Las gotas de lluvia

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Sokka se encontraba muy agobiado, no entendía por qué Suki no le dirigía la palabra desde el día de ayer. Él solo sentía un gran dolor de cabeza, el ardor de sus moretones y la mirada enojada de su novia:

—¿Qué fue lo que sucedió Suki?, yo no lo recuerdo y tampoco creo que sea tan grave.

—¡Ay!, ¡Sokka!. Solo déjame en paz —responde enojada y se aleja a pasos agigantados.

—Pensé que eras un casanova amigo —se burla Zuko, sentado a la sombra de un árbol mordiendo una manzana.

—No entiendo por qué está así, no tengo idea del por qué se enojó.

—Te lo podría decir —levantándose y dirigiéndose a él. —Pero prefiero ver como lo resuelves. —Le da un par de palmadas en el hombro, y deja escapar una sonrisa burlona.

—¡Ya se!, le inventaré una canción.

—¡Eso es ridículo!. —Zuko desaprobado la idea. —No te perdonará con una ridícula canción.

—Ya verás. —Guiñando el ojo derecho y asegurando su victoria.

A lo lejos se distingue una diminuta Toph con un pescado asado en un palo, cansada se recuesta en la hierba fresca y se queda dormida.

Mientras tanto, Aang y Katara se encuentran en silencio entrenando en un lago no muy lejos de los demás. Los movimientos con el agua, era algo que dominaba muy bien el joven avatar últimamente, pero no dejaba de sentirse nervioso por la presencia de su actual novia y maestra. Constantemente se distraída viéndola danzar con acrobacias giratorias en el agua.

—Aang estás muy distraído. —comenta Katara mientras lo ataca con el pulpo de agua. —¿Qué te ocurre?, en unas horas pasaras a entrenar con Toph y esta actitud será imperdonable para ella. Te aplastará con una avalancha de rocas.

—No lo sé Katara, tengo un mal presentimiento.

—¿A qué te refieres?. —Pregunta la maestra agua con tono preocupado y dejando de lado el pulpo de agua.

—Siento que algo ocurrirá, algo muy grave. —Tocándose la cabeza. —Necesito meditar Katara. —Haciendo una reverencia y alejándose.

—Aang. —Persiguiéndolo y tomando su hombro para atraer su atención.

Aang no podía creer el poder que tenían esos grandes ojos azules sobre él. Por Katara haría cualquier cosa a cambio de una mirada, a cambio de un sólo beso o unos breves minutos abrazados. Era una sensación que le encantaba pero que a la vez le llenaba de miedo sin tener una razón evidente.

—Eres el avatar, no hay absolutamente nada que no puedas hacer.

La chica se acerca con un par de pasos lentos y le planta un beso en la mejilla izquierda, Aang no pudo evitar sonrojarse con el acto y ella no sabía si él esperaba un beso diferente. Sin embargo se siente feliz por ver un poco menos de preocupación en su mirar.

—Ve y medita lo suficiente que yo estaré aquí esperándote. —Tomando su mano un poco temerosa. —¿Qué te parece si en la noche te veo detrás de los arbustos?. Ya que el día de ayer no logramos vernos, debido a lo borracho y lo entretenido que estabas con la muchacha de la cantina. —Soltando una risilla que podría parecer más malévola que graciosa.

—Katara. Escucha yo... —Tartamudeando. —Con ella no sucedió más que un baile y un par de bebidas. —Él chico se encontraba tan nervioso que no podía disimular el sudor de sus manos.

—No te preocupes Aang, confío en ti. Nos vemos en la noche. —Haciendo una señal de despedida con la mano.

Aang la observó alejarse completamente hipnotizado. Después de verla desaparecer se encuentra con Toph durmiendo arriba de una gran roca; realiza un par de pasos silenciosos evitando no despertar a la maestra tierra, recuerda la avalancha de rocas que estará dispuesta a lanzarle si lo ve distraído y apresura el paso para salir del lugar y así tal vez poder meditar un poco.

¿Qué es el amor? #Wattys2019 [EDITANDO]Where stories live. Discover now