Jugando Con El Amor ||Camren||

Las varias formas de ganar...

Liam también apareció para saludar y abrazar a su hermana, pero luego estuvieron solos en la habitación de Camila.

Pasaron horas allí en la cama, la levantadora sentada entre las piernas de Lauren, de espalda a ella, descansando su cuerpo sobre el de su novia y dejándose abrazar. Sin palabras, sin cobros o esas frases clichés que no consuelan a nadie. Solo se quedaron juntas.

-¿Como puedes soportarme así, Lo? – preguntó la levantadora después de mucho tiempo.

-¿Así como, ángel?

-Así de triste y desanimada.

Lauren sonrió.

-Yo te amo. Es parte de mi trabajo.

Camila no pudo evitar sonreír.

-Eres muy tierna. No creo que haya alguien más con quien me gustaría estar ahora. Solo pensé en verte después de que dejé aquella cancha.

-Lo sé. Solo pensé en verte también cuando todo terminó.

-¿Nos estabas apoyando?

-A ellas no, y si a ti.

-Pero te pareció justo el resultado, ¿verdad?

-¿A ti no, ángel?

La levantadora asintió.

-Estaban jugando mejor. – dijo con tristeza – Bueno, ¡Esperemos la LIVU ahora!

Esa mención de la competencia le recordó a Lauren la propuesta de Verónica.

-Mi antigua técnica me llamó – dijo.

-¿Dinah?

Ella balanceó la cabeza negativamente.

-Verónica. Entrenadora de la Provincial.

-Humm... ¿Que quería contigo?

-¡Adivina!

-¿Llevarte de vuelta?

-¡Aja!

-¿Y que le dijiste?

-Nada. Todavía tenía que hablar contigo, con mi mamá.

-¿Entonces te interesa?

Lauren explicó la propuesta de la Provincial a su novia.

-¡Es realmente  tentador, Lo! – admitió Camila – ¿Hablaste con tu mamá?

-Todavía no. Mi mayor preocupación eras tú.

-¿Por qué, amor? ¿Crees que estaría en contra?

-No en contra. Pero sabes que estaremos un poco distantes.

-Algunas horas de viaje.

-¿Te contentarías de verme solo los fines de semana?

-¿Para verte jugando otra vez? – preguntó Camila – Por supuesto. ¡Te ves muy sexy jugando! ¡Ay, ni siquiera quiero pensarlo!

Ambas se rieron.

-¿Cómo alguien puede verse sexy jugando voleibol, señorita?

Camila sonrió.

-Ah, no puedo explicarlo. Pero te quedas. Me quedo pensando: "¡Todos la miran, pero ella es solo mía!"

Lauren se rió.