Tan rojo como el crepúsculo

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Zuko sentía como la respiración se le agitaba, estaba mal lo sabía, que clase de amigo sería si se ponía a luchar contra él por el amor de Katara; era patético, no tenía ni siquiera oportunidad. Sabía lo que Aang sentía por la joven. Simplemente no podía hacerle tal crueldad, él no sería capaz de arrebatarle ese amor después de todo el daño que le ocasionó en el pasado. Ahora estaba dispuesto hacer las cosas bien, aunque eso implicará dejar en el óvido a su amor más grande.

—Nada —dijo el príncipe molesto consigo mismo y con las ideas que pasaban por su cabeza. —Ve a dormir, mañana empieza tu entrenamiento y necesitarás de toda tu energía. —Alejándose del lugar.

Aang observó cómo su amigo se perdía entre la multitud con la cabeza agachada y los puños cerrados, desde hace días su actitud era muy extraña pero no le había tomado tanta importancia hasta el día de hoy, el día en que lo vio hablando con la persona que más le importaba en el mundo.

—¿Qué era lo que hablabas con Zuko?.

Él joven se percató del nerviosismo de Katara, nunca la había visto de esa manera, algo extraño estaba pasando y él no podía pensar más allá de aquellos océanos que adornaban su rostro.

—Nada importante —negando con la cabeza. —¿Cómo te fue?.

Katara sabía que le estaba mintiendo, pero de alguna forma tampoco se encontraba muy segura de lo que sentía Zuko por ella, <<tal vez estoy siento narcisista>> pensaba, aunque muy en el fondo de su ser su intuición le gritaba que lo que Zuko quería decirle hace unos minutos era algo en verdad importante. A pesar de todo decidió no prestarle atención hasta estar completamente segura de toda aquella confusión.

—Muy bien, aunque Kho no tardará en cobrarse el favor que me hizo y pensar en eso me estresa. Sé que las cosas salieron mejor de lo que pensaba, estoy feliz por eso. Amane sólo estaba atormentada ¿Sabes?, nunca me había puesto a pensar lo fácil que es decir las cosas, pensar en el futuro y lo impredecible que puede ser el destino.

Katara solo se quedó observándolo hablar. En ese momento parecía más maduro, más hombre, más sabio y todo eso hacía que su cuerpo se electrificará. Al notar el silencio de su pareja el joven se acercó para abrazarla y susurrar suavemente en el oído:

—Te amo. Y si mañana me llega a ocurrir algo quiero que sepas que el amor que siento por ti no desaparecerá nunca, te seguiré amando incluso después de esta vida.

Katara no dijo nada sólo se dejó llevar por aquel abrazó mientras sus lágrimas caían, ella ya había tomado su decisión. Ya había escogido a la persona con la que estaría el resto de sus días y no pensaba cambiar de opinión, sabía que si algo le llegará a ocurrir ella también amaría a Aang por más de una vida, pero eso se lo diría luego; hoy solo quería tenerlo ahí aferrado entre sus brazos.

—Chicos sea lo que sea que estén haciendo, soy ciega. ¿Lo recuerdan?. —Toph avanzando hacia ellos mientras se cubría sus ojos con las manos.

Los chicos se separaron y Aang con un ágil y tierno movimiento limpio las lágrimas de Katara.

—Vaya forma de arruinar el momento. —Katara cruzándose de brazos.

—Es mi especialidad, ya deberías saberlo. —Con una risilla juguetona que apenas notaron los chicos. —Como sea. Tu hermano hizo la cena y no ha dejado de hablar. ¡Por todos los cielos parece como si no hubiera hablado en días!.

—Así fue Toph —dijo Aang mientras miraba con alegría a su maestra tierra.

—Da igual —espantando los mosquitos con su mano derecha. —La comida la hizo él así que debe de estar deliciosa. —Sarcástica.

¿Qué es el amor? #Wattys2019 [EDITANDO]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt