas horas. Lo necesitabas .- se volvió hacia el conductor y le preguntó - ¿la vuelvo a dormir?

 - No, no, no por favor – me adelanté a cualquier respuesta. De alguna manera, que hicieran eso me hacía sentir totalmente insegura e indefensa. No había necesidad de aquello si realmente eran los buenos.

- No, está bien  - Respondió a Kevin , quien por supuesto ignoraba mis suplicas.

Por cierto ¿cómo se llamaba el conductor? Sabía que el rubio era Kevin pero ¿y este? No había dicho su nombre todavía. Estaba bastante intrigada por saberlo aun así no lo pregunté. Era estúpido hacer una pregunta como esa en medio de un "secuestro ". Porque de momento esa era la única forma por la que podía llamar a aquello. 

-     -  ¿Sigues con el cinturón puesto? – me preguntó el conductor asegurándose de mi respuesta por el espejo retrovisor.

Sin decir nada, se lo señalé. ¿Qué importaba si llevaba el cinturón o no? Ellos no lo llevaban. Era extraño que se cerciorase de aquello.  Ya no sabía que pensar de nada. Todo era tan irreal.

SecuestradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora